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Los ‘Golpe blandos’ le hacen a AMLO; lo que el viento a Juárez
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Los ‘Golpe blandos’ le hacen a AMLO; lo que el viento a Juárez

Se dice actualmente en varios medios de comunicación, así como en redes sociales, que la clase conservadora del país está tejiendo a toda prisa, una red de condiciones favorables, que den como resultado la caída del gobierno del presidente López Obrador.

A este tipo de trabajo de zapa, se le denomina Golpe Blando, golpe suave, o golpe no tradicional. No se trata de un enfrentamiento directo al sistema que gobierna. Son más bien una serie de acciones encubiertas, que intentan desestabilizar al país.

Las primeras acciones de estos movimientos artificiales, creadas siempre por los sectores reaccionarios del país, intentan crear la desconfianza, el miedo y la inestabilidad social dentro de la nación.

Son artificiales estos movimientos, por no ser genuinamente sociales. El pueblo no apoya esas conductas desestabilizadoras de inicio. Pero si el miedo y la desconfianza en el gobierno consiguen crearse, la sociedad va cambiando su forma de pensar gradualmente.

En realidad, en México no hay condiciones para un golpe de este tipo. Por eso dar demasiada importancia a lo que se dice al respecto, resulta injustificado.

Hay varias condiciones que demuestran que México está viviendo actualmente un proceso de cambio, en el que se dan condiciones especiales.
Para empezar, dentro de los requisitos que deben cumplirse para implementar el golpe blando, está el que los medios de comunicación al servicio de la clase conservadora, atraigan la atención ciudadana, mediante una campaña de desprestigio bien estructurada, en contra del gobierno en turno.

Esa campaña ha existido en nuestro país desde el inicio del sexenio. Pero ha tenido un antídoto particular que no se da en ningún otro país del mundo: la conferencia mañanera del presidente.

Ese ejercicio democrático en el que la misma prensa conservadora participa, ha servido para contrarrestar la guerra desinformativa impulsada por la derecha del país.

La conferencia mañanera fija la agenda política diaria. Desenmascara al periodismo que miente y manipula. Informa al pueblo mexicano sobre las acciones de gobierno que se impulsan. Da cuenta sobre el actuar del gobierno, en todas las áreas de la administración pública.
El periodismo conservador sí ha intentado manipular la conciencia social. Han publicado miles de planas, notas y “análisis” en los que se intenta bajar el nivel de aprobación al presidente López Obrador, sin éxito alguno.

No han podido mover un centímetro el respaldo social al gobierno de la Cuarta Transformación.
Generar violencia en las calles tampoco les ha funcionado. Los pequeños grupos conflictivos que rompen mobiliario urbano, atentan contra monumentos históricos y violentan la propiedad privada, carecen de respaldo social. En un país donde el principal problema a resolver es precisamente la violencia, acciones que promueven vandalismo y destrucción, son reprobadas por el grueso de la sociedad. Este aspecto tiene que ver también con el apoyo mayoritario que tiene el presidente. La gente sabe que se trata de un político honesto, ajeno a la corrupción, a la mentira y a los demás vicios característicos del neoliberalismo. Las acciones desmedidas e injustificadas en su contra, no tienen eco social.

Las dos últimas condiciones para consolidar el golpe blando, son de carácter internacional y nacional, respectivamente.
Como vecinos de uno de los países más poderosos del planeta, que finca parte de su seguridad nacional en lo que ocurre al sur de su frontera, deben tomarse en cuenta los intereses del gobierno de esa nación en los sucesos que ocurren en México.
Hace unos días se conmemoró el aniversario luctuoso del presidente Francisco I. Madero y del vicepresidente Pino Suárez, a manos de los golpistas encabezados por Victoriano Huerta. En esta traición a la democracia, debemos recordar que el acto final que conduce al asesinato de estos dos políticos, se planeo en la embajada estadounidense.

Los poderosos intereses norteamericanos en el país, deciden en buena medida el tipo de gobierno que podemos darnos los mexicanos.
En este momento, la relación que tienen las administraciones estadounidense y mexicana, es sana. Se firmó un Tratado de Libre Comercio que es funcional para ambas naciones.

No se han presentado problemas mayores entre el actual gobierno de Donald Trump y el del presidente López Obrador. Las inversiones norteamericanas siguen llegando al país, por el clima de confianza que se respira.
Difícil que el gobierno norteamericano vea con buenos ojos un intento desestabilizador, que ponga en riesgo esas inversiones.
El otro aspecto tiene que ver con la lealtad de las fuerzas armadas. En un golpe suave, el ejército cumple un papel importante en el derrocamiento del gobierno en turno y en e impulso y defensa del gobierno de facto que se intenta instaurar.
Las fuerzas armadas en el país, son leales al gobierno. Los titulares de las Secretarías de Marina y Defensa Nacional, así como el titular de la recién creada Guardia Nacional, han refrendado en más de una ocasión su respeto a las instituciones en el país y su lealtad al presidente y al gobierno que él encabeza. No apoyarían una revuelta golpista.

¿Si no es golpe blando, de qué estamos hablando en este momento?
Me parece que lo que observamos en los núcleos de la derecha, es desesperación.
Los distintos y pequeños grupos reaccionarios, sí están intentando atacar en todos los frentes posibles, al presidente y la transformación que él encabeza. Si hay una campaña que intenta ser organizada, para restarle apoyo a López Obrador.
Pero sus intentos han resultado torpes e improductivos hasta la fecha. Ni uno solo de los pasos que debe cubrir el golpe blando, se ha cumplido.

No obstante la campaña de desprestigio, el apoyo social a la Cuarta Transformación no disminuye.
No hay violencia generalizada en las calles, ni existe temor a posible desabasto, inflación, o pérdida del poder adquisitivo del salario.

El gigante de las comunicaciones, Microsoft, acaba de anunciar una millonaria inversión a realizarse en nuestro país en los próximos cinco años.

En un clima de inestabilidad, jamás se hubiera hecho esta propuesta.
Lo que vemos hoy en la clase conservadora, es el barco que avanza sin capitán. Alguno pensará que es posible intentar un golpe blando en el país. Otros quieren salvar todo lo posible, del naufragio neoliberal y apuestan a cualquier ocurrencia que ofrezca esperanza.
Los más, están conscientes de que las elecciones intermedias del 2018 están cada día más próximas. Ahí, varios partidos conservadores van a desaparecer. El golpe de gracia al neoliberalismo será contundente.

Por eso esos intentos improvisados para salvar a la nave que se hunde. Quisieran en verdad el golpe blando, pero no hay manera para que puedan concretarlo.

La sociedad mexicana está muy despierta y no cree en las mentiras que intenta difundir el conservadurismo.
Quizá no hay que dar demasiada atención a los rumores que corren sobre la posibilidad real de un golpe de este tipo.
Lo que realmente fortalece al país en este momento, es el apoyo diario al cambio transformador que vive México.
Es la confianza en el camino que seguimos, lo que está dando resultado.
El miedo a las intenciones que puedan tener los pequeños grupos conservadores, distrae la atención sobre los temas verdaderamente importantes.

Faltan unos cuantos meses, para dar el golpe final al neoliberalismo político, tal y como lo hicimos en el 2018. Con el voto mayoritario de todos los que trabajamos por un México mejor.
Ahí cerraremos definitivamente la historia del neoliberalismo, en su faceta política.

Malthus Gamba

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