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¿POR QUIÉN VOTAR EN 2024?
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¿POR QUIÉN VOTAR EN 2024?

El proceso para definir a los coordinadores en los dos principales bloques políticos en el país, ha finalizado. Xóchitl Gálvez va al frente del grupo conservador y Claudia Sheinbaum encabeza los trabajos dentro del Movimiento de Transformación. Pero este final no es del todo feliz.


La oposición optó por imponer a su ahora coordinadora, en base a un trabajo de debilitamiento inducido, en contra de los demás aspirantes al puesto. Vimos salir de uno en uno a Santiago Creel, Silvano Aureoles, Miguel Ángel Mancera, Enrique de la Madrid y por último a Beatriz Paredes. Le borraron la competencia a Xóchitl, considerando que su debilidad política natural, la exponía a perder abiertamente en los foros preparados para exhibir las ideas y propuestas de los aspirantes. Xóchitl ganó por “default” y por determinación de Claudio X González y demás dirigentes de la derecha.


En el caso de Morena llega Claudia Sheinbaum al cargo de Coordinadora Nacional del Movimiento y sale del mismo, Marcelo Ebrard, aduciendo que el grado de irregularidades que se presentaron a lo largo del proceso, hace imposible definir a un ganador, porque se perdió toda certeza en cualquier resultado.
Lo que dice Marcelo es verdad. Pero no toda la verdad.


Y hay que hablar de ello, aunque no guste. Porque en este momento, callar es fácil, mientras que señalar sin matices lo que se vio a nivel calle, provoca rechazo de parte de sectores que se inclinan por el silencio final. Pero la verdad, siempre será la verdad, aunque disguste.


Las campañas dentro del Movimiento fueron todo, menos limpias. Tiene razón Marcelo al señalar que hubo guerra sucia, uso de recursos públicos, acarreo masivo y participación del personal del Bienestar en todo esto. Pero lo que Marcelo no dice, es que esa práctica fue común en todos los aspirantes. Incluído él mismo. Todos hicieron uso de estos recursos del pasado, en un presente donde se tenía la idea de que las cosas marcharían en forma diferente.


Del lado de Marcelo vimos operar a Fernando Coca, en una campaña de lodo en contra de Claudia. Una campaña por demás infame, intentando debilitar al oponente en base a mentiras y calumnias.
Con Adán Augusto, se dio el caso de una funcionaria del Bienestar, que tuvo que ser apartada de su cargo, al hacerse públicos unos audios donde condicionaba los apoyos sociales, a cambio de respaldo a los eventos de Adán.


Con Claudia Sheinbaum fue más que notorio el acarreo de fuertes contingentes a sus eventos en la Ciudad de México. Y cualquier periodista que desee hacer la investigación correspondiente, puede hacerla el día que guste, porque las pruebas están a la vista y solo hace falta preguntar. Que vaya por ejemplo al corredor comercial en el Centro Histórico. A la céntrica Plaza Pino Suárez y al comprar cualquier artículo, haga plática al el vendedor informal. Que le pregunte si es cierto o no, que para el cierre de campaña de Claudia, era obligatoria la asistencia del comerciante, acompañado de cinco personas. 15 días sin poder poner su puesto, si así no lo hacía, teniendo que pagar la cuota diaria que va de 50 a 200 pesos, según la zona donde se ubica el puesto. Si llegaba al acto sin las 5 personas de compañía, debía pagar 200 pesos por cada una de las que le faltaran. Esas exigencias las hacían los líderes, pero acompañados de “los de chalequitos color vino”. “Antes eran los de amarillo”.


Que los reporteros escuchen en voz de la gente, si en verdad se dieron todas esas prácticas, o si solo se trata de mentiras que intentan manchar un proceso ejemplar al interior del Movimiento. Cualquier ciudadano interesado puede hacer el mismo ejercicio.


Todo esto ha creado un clima de malestar en algunos grupos que esperaban algo distinto en esta elección interna.


Una amiga tabasqueña me decía en redes sociales: “yo he acompañado al presidente y al Movimiento desde su origen. Desde Tabasco y pensé en verdad que éste era el momento de mostrar a todos que no somos iguales. Y terminamos haciendo lo mismo”.


El triunfo de Claudia Sheinbaum es inobjetable, porque se ganó la encuesta, en base a las reglas establecidas. Se ganó como se han ganado otras elecciones en el pasado. No hay nada diferente en este triunfo y hay que reconocerlo y apuntalarlo.


Pero no apareció el cambio dentro de la clase política que participa en estos trabajos de elección y selección de candidatos dentro del Movimiento. Nada. Hicieron la misma política vieja y sucia del pasado. Y ese desencanto en algunos, forma parte también de la Segunda Etapa del Movimiento.


El caso de Marcelo Ebrard tiene dos vías visibles al día de hoy. En una, sigue dentro del Movimiento, creando una corriente sólida, que pueda participar con mayor empuje en el mediano plazo. Porque ahora, se juega en la cancha de Claudia. Eso no rompería la estructura que le conocemos al Movimiento.


La otra es la de incorporarse a otra fuerza política que vea en él la oportunidad de crecer a corto plazo. Marcelo Ebrard llegaría con algo que le falta a la oposición. Proyecto de Nación. En sus recorridos, habló bastante de la continuidad que debe darse al cambio que vive el país. Y presentó propuestas sólidas, como “Ángel” en seguridad. Marcelo llega con un fuerte respaldo de clase media, tal y como dice el presidente López Obrador y podría convertir a cualquier partido, en la segunda fuerza política del país, si las cosas les salen bien en 2024. Y eso no es poca cosa.
López Obrador ha dicho también que en una democracia es indispensable la participación de la oposición. Pero de una oposición pensante, consciente, patriótica y con agenda definida. Con una fuerza así se puede dialogar y llegar a acuerdos para sacar adelante reformas indispensables. Quizá un partido donde Marcelo juegue un papel importante, pueda abonar al cambio en el país. Eso lo dirá el tiempo.


Después de todo esto, ¿Por quién votar en 2024?


Aquí también me remito a las palabras del presidente: “Para otorgar tu voto, lo que debes mirar primeramente, es el Proyecto que te ofrecen. Después de esto, debes mirar la fortaleza del Partido Político. Por último, tienen que ver la calidad del candidato”


Quien esté inconforme con el candidato, debe votar en favor del Partido y su Proyecto. Quien no apruebe al candidato y su Partido, debe votar por el Proyecto.
Porque el Proyecto de Nación está por encima de todo lo demás.


En 2024, se debe votar tal y como se tenía planeado desde hace mucho.


Básicamente por el Proyecto representado por Morena y su candidato, para alcanzar la anhelada mayoría calificada en el Congreso.
Porque a este Movimiento lo impulsamos todos. Es un Movimiento de Masas, que supera en mucho a partidos y candidatos.


Las fallas se corrigen, pero el Proyecto Nacional debe consolidarse en este 2024.


Los que nunca deben regresar, son los verdaderos enemigos del Pueblo. Los corruptos que hoy están como buitres, esperando el debilitamiento de la Cuarta Transformación.

Malthus Gamba

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