Por Miguel Ángel Lizama
@Migueliz8
Mientras el Presidente López Obrador continúa trabajando para los mexicanos menospreciados por la plutocracia que asaltó el poder público y se resiste a dejarlo por considerarlo suyo, sigue su lento caminar la consulta a ciudadanos si se somete a juicio a los 5 ex-presidentes de ese nefasto ciclo neoliberal.
La Suprema Corte falló que “el resultado de este ejercicio NO SERÁ VINCULANTE, es decir, obligatorio, para la Fiscalía General de la República (FGR) ni para los jueces que más adelante puedan avocarse a la resolución de los juicios respectivos.” ¿Entonces, qué caso tuvo esa consulta? ¿Nomás saber qué opina la gente de los expresidentes que reinaron durante 30 años? ¿No desde el 2006 el pueblo emitió una opinión contundente, ignorada y alterada desde Los Pinos para imponer una continuidad? O los togados de ahora sólo rehicieron la pregunta para que los defensores puedan alegar IMPROCEDENCIA de los expedientes integrados y exigir la EXCUSA OBLIGATORIA de los jueces ante quienes se consignen.
La Corte abundó en su veredicto: “Lo anterior porque, como procuradores e impartidores de justicia, su actuación debe permanecer dentro de los marcos legales de autonomía, independencia e imparcialidad.” Fuera de la ironía o burla implícita en el párrafo citado, cabe preguntar ENTONCES, ¿DE QUIÉN DEBE PROCEDER LA ACUSACIÓN / CONSIGNACIÓN / JUICIO RESPECTIVO… DEL CIELO… de alguna deidad del Olimpo Neoliberal… acaso del mismo Milton Friedman, “santón” de los Chicago Boys?
Si bien dice un consejo popular que “De lo perdido, lo que aparezca”, en el enmarañado proceso para evitar que el Pueblo manifieste su exigencia, lo relevante ha sido que:
1) Se reunieron más de 2 millones de firmas de ciudadanos manifestando su voluntad de que se juzgue a los 5 funcionarios superiores que organizaron, dirigieron y se beneficiaron de una Mafia delictiva en el país;
2) El tiempo para recabar las firmas fue muy breve y durante un confinamiento por pandemia;
3) No hubo Presupuesto para ORGANIZAR, DIFUNDIR NI REALIZAR tal ejercicio popular, y todo fue promovido, coordinado y efectuado por cuenta de los bolsillos de CIUDADANOS COMUNES, hartos de sufrir las consecuencias y atropellos del proceder delictivo de los 5 personajes en cuestión.
Los ministros de la Suprema Corte que deben su nombramiento a los ex-presidentes cuestionados, hicieron malabar y medio para esconder tras el término “Derechos Humanos” su favoritismo, llegando al extremo de justificar su negativa porque “condiciona la obligación de procesar a cualquier persona responsable de un hecho delictivo”. WHAT?! ¿Quisieron decir que NO SE DEBE PROCESAR al responsable de un delito o que no se requiere consulta previa para eso? ¿Entonces para que se hizo toda una Ley supuestamente destinada a normar ese ejercicio democrático con infinidad de requisitos… PARA QUE NO SEA VINCULANTE… TANTO PARA NADA?
Con tal de disfrazar su encubrimiento a los expresidentes, los ministros de la Corte entraron en galimatías exculpatorios de cualquier delincuente. Lo peor es que en el extremo de la dispensa, los ministros sentenciaron que la consulta ciudadana “VIOLA EL PRINCIPIO DE IGUALDAD”, como si los cuestionados no hubieran actuado y delinquido como reyes absolutistas o semidioses únicos, disponiendo de bienes y vidas ajenos como si fueran propios. ¿Fueron iguales a todos? A modo de ejemplo: ¿Todos pudimos rematar bancos o empresas públicas sin consultar/avisar a nadie? El principio del Derecho establece “Tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales”. La respuesta llega sola.
El ministro Gutiérrez Ortiz Mena aludió a la esencia de la consulta exigida por la gente, al mencionarla como “una crisis de representación donde los ciudadanos pueden no sentirse identificados”. ¡Exacto, justo en el blanco! Fuera de sus cómplices, partidarios y una minoría cortesana que se siente favorecida por una ficción nobiliaria, ¿Qué persona del Pueblo se puede identificar con los excesos y violencias practicados por los monarcas cuestionados? Por algo la elección de 2018 (odian que se les recuerde) expulsó del poder la hegemonía que habían ejercido los 5 sátrapas y sus cortesanos.
En el súmmum del disparate la ministra Norma Piña argumentó su voto en contra de la consulta al pueblo, en que no le corresponde a la Corte “redefinir e intervenir en la voluntad ciudadana… Es frontalmente contrario a la finalidad de la democracia participativa”. ¡¿QUÉ, QUÉ, QUÉ?! ¿Apoya la voluntad ciudadana, OPONIÉNDOSE A ELLA?
Todo ese rosario de incoherencias y dislates estuvieron inmersos en circunloquios y divagaciones demagógicas, sin referirse específicamente a el o los artículos de la Constitución de la República que se lesionaban con el ejercicio de consulta al pueblo. Como escribí en un mensaje de Twitter mientras se desarrollaba la verborrea cortesana, estos ministros mexicanos no podrían ser “Justices” en la Corte Superior de Estados Unidos o cualquier otro país democrático. Pasean mucho su discurso sin argumentar ni puntualizar su interpretación jurídica de lo debatido.
A fin de cuentas, como sus sentencias son INAPELABLES, sólo queda esperar a que el fallo de los ministros recorra los vericuetos inventados por los legisladores del PRIAN con el fin de entorpecer y nunca conocer la opinión popular, en un documento NO VINCULANTE según disponen los ministros de la Corte. Ello ocasionó que el iniciador del ciclo Neoliberal, C. Salinas de Gortari, acusara al Presidente López Obrador de promover el juicio contra él y sus compinches, cuando desde el principio AMLO estuvo insistiendo en estar contra el mismo, pero EL PUEBLO AGRAVIADO LO EXIGIÓ y AMLO SÓLO OBEDECIÓ AL PUEBLO.
No obstante, los Doctores del Derecho pudieron tranquilizar a Salinas y su cohorte. Aún conservan ministros amigos y jueces solícitos que, a partir del fallo inapelable, activarán su vista gorda para que nunca pisen alguna de las muchas cárceles que llenaron con inocentes desafectos. O sea…
Tanto enredo legaloide para obtener un simple chisme ¿sin consecuencias punitivas, sino simplemente testimoniales? Queda mucho por hacer en materia de leyes.