¿Será este el fin de Murillo Karam?
Cayó el ex-Procurador General de la República durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (Jesús Murillo Karam) y esperemos que con esto venga el efecto dominó que haga caer a las mafias más poderes y más peligrosas del PRIANISMO. Hoy Murillo Karam y todo su poderío político, duerme en la cárcel acusado de cometer un crimen de estado contra 43 jóvenes estudiantes y por haber ordenado torturar personas, para presentar testigos y culpables falsos.
Murillo Karam y Tomás Zerón, bajo las órdenes de Luis Videgaray Caso, crearon la famosa “Verdad Histórica” sobre el caso de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa. Uno de los montajes más perversos del PRIANATO.
Murillo fue el arquitecto de esa verdad histórica insisto, fue por encargo. En marzo, el grupo de expertos que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) destinó a México para investigar el caso desveló que el procurador había visitado uno de los escenarios clave de aquella versión el 27 de octubre de 2014, antes incluso de que lo hicieran los peritos de la dependencia. Era el basurero de Cocula, el lugar, dijo el propio Murillo, donde el grupo criminal Guerreros Unidos había asesinado y quemado a los 43. Su presencia allí ilustra el desastre institucional: Murillo llegaba al basurero después de que la Armada manipulara parte del escenario.
Jesús Murillo Karam es también recordado por su frase “Ya me cansé” y es que constantemente se quejaba de estar cansado. Por tal motivo y ante la presión social, decidió declarar una verdad histórica que le fue dictada por sus superiores, o más bien, recibió la instrucción de presentar una investigación amañada, falsa y perversa.
Hace un par de años, el exprocurador señalaba que ellos siempre dijeron que los 43 no habían muerto allí, que quizá un grupo menor. Para entonces, el país entero sabía que la versión del basurero se había construido con torturas de detenidos y que los hechos del Río San Juan, el lugar donde Murillo dijo que los criminales habían arrojado los restos de los estudiantes después de quemarlos, eran un burdo montaje
Murillo Karam es uno de esos hombres de gran poderío en el PRIANISMO, pues fue jefe del Grupo Hidalgo. Por eso los patrones de Peña Nieto, lo sacaron del sarcófago, para que apoyara a Peña, lo ayudará a salir de sus constantes tropiezos, y con su gran experiencia de corrupción y sembrador de evidencias falsas, pudo promover una verdad que en verdad era mentira.
Murillo Karam fue también, padrino político de Manuel Ángel Núñez, Miguel Ángel Osorio Chong, Francisco Olvera y Omar Fayad. Fue diputado federal, senador de la república, gobernador de Hidalgo, dominó al poder político en Hidalgo durante más de 30 años. Hoy duerme en la cárcel.
¿Será Jesús Murillo Karam el principio del fin del grupo de criminales coludidos en el caso Ayotzinapa? Probablemente no, lo más seguro es que será la cuota que el prianismo está dispuesto a pagar a cambio de que esta sea la conclusión del asunto Ayotzinapa.
Murillo Karam es víctima de su propia ambición y corrupción común en el priismo. La Fiscalía tenía abierta una investigación por los contratos irregulares que tres empresas de sus familiares habían recibido del Gobierno federal y de otros tantos ejecutivos estatales. En pocos años -los que pasó Murillo al frente de la PGR- las compañías habían obtenido contratos por más de 300 millones de dólares. Además, estaba el asunto de los aviones. Los investigadores de la Fiscalía lo tenían también en la mira por la supuesta compra con sobreprecio de varias aeronaves.
Llegó el fin Murillo Karam. Nacido en las filas del PRI en Hidalgo, Estado que el partido siempre ha gobernado hasta este mismo año, Murillo llegó a gobernador en la década de los noventa. Poco después dio el salto al Gobierno federal, como subsecretario de Seguridad, de la mano de Ernesto Zedillo. En los años del PAN se refugió en el Congreso. En diciembre de 2012, Peña Nieto lo rescató y el resto es historia.
Su entrada a prisión parece definitiva, a juicio de la gravedad de los delitos que se le imputan, que imponen su reclusión hasta que se celebre el juicio. Solo su edad o una enfermedad podrían construir escenarios distintos. El fiscal cansado permanecerá en la cárcel.