OCDE pronostica crecimiento de 2.6% para México en 2023
El más reciente informe de perspectivas económicas para México, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pronostica un crecimiento de 2.6 en el Producto Interno Bruto (PIB), así como un crecimiento del mercado interno, tanto por la mejora en el mercado laboral, como en el incremento en los salarios, así como también en el aumento en las remesas, aunque la economía se verá un poco frenada por la inflación.
“El consumo sigue siendo resilente, respaldado por el aumento del empleo formal y de los salarios reales. Las remesas son elevadas y el crédito al consumo se recupera poco a poco, aunque sigue por debajo de los niveles anteriores a la pandemia. La actividad manufacturera ha empezado a suavizarse al debilitarse la demanda exterior procedente de Estados Unidos”, refiere el informe.
Ante la normalización de las cadenas de valor mundiales y del traslado de la actividad manufacturera a México, añade la OCDE, podría aumentar el flujo de Inversión Extranjera Directa a nustro país, la cual ya se encuentra en niveles históricos, debido a la ralentización económica norteamericana y al efecto llamado “nearshoring”.
La OCDE también prevé un descenso en la inflación, para colocarse en 5.9 por ciento en 2023 y 3.7 en 2024, a medida que surta efecto el impacto de la subida de las tasas de interés de Banxico y disminuyan las presiones exteriores.
“Las tensiones financieras registradas a nivel mundial pueden desencadenar una mayor aversión al riesgo y aumentar los costos de financiación y la volatilidad del mercado de divisas. En el lado positivo, si las cadenas de valor mundiales se recomponen con mayor agilidad de lo previsto, se podría conseguir un mayor crecimiento de la inversión”, advierte el reporte.
Consideró que a medida que la inflación retroceda, el fin de las ayudas fiscales dirigidas a mitigar el impacto de los altos precios de la energía ofrecerá un mayor margen fiscal para incrementar el gasto en educación e infraestructura: “Asumimos que este mecanismo seguirá en vigor durante 2023 y 2024. El aumento de los ingresos del petróleo cubrió el costo de este mecanismo de estabilización en 2022. Sin embargo, si se permitiera que las variaciones mundiales del precio del combustible repercutieran en los precios minoristas nacionales, dichas variaciones servirían de incentivo para el ahorro energético y aportarían un mayor margen fiscal para reforzar los programas sociales o el gasto en educación”, comentó la OCDE.