Los chalecos ‘no amarillos’, BOA y FRENAAA: Todos contra AMLO en el 2021
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MIGUEL ANGEL MACIEL GALINDOC
En lo que va del sexenio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se han publicado una serie de comunicados, cartas y manifiestos en contra de todo aquello que represente la 4T. Sobra decir que en la mayoría de ellos se encuentran las firmas de los mismos “intelectuales” de siempre que desde hace años cuentan con espacios en foros televisivos, columnas de opinión en periódicos con impacto nacional y foros en general en donde asisten a presentar libros, ponencias o conferencias magistrales. Sin que se haga mención de ellos, el lector puede identificar perfectamente a quiénes me refiero.
Por alguna extraña razón, éste pareciera ser el gobierno que más inquietudes, peligros y nerviosismo ha generado en menos de dos años de funciones, o al menos eso es lo que nos hacen ver quienes escriben día a día en contra del gobierno de AMLO. Pareciera ser que existe una coordinación entre los opositores al gobierno los cuales sólo están a la espera de algún error para señalarlo, criticarlo, la mayoría de las veces no resolverlo, para posteriormente salir victoriosos como aquellos “críticos del poder”. Quizá el inicio de este nerviosismo se vio reflejado cuando a 5 meses de haber iniciado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador pudimos ser testigos de las primeras manifestaciones en contra.
Estas manifestaciones comenzaron con un puñado de ciudadanos que seguramente se movilizaron porque temían al cambio. Este cambio, hasta cierto punto, puede ser perfectamente entendible si consideramos lo siguiente: un partido de reciente creación, MORENA, tendría mayoría en el congreso; un político alejado de las lógicas del PRIAND en tanto que es un líder social de izquierda con años de experiencia en la lucha popular, en el recorrer los Estados más pobres del país, en la lucha y resistencia por haber soportado dos fraudes electorales, sería quien estaría al frente del país; y, quizá lo más importante, 30 millones de votantes de respaldo. Hasta ese momento las manifestaciones pudieron ser vistas como simples respuestas ante la incertidumbre del cambio.
Pero algo sucedió que estas manifestaciones pasaron de ser simples exposiciones de sombreros playeros, vasos de Starbucks a donde sea que se volteara a ver y gente en su mayoría blanca, a expresiones más agresivas en contra de un presidente que lo consideran “su empleado” porque al referirse a él como “López” creen que su status social no se reducirá en lo más mínimo, sobre todo porque pudimos ser testigos de manifestantes invitando a sus empleadas domésticas o trabajadores a cargar las pancartas en contra del “comunista” que los está matando de hambre. Estas manifestaciones dejaron de ser algo risible a convertirse en un asunto más personal: mis privilegios vs López.
Estás manifestaciones comenzaron a tener voceros que les permitieron canalizar todas sus fobias en contra de un presidente que no sabe hablar inglés, que tiene un lenguaje “popular” y que cuenta con un apellido que sólo se escucha entre quienes viajan en metro de lunes a sábado para ir a sus trabajos. La primera de ellas fue Alejandra Moran, fundadora del movimiento Chalecos Amarillos México, una copia un poco extraña del movimiento social que surgió en Francia en octubre de 2018. A partir de que comenzó a hacerse visible en redes sociales el hashtag #chalecosmx , pudimos saber que las próximas movilizaciones ya tendrían al menos una mejor organización. Posteriormente saltó a la escena mediática otro vocero, Gilberto Lozano. Este empresario regiomontano volvió a personificar eso que los manifestantes en contra de AMLO piensan pero que muy pocas veces se atreven a escribir por temor a sus faltas ortográficas que han sido expuestas infinidad de veces en redes sociales.
Gilberto Lozano decidió crear el FRENAAA, un frente nacional anti-amlo cuyo objetivo principal es tirar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador porque no les parece que represente sus intereses. Además de las expresiones clasistas y racistas que ha mostrado el dirigente de este movimiento en contra del presidente, sin olvidar que mostró una figura con la forma de la cabeza de AMLO en una bandeja, está claro que su movimiento funciona para sumar ciudadanos que no están a favor de la 4T, aquellos desilusionados porque el mesías no ha logrado arrancar de raíz años y años de neoliberalismo y a todo aquel ciudadano que simplemente no le parece suficiente lo que ha logrado el gobierno.
Como mencioné en un inicio, los intelectuales también se han sumado a las quejas y preocupaciones que vislumbran en lo que va del gobierno de la 4T. Si bien no han mostrado un acercamiento formal a los Chalecos Amarillos México o al FRENAAA, es más que evidente la agenda política de golpeteo que han tenido contra López Obrador desde el día uno. En la Feria Internacional del Libro en Guadalajara realizada del 24 de noviembre al 2 de diciembre del 2018, es decir, antes de la llegada formal de Andres Manuel López Obrador como presidente, se presentaron distintos foros en donde se habló sobre las lecciones que nos dejaban las izquierdas latinoamericanas para que no cometiéramos el mismo error en México, además de la presentación de un documental de Krauze en donde se analizó la figura de Hugo Chávez, lo que sucede en Venezuela y, por qué no, advertir ,como se ha hecho desde siempre, sobre los peligros del populismo.
No importa que los ciudadanos, a través de su voto, hayan decidido darle mayoría a Morena en el congreso, porque pareciera ser que cuando sucede esto la democracia está en peligro debido a que no hay contrapesos. Dicho en otras palabras, para quienes llevan todo lo que va del sexenio quejándose y sacando sus fobias anti-AMLO, la democracia sólo es pura y funcional con aquellos partidos que ellos llevan apoyando durante años, no en un partido de reciente creación que arrasó en las elecciones del año 2018. “La democracia está en peligro”, auguran desde sus escritorios quienes un día son expertos en feminismo, otro día en temas ambientales y otros se convierten en epidemiólogos y saben qué hacer ante la pandemia.
“La democracia está en peligro”, nos dicen quienes llevan años haciendo campañas en contra de López Obrador porque les parece un “populista”, un tipo cuya visión no sale de Macuspana -como señaló Dresser en un Tweet-, un presidente que no sabe portar trajes de marca, un presidente que prefiere hacer fila en aeropuerto en vuelos comerciales aunque salga una Mariana Gómez del Campo a burlarse porque en Viva Aerobús sólo viajan los jodidos. “La democracia está en peligro” nos dicen quienes utilizan el “López” como un descalificativo clasista. “La democracia está en peligro” nos dicen quienes, teniendo un sueldo extravagante porque fue Secretario de Relaciones Exteriores durante el periodo de Vicente Fox, llama “pueblo horroroso” a un municipio ubicado en Oaxaca. Y la lista podría continuar para que el lector se convenza de que, efectivamente, la democracia está en peligro.
Finalmente, quienes firman esta carta -a los cuales tampoco es necesario mencionar porque son los mismos de siempre aunque se vayan turnando de vez en cuando- aseguran que es necesario que los ciudadanos hagan una amplia alianza en aras de recuperar el “pluralismo político”, es decir, que se desentierren del basurero de la historia a los partidos del PAN, PRD, PRI y otros más que estarán en la escena política el próximo año. De ser esto así, está claro qué es lo que se avecina: estar a favor de Morena, con todo y sus fallos internos y sus alianzas criticables o estar a favor de quienes ya nos gobernaron y nos heredaron el país que tenemos hasta ahora.
Contrariamente a las críticas de hace unas semanas que se hicieron debido a que el presidente mencionó que era momento de definiciones a favor o en contra de la transformación, estos intelectuales optaron por ya definirse, por quitarse las máscaras y por dejar en claro de qué lado de la historia serán juzgados.