Nunca llegaron los 7 millones al zócalo
Después de un espectáculo bastante ridículo encabezado por Gilberto Lozano, en el que un movimiento que se ha intentado calificar de ultraderecha como el de Frena-Uno, despliega durante algunas semanas, una especie de performance en el zócalo de la ciudad de México, representado por unas 500 tiendas de campaña para niño vacías, parece que la estrategia de sacar de quicio al gobierno no funcionó y ya se retiran.
La patética parafernalia sin propuesta, ni contenido, ni gente, que montó este grupo de publicidad de la derecha en la plaza central de la Ciudad de México, no se puede calificar como un movimiento ideológico, sino como una estrategia para llamar la atención.
Durante las semanas que duró este montaje, alguien tuvo que financiarlos, arrojándole unos pesos a Lozano para que comprara las casitas de campaña, contratara algunos tontos útiles que lo acompañaran a montarlas, pagara otros pocos que las cuidaran por las noches, y repartiera un poco de dinero entre personas indigentes para que aceptaran ocupar algunas de ellas.
Durante todo este tiempo, difícilmente lograron mantener unas 70 personas en su escenario y cuando llamaron a una concentración solo aparecieron alrededor de 20 participantes, aglomerando uno de los pasillos que quedaban entre las tienditas de campaña.
El gasto importante para mantener el espectáculo no lo hicieron ellos, sino el gobierno de la ciudad, quien desplegó un sistema de protección para que nadie entrara a la plancha del zócalo y pudiera dar una excusa a los estridentes cabecillas para lloriquear, clamando justicia contra alguna agresión.
Así vimos un despliegue de vallas metálicas protegiendo las casitas y uno de policías aportados por el gobierno de la ciudad, para cuidar día y noche, la endeble infraestructura de estos delicados opositores.
Sin embargo, ahora la derecha decidió aplicar ya la hoja de ruta de lo que originalmente llamaron BOA y que hoy engloban en un paraguas llamado Sí Por México, que en realidad es un Frena-Dos, porque aparentemente ya se acabaron los pocos cacahuates que le lanzaban a Lozano para mantener su performance, y en su nueva estrategia, van a necesitar todo el dinero que puedan invertir en campañas de bots y troles para publicitarse en las redes sociales.
Claro que necesitaban una excusa para terminar con esta farsa y se las dio alguien dentro de su mismo campamento que aparentemente abusó de una mujer por la noche, fue denunciado y detenido por las autoridades de la ciudad.
El histriónico Lozano, secundado por el eco de personajes de su nivel como Ferriz de Con, aprovecharon este incidente para gritar a los 4 vientos que estaban siendo reprimidos por las autoridades y que mejor quitaban su tendedero. Así es que lloriqueando anunciaron que Frena-Uno se va del zócalo.
Pero las casitas no se han ido. Estos líderes de papel de china, no han sido capaces ni siquiera de lograr que los 70 tontos útiles a los que les pagan un dinerito por apoyarlos, leas hagan caso y les ayuden a retirar su tiradero de la plaza central.
Y así fue como con esa pírrica capacidad de organización, prometían la llegada de 7 millones de seguidores al zócalo, quienes suponemos que se quedaron varados por alguna fuerza invisible, en algún punto inexistente de la geografía nacional.
Como dijo el escritor estadounidense Stephen King: “Cuando te pones un traje de payaso y una nariz de goma, nadie tiene ni idea de quién se esconde debajo.”