Por: Rafael redondo
@redondo_ rafa
La oposición al gobierno actual, cada vez da más muestras de lo retrógrada de su visión de país. De cara al proceso de Revocación de Mandato, quedaron absolutamente acorralados. Como decidieron no votar, no sólo no tienen clara la función del Congreso, quien aprobó la Ley de Revocación de Mandato; además, terminaron apoyando al presidente, en dos niveles.
¿Por qué?
Nivel 1) Democracia Representativa: la Revocación de Mandato, no fue un capricho del Presidente; él, solo presentó la iniciativa y ésta fue aprobada en septiembre de 2021 por la Cámara de Senadores, en lo general y en lo particular, expidiéndose así, la Ley Federal de Revocación de Mandato. El pleno, agregó las modificaciones a 29 artículos del dictamen, así como la inclusión de un capítulo sobre sanciones y cambios al régimen transitorio del proyecto de decreto.
Por tanto, si votaste para elegir a los miembros del Congreso, a tus representantes (Democracia Representativa) estás ahí representado y avalaste de forma indirecta, esta nueva ley.
Si no votaste, fue tu decisión, pero, igualmente no te opusiste a esa ley; es decir, la respaldaste.
Nivel 2) Democracia Participativa o Directa: el domingo 10 de abril, los mexicanos, todos los mexicanos, fuimos convocados para ejercer el derecho de Revocación de Mandato, y así, hacer efectiva esa la Ley de Revocación de Mandato. La oposición (incluido el INE, a quien tuvo que obligar la Suprema Corte), se encargó de tratar, por todos los medios, de descalificar el proceso; un proceso que insisto, hoy, es ley. Si la oposición, no tuvo la capacidad o la fuerza para rechazarla en el Congreso, es resultado de su propia incapacidad; pero, el proceso hoy, es ley.
Si no te gusta el desempeño del Presidente, esta era tu oportunidad para demostrarlo en las urnas, sin intermediarios, sin depender de las acciones ni decisiones de tu representante en el Congreso. Es en las urnas y con la ventaja de no necesitar intermediarios, que se puede hacer efectivo nuestro rechazo o aceptación del desempeño de un gobernante; no es a través de videos absurdos como los de Téllez, López Rabadán, Xóchitl Gálvez o Anaya; o en Twitter, como Calderón, Fox, Zavala, Dresser o Chumel.
Si decidiste no votar, apoyaste el Presidente, porque el que calla, otorga.
El nivel intelectual e incluso académico de la oposición actual, es tan pobre, que como no saben qué es la Democracia y su máxima es decir no, a todo lo que venga de Palacio Nacional, sin analizarlo y sobre todo, privilegiando sus intereses individuales antes que los del país, terminaron cayendo en su propia trampa: con su abstención, apoyaron al Presidente.
La visión del país de la oposición, se asemeja más a una mentalidad del siglo XIX. Su intelecto es tan pobre y su formación académica tan escasa (aNlo es capaz de cambiar el turquesa del mar Caribe, por ejemplo), que su recurso último es ponerse a llorar y hacer berrinches. Lo único que les falta, es salir a las calles a vitorear a Maximiliano de Habsburgo, aunque su capacidad de movilización se reduzca a menos de 500 incautos, como los que salieron a manifestarse en la marcha del Himno Nacional con la letra cambiada.