No al sectarismo; AMLO necesita una MORENA UNIDA
Son los “puros”. El pie del que nace el frondoso árbol del movimiento de regeneración nacional. Un pequeño núcleo cerrado, donde es imposible ingresar si no se cuenta con los blasones que den fe de la añeja estirpe militante.
Sucede dentro de Morena y pretenden ser última palabra, en lo que respecta a decisiones importantes para el partido.
Son una de las corrientes que podemos identificar con claridad dentro de Morena, quienes somos únicamente simpatizantes de esa fuerza política. Están ahí y participan cotidianamente con sus opiniones en redes sociales.
Esta corriente política descalifica de continuo a quienes muestran posturas partidistas más incluyentes. No les gusta una casa de puertas abiertas. Prefieren que todo el accionar del partido se resuelva como en los tiempos en que se trataba de un movimiento que intenta hacerse de espacios de poder.
Pero Morena ha crecido bastante, al grado de que se hace necesario cubrir todo el territorio nacional. Una acción que le queda muy grande a la pequeña estructura que inicio el movimiento. Morena alcanzó la mayoría de edad y sus necesidades actuales son otras. Requiere de la formación de nuevos cuadros y del apoyo de políticos y personajes externos que se sumen a la causa que impulsa el gobierno de la Cuarta Transformación.
Sobre todo, si se considera que hay un proceso electoral en puerta, en el que es preciso brindar oportunidad a personajes conocidos en las comunidades donde se verificarán los siguientes comicios.
Todos sabemos las dificultades que vivió Morena en el proceso para definir a su actual dirigencia. Se perdió tiempo en la formación y fogueo de nuevos cuadros. Se descuidó la promoción de políticos emanados del partido, que pudieran ser atractivos para el ciudadano que vota.
En este proceso, del mismo modo que sucedió en 2018, se hace necesario proponer candidatos externos en algunos casos, para participar con mayor oportunidad de triunfo durante la jornada electoral.
Esto no es del gusto de quienes se consideran morenistas “puros”. Han manifestado su inconformidad con este tipo de candidaturas.
Otro sector dentro y fuera de Morena, al que podemos calificar como “Light”, también ha mostrado su desacuerdo con estos candidatos “foráneos”. Hablan de una traición por parte del presidente del partido, a la militancia y a los simpatizantes que están en contra de personajes que son visto como afines a la causa conservadora, o sin méritos suficientes para aspirar a un cargo de representación.
Ellos preferirían se recurriera exclusivamente a gente con participación clara en la lucha de izquierda, con filiación cien por ciento morenista.
¿Por qué decimos que esta izquierda es “Light”?
Porque no es la primera vez que amenazan con votar en favor de candidatos impulsados por los aliados de Morena en estas elecciones, si no son escuchados. Hablan de otorgar su voto a los representantes del Partido del Trabajo, que por situaciones que solo ellos entienden, son vistos como más “limpios” y “genuinos”.
Y no es por menospreciar al Partido del Trabajo, que de alguna forma (a veces incluso muy a la fuerza), está participando en el proceso de cambio que vive el país. Pero es como si en un día de pesca en altamar, la tripulación de un barco tiburonero, se conformara con atrapar en sus redes a una rémora, desdeñando al tiburón.
Estas corrientes de izquierda, dentro y fuera de Morena, tienen su razón de ser y sus argumentos a favor.
Los “puros” dentro del partido, efectivamente han jugado un papel histórico que resulta de un valor incuestionable, para que hoy sea gobierno la Cuarta Transformación. Es histórica su lucha, pero el movimiento se convirtió en partido primeramente y hoy en gobierno. Los mecanismos y formas útiles en el pasado, dejaron de ser efectivos para una fuerza política que avanza permanentemente.
Quienes piensan que se debe dar oportunidad a gente de todas las esferas sociales, siempre y cuando sigan la línea que marca el proyecto nacional impulsado por este gobierno, también parten de una lógica que se ajusta al momento que estamos viviendo. Sin desplazar a la militancia del partido, pueden concederse espacios representativos a personalidades que son atractivas para el ciudadano.
Los que hablan de su derecho a votar por otros candidatos, que participan en la alianza con Morena, están en su derecho de hacerlo. No es la primera, ni será la última ocasión que amenacen con ir por otra vía.
Pero hay algo que deben tener claro todos quienes participan de una u otra manera en la construcción del cambio que estamos viviendo.
Ninguno de ellos es por sí mismos, La Cuarta Transformación, ni la representan.
En la conferencia mañanera de este día, el presidente contestó una pregunta que profundiza en este tema y deja en claro quiénes son realmente los verdaderos constructores del cambio.
A pregunta de un reportero, en el sentido de conocer la opinión del presidente sobre los candidatos externos que está proponiendo Morena, para algunos puestos de representación en Congresos locales y en el Federal, López Obrador señaló: “no puede limitarse a persona alguna el derecho a ser votado libremente, dentro de alguna elección”.
“Libertad absoluta en este aspecto”. “El pueblo no es menor de edad y sabe bien lo que le conviene y lo que no le conviene”.
En el 2018, fueron más de treinta millones de mexicanos los que decidieron dar el paso adelante y dar inicio a un proceso de transformación.
El pueblo y solo el pueblo, tiene la capacidad para determinar el destino y futuro del país.
No es la militancia del partido y sus distintas corrientes quien lo hace. No son los simpatizantes que se expresan en redes sociales y en la vida cotidiana. Es el pueblo, a veces a diario silencioso, el que define la ruta.
Los otros, partidos, medios alternativos, voces de apoyo, somos una parte pequeña dentro de ese conjunto sabio, al que el presidente entiende y tiene confianza.
Los candidatos son lo de menos. El pueblo sabe que López Obrador necesita el mayor número de votos posibles en la Cámara de Diputados, para sacar adelante las reformas que el país requiere y no le va a fallar.
El pueblo no es menor de edad y ya lo demostró en la elección pasada.
Las guerritas al interior de Morena por posiciones de poder, o por candidaturas, así como las decepciones de la izquierda “Light”, son detalles insignificantes que no detienen el cambio.
Eso no preocupa al presidente.
Mientras el pueblo sabio esté con él, todo lo demás es secundario.
Y es que La Cuarta Transformación, también se llama Pueblo.
Malthus Gamba