La semana pasada el banco internacional Credit Suisse publicó los resultados de una encuesta que realiza anualmente entre grandes inversionistas nacionales y extranjeros, en la que intenta conocer su opinión sobre distintos temas relacionados con la economía mexicana, así como su pronóstico sobre qué partido ganará las elecciones para elegir presidente de México en el 2024.
Aunque la mayoría de los ciudadanos sabemos que es muy pequeña la probabilidad de que esas elecciones las pudiera ganar algún partido distinto a Morena, es interesante conocer la opinión de los que se encuentran en la cúspide de la pirámide de las finanzas, de quienes podría llegar a pensar que apoyarían con todo a los partidos de derecha con la expectativa de poder ganar. Sin embargo, eso no es así.
De acuerdo con su percepción y tomando en cuenta todos los factores que podrían incidir en el resultado de las elecciones, el 74% de los grandes inversionistas institucionales mexicanos y extranjeros, responsables de grandes fondos de inversión, así como tesorerías corporativas de grandes empresas dentro y fuera de México, que invierten en instrumentos de deuda del gobierno, considera que el próximo presidente será el candidato que seleccione el partido Morena para competir en el proceso electoral. Entre los financieros mexicanos esta opinión la comparte el 69% de los encuestados, pero entre los extranjeros el 81% consideran que así será.
Es interesante saber que el porcentaje de opinión de estos inversionistas en relación con el triunfo de Morena para 2024, es aún mayor del que revelan las encuestas de aprobación sobre el desempeño del gobierno actual que podrían considerarse menos manoseadas, el cual ronda entre un 65 y un 72%.
Los puntos de diferencia entre las encuestas que vemos periódicamente y esta, es básicamente que los inversionistas, especialmente los extranjeros, cuentan con más información que los ciudadanos normales, llevando a cabo evaluaciones pragmáticas sobre el tema, sin que su opinión sea afectada por asuntos de preferencias personales, situaciones emocionales, o información basura publicada por los medios de propaganda.
Sus evaluaciones son frías porque implican el diseño de estrategias futuras, para llevar a cabo la colocación del dinero que manejan en los distintos mercados donde pueden invertirlo. No toman en cuenta la información derivada de campañas de desprestigio o de defensa del gobierno; simplemente analizan seriamente el escenario con el que se van a enfrentar en el futuro cercano.
Otro dato interesante en sus respuestas fue que este año solamente el 16% de ellos consideró que la calificación de riesgo crediticio de la deuda gubernamental, estaría por debajo del grado de inversión, cuando el año pasado esta opinión la tenía el 78% de ellos.
Lo más relevante de estos datos es que los responsables de realizar inversiones importantes, ya tienen claro un panorama para México en el que seguirá llevándose a cabo la transformación que iniciamos en 2018 y que no consideran que la economía del país o su situación general representaría un riesgo que ponga en peligro sus inversiones en este escenario.
Esperemos que también los oligarcas del país, sus empleados en los medios y toda su larga corte de aspiracionistas, que viven como esclavos satisfechos con el maltrato que reciben de parte de ellos, se fijen en la opinión de quienes consideran como sus modelos a imitar y se den cuenta de que la transformación va para largo sin importar el tamaño de los berrinches que puedan hacer.
Como dijo Buda: “El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”.