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PRI-PAN-PRD:  Una coalición inverosímil
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PRI-PAN-PRD: Una coalición inverosímil

Por. Diego Iván López Miguel
Twitter: @DiegoI_Lopez

El pasado domingo por la mañana me disponía a tomar una taza de café y a echar un vistazo en las redes sociales, un colega compartió en twitter un spot del Partido Acción Nacional (PAN), se observa a una pareja subir a un precario microbús, con un letrero enfrente que decía “La esperanza de México” y una franja guinda en un costado con la leyenda pejebus. El hombre le comenta a su acompañante “Al fin nos llevan al México que Morena nos prometió”, ella exclama: ¡Esperamos tanto por este momento!; Acto seguido, bajan del ‘micro’ y se encuentran en una zona desértica en donde no hay nada, sólo un letrero blanco en el fondo, casi a punto de caerse, con la palabra “Esperanza”. Ella pregunta desconsertada: ¿Qué es esto mi Tito?, él responde “Nos chingaron Lupita… Nos chingaron mi amor”. Finaliza el video con un letrero guinda en donde puede leerse: La chingada. El locutor culmina el spot diciendo: “Ponle un alto a Morena y a la destrucción de México”, seguido del logotipo del PAN y de la alianza Va por México, con la “X” gigante; sello del empresario Claudio X. González.

Es tan solo el comienzo de las campañas para los comicios del 6 de junio. Se estarán enfrentando dos proyectos políticos: por un lado, la 4T con su plataforma partidista, Morena, junto a sus aliados; y por el otro, Va por México, con el bloque opositor PRI-PAN-PRD, formado por González Guajardo, férreo opositor al presidente Andrés Manuel López Obrador. El proyecto de nación ejecutado desde Palacio Nacional lleva en construcción desde hace más de dos años, pero ¿Cuáles son las propuestas de la oposición?. El spot publicitario en las redes sociodigitales nos muestra cual será el eje de campaña de Va por México: la descalificación, la injuria, señalamientos sin fundamento y también mentiras o verdades a medias de la administración obradorista.

La falta de propuestas y de un proyecto político sólido es uno de problemas que enfrenta la oposición, tratarán de colocar en la discusión pública a personajes nefastos del pasado y replicar la campaña sucia en contra de López Obrador en 2006, orquestada por la élite político-empresarial y apoyada por los grandes medios de comunicación.

Es irónico que aquellos que ostentaron el poder en México durante las tres últimas décadas pretendan mostrarse como salvadores después de que dejaron a un país despojado, saqueado y ensangrentado; casi hasta el punto de la aniquilación. Esa destrucción de la que hablan al final del spot en su arranque de campaña es la que prevaleció en el México profundo. El país vive las consecuencias de las prácticas de corrupción, del enriquecimiento de unos cuantos, de los nexos con el crimen organizado de funcionarios y de la nula impartición de justicia que derivó en los altos índices de impunidad en los que nos encontramos.

Ahora regresan en una coalición inverosímil hasta hace poco tiempo. Partidos antagónicos, al menos en el discurso, hoy vuelven PRI, PAN y PRD en un momento de desesperación y después de su desplome electoral hace tres años. Regresan con el apoyo de sus titiriteros, los que realmente gobernaban y mandaban en el país, esa plutocracia que se construyó durante el salinismo y que fue apabullante hasta el peñismo.

A ellos no les importa la democracia ni las instituciones, les importa el poder y el dinero. La ambición desmedida por el uso de los recursos públicos es el sello que los caracteriza. Pretenden volver a un pasado que no existe más, no les favoreció el agotamiento de un régimen que terminó por colapsar de forma categórica ante un sector social que históricamente fue relegado y que encontró en el obradorismo las banderas para un intento de transformación de la vida pública.

Estas líneas van dirigidas para aquellos que tuvieron el control político del país y lo utilizaron para beneficiarse a ellos mismos; van por aquellos marginados, va por el México de las comunidades más alejadas, el del campo, el de la sierra, el del sureste mexicano abandonado, por las comunidades indígenas y por el agravio a millones de mexicanos durante los últimos sexenios. El país se fue por el abismo desde hace tiempo y ellos se enteraron en 2018. En efecto, como dice Tito en el video: “Nos chingaron”.

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