¿Quiénes polarizan en realidad? Dos visiones de México
Pablo Hiriart defendiendo el día de hoy a Rosario Robles.
Señala en su columna que su caso no es penal y que en realidad debe ser considerado como de persecución política, por parte del actual gobierno.
Afirma que hay rencor contra la exfuncionaria, por su participación en el escándalo generado por Carlos Ahumada y el dinero que recibieron en bolsas, personajes como René Bejarano y Carlos Imaz, hace algunos años.
Hoy sabemos que este escándalo, fue preparado por Carlos Salinas y los personajes más oscuros de la política nacional, intentando desacreditar al hoy presidente López Obrador.
Para el periodista de El Financiero, la conducta delictiva de Rosario Robles no existe. El estar actualmente sujeta a proceso y recluida en un centro penitenciario, es una arbitrariedad.
Raymundo Riva Palacio, pinta en la columna de opinión de su portal Eje Central, misma que es reproducida por El Financiero, un escenario catastrófico, donde lo ocurrido en Culiacán, Sinaloa hace unas semanas, sigue siendo un momento de singular agravio para las fuerzas armadas mexicanas, del cual no han podido recuperarse.
Habla de la inexistente presencia de una Guardia Nacional, que no opera, ni se ve. De unos cárteles de la droga que han tomado el control de muchas ciudades, no desde hace un buen tiempo, sino a partir de lo ocurrido en Culiacán. No hay confianza de los empresarios, nos dice y México camina a la deriva, sin un gobierno que atienda la seguridad nacional.
Estos dos ejemplos sirven para ver que la comentocracia conservadora, incondicional de los poderes políticos y económicos que intentan revivir el modelo neoliberal, trabajan en una estrategia desinformativa, en donde la mentira es la columna vertebral de sus opiniones diarias.
En realidad, Rosario Robles no es la inocente mujer agredida por el Estado. Se trata de una de las principales operadoras financieras del último gobierno neoliberal. Sabemos detalles precisos de su participación en el caso conocido como “Estafa Maestra”. Se sabe, que los mecanismos para desviar recursos públicos a favor de personajes políticos del gobierno de Peña Nieto, se aplicaron idénticamente en todas las dependencias públicas que estuvieron a su cargo.
En el caso de lo ocurrido en Culiacán, es evidente que aún hoy, se intenta aprovechar el fracaso de un operativo de captura, llevado a cabo por elementos de todas las fuerzas de seguridad, en contra de un personaje de la delincuencia organizada, para golpear contundentemente al gobierno de López Obrador.
Sin embargo, hoy se tienen indicios de que pudieron existir filtraciones al interior de las dependencias de seguridad, que propiciaron el fracaso operativo señalado.
Lo real, es que Culiacán quedó en el pasado. Pocos negativos deja esta pequeña guerra relámpago, que tuvo duración de unas cuantas horas.
No hubo bajas en número considerable. Se privilegió la integridad física de los ciudadanos, evitando una confrontación que terminara en masacre.
Los ciudadanos en Culiacán, que son quienes vivieron este difícil momento, se han manifestado a favor de la solución que dio el Estado al problema.
Este momento no alteró el ritmo de la vida en el país y es mentira que el crimen organizado haya sacado alguna ventaja operativa, a consecuencia de este hecho.
Los periodistas conservadores tienen la encomienda de presentar cualquier hecho relevante que suceda en el México, con una visión que cree la sensación de fracaso. No importa si los datos que ofrecen al público son exagerados, o faltan a la verdad.
La derecha necesita forzosamente crear la percepción pública de que el gobierno no funciona y de que todo lo que realiza la Cuarta Transformación, termina en desastre.
Ese producto es el que ofrecen a diario a sus lectores, periodistas como Hiriart y Riva Palacio, entre otros.
¿Qué hace mientras tanto el gobierno que intenta establecer un cambio de régimen en el país?
En la conferencia mañanera de este día, tuvimos un claro ejemplo de lo que se está haciendo.
Los programas que tienen que ver con un impulso particular al campo y a quienes viven del campo, son una realidad inocultable.
Precios de garantía para productos que antes se comercializaban libremente.
Una intención clara para ser autosuficientes alimentariamente, en el mediano plazo.
Dispersión de recursos a los productores de manera directa, sin el concurso de intermediarios.
Por otra parte, se informa que ya está en marcha una prueba piloto, para incorporar a las y los trabajadores domésticos, al programa Tu IMSS.
Uno de los sectores olvidados durante el neoliberalismo, es atendido en materia de seguridad social, por el gobierno de la Cuarta Transformación.
Sabemos que el tema del incremento del salario mínimo para el siguiente año, se está discutiendo en mesas de negociación que conforman empresarios y representantes del gobierno.
Existen por tanto dos visiones distintas del México en que vivimos.
Una, presentada por la clase conservadora hoy derrotada, donde se nos pinta un país que se precipita al desastre, sin rumbo, sin gobierno real que atienda los problemas que vivimos a diario.
Los comunicadores reaccionarios, pretenden que creamos que el pasado neoliberal era luminoso y que aquellos que fueron integrantes de esos gobiernos, son personas respetables. Como Rosario Robles.
Esta por otra parte, el México del cambio y nuevas oportunidades que están llegando permanentemente a todos los sectores sociales de nuestro país. Comenzando por aquellos núcleos olvidados por el neoliberalismo.
Trabajar para que el país tenga suficiencia alimentaria en el corto plazo, es un proyecto importante, que alivia la pobreza nacional, al abrir nuevas posibilidades a los productores. Al mismo tiempo, genera empleo y garantiza que el alimento básico, no falte en alguna mesa, al no depender de productores extranjeros.
Eso se conoce como soberanía alimentaria.
Estas dos visiones de nuestro país, son presentadas a diario a las audiencias nacionales.
Cada quién decide con cuál visión se queda, entendiendo que solo una de ellas refleja con exactitud la realidad de nuestro país.
Son como dos ventanas por abrir, desde las cuales se mira un paisaje diametralmente opuesto.
En una, el panorama es desolador, sin esperanza e ingrato. Ahí esperan la vuelta del neoliberalismo, como se espera la lluvia tras una larga sequía. Es un paisaje de alucinación, donde el espejismo neoliberal puede engañar a algunos.
En la otra aparecen la confianza y el trabajo permanente de todos, en un intento por sacar adelante un proyecto que a todos beneficie. Un proyecto de transformación y cambio. Ahí hay metas que se van alcanzando de una en una.
Cada mexicano abrirá en algún momento, una de estas dos ventanas y ahí decidirá su futuro y en buena medida, el futuro del país.
Malthus Gamba