Desde el sexenio de Peña Nieto se descubrió públicamente que el gobierno espiaba a los periodistas por medio del programa de malware Pegasus, diseñado en Israel por la empresa NSO, cuya existencia hoy se ha hecho tan popular. Como estos corruptos ocultaban todo para no levantar polvo con sus trapacerías que cometían, no supimos de qué dimensiones fue esta operación y las enormes sumas de dinero que estaban involucradas en ella.
Hoy con un gobierno que todo lo informa a los ciudadanos, nos estamos enterando que México fue el primer país que le compró a Israel este juguetito y que Calderón fue su primer cliente, que durante su sexenio y el de Peña Nieto, se espiaron a 15 mil personas en nuestro país, entre los que había periodistas, activistas, políticos, funcionarios, empresarios, y como prioridad por supuesto, el presidente López Obrador, su familia, amigos y las personas con quienes trabajaba en su actividad política.
Lo increíble son las cantidades de dinero que los gobiernos de estos dos criminales del pasado pagaron, desviaron y se robaron mientras llevaban a cabo el espionaje, usándola como excusa para saquear el erario junto con sus cómplices de la iniciativa privada.
Durante la conferencia matutina, el Dr. Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, nos informó que la contratación de este programa para espiar a los ciudadanos se inició con García Luna, jefe de sicarios de la banda dirigida por Calderón, quien comenzó tratos con los Weinberg para comprar el software NIceTrack.
De ahí derivó la adquisición de Pegasus así como de otros equipos, en cuyas compras y operación se involucró a varias empresas como Tech Bull, y Balam Seguridad Privada que era una empresa fachada, con quienes inflaban los costos para robarse el dinero por medio de una red de transferencias internacionales hacia Estados Unidos, Israel e Italia.
Ya en el sexenio de Peña Nieto el eje de estas transacciones fue Tomás Zerón, hoy prófugo escondido en Israel, quien se desempeñaba bajo las órdenes de Murillo Karam, en la entonces Procuraduría General de la República.
La cantidad de dinero involucrada asciende a 6 mil millones de pesos aproximadamente, que equivale por ejemplo al triple del dinero que se destina como apoyo a los discapacitados de todo el país.
Además de las denuncias por estos delitos que ya presentó la Unidad de Inteligencia Financiera ante la Fiscalía General de la República, por espionaje y lavado de dinero entre otras cosas, que desgraciadamente eran normales cuando nos gobernaban los delincuentes, sería necesario que se investigue cuantos de los activistas y periodistas asesinados en nuestro país, fueron víctimas primero de Pegasus, lo que podría esclarecer algunas de las causas que los llevaron a perder la vida en manos de los sicarios oficiales o de sus cómplices del narcotráfico y del secuestro.
Esta es solamente una de tantas infamias a las que los gobiernos del pasado neoliberal sometieron a los mexicanos. Una de tantas razones para enjuiciar a los jefes de estas bandas del crimen que estaba organizado desde el gobierno.
Como dice William Shakespeare en Hamlet: “Uno puede sonreír y sonreír siendo un infame” JUICIO A EXPRESIDENTES YA