El PAN vs Evo Morales: Así es el clasismo de la ultraderecha
El tema de hoy, para la clase conservadora, es la decisión del gobierno de México de ofrecer y otorgar asilo político al ex presidente de Bolivia, Evo Morales.
La crítica del día anterior, fue sobre la declaración oficial del gobierno de la Cuarta Transformación, en el sentido de que en Bolivia se había gestado un Golpe de Estado.
Antes, habían criticado la designación de Rosario Piedra Ibarra como titular de la Comisión de Derechos Humanos.
Antes…
Es difícil encontrar una decisión presidencial, o una medida implementada por el actual gobierno, que no haya sido descalificada por la pequeña oposición nacional.
El motivo es fácil de entender.
Hoy, intentan presentarse ante la opinión pública como políticos expertos en materia de buen gobierno. “Ellos sí saben gobernar” fue la muletilla de la derecha, durante algún proceso electoral.
Quieren ser vistos por los ciudadanos, como alternativa posible para el futuro. Les interesa que la sociedad los mire como opción válida para el proceso electoral del 2021.
Para conseguirlo, necesitan desprestigiar al actual gobierno, con razón o sin ella.
Una Cuarta Transformación fuerte, les estorba. ¿Cómo competir ante un adversario que cuenta con un apoyo popular impresionante?
Todo esto tiene relación, con la forma en que interpretamos los mensajes y las noticias que difunde la derecha mexicana.
Es un error intentar encontrar lógica en este tipo de información. El enfoque que dan los conservadores a sus noticias, nada tiene que ver con la verdad o la razón.
Ellos están en campaña política y por lo mismo, nada razonable hay en su mensaje. Están trabajando una campaña permanente de descalificaciones.
Sin importar el verdadero impacto de cada decisión política, la intención es señalar errores inexistentes y fallas inventadas.
Al leerlos o escucharlos, lo más indicado sería no tratar de encontrar lógica o razonamiento donde no los hay.
Debemos tener presente que cada mensaje, es parte de esa cadena de mentiras que los reaccionarios construyen a diario.
Un ciudadano podría estar de acuerdo con una posición política que descalifica un acto, un procedimiento o una conducta de nuestro gobierno. Pero cuando esa descalificación es permanente y se convierte en campaña de desprestigio, no puede tomarse en serio.
Vemos a periodistas como Loret de Mola, López Dóriga, Pascal Beltrán, Riva Palacio, Pablo Hiriart, Risco y muchos otros, sacando lo peor de sí mismos, para deformar la realidad y la verdad, en favor de sus intereses de clase. Son parte de los servidores de los poderes económicos y políticos que pagan sus servicios.
Hay expresidentes metidos totalmente en esta campaña política.
Calderón y Fox, arrastrando su imagen y la poca dignidad que aún les quedaba, actuando en redes sociales como verdaderos trolls, en contra del gobierno del cambio.
Políticos menores como Javier Lozano y Fernando Belaunzarán, también participan modestamente en esta labor oscura.
A la clase conservadora no le interesa México. Les interesa el poder y quieren recuperarlo en el corto plazo.
A la sociedad, ajena a los intereses de este pequeño grupo de antiguos privilegiados, le corresponde decidir si atiende y se deja engañar por la propaganda política, que la derecha vende, disfrazada de información o noticia.
Los conservadores seguirán intentando restar apoyo popular al presidente y a Morena, como partido político en el gobierno.
Aún si las medidas políticas y económicas que implementa la Cuarta Transformación son acertadas, la posición de la derecha no cambiará. Todo lo calificará como error, o medida equivocada.
Por eso la importancia de buscar información verídica sobre cada situación, en medios informativos no controlados por la clase conservadora.
Comparar puntos de vista, no quedarnos con la primera idea que nos venden, tiene mucha importancia.
La guerra sucia crece, si nosotros lo permitimos. Pero en nuestras manos está también el detenerla.
Si la mentira no es tomada como verdad y detenemos su difusión, entonces impedimos el avance de quienes pretenden regresar al gobierno, para manejar al país en base a un comportamiento corrupto y criminal.
Esa posibilidad debe estar cerrada para siempre en este país.
El caso del asilo concedido por al gobierno mexicano a Evo Morales, es claro ejemplo de esta conducta tramposa de la clase conservadora.
Se dijeron contrarios a la idea de otorgar tal asilo, a un presidente que renuncia al cargo, después de una presión directa de las fuerzas armadas.
Se molestaron porque el gobierno de la Cuarta Transformación, envío un avión a Bolivia, para traer a México al expresidente Morales.
Señalaron que este hecho, era comparable al uso que daba Peña Nieto a las naves oficiales, cuando hacía uso de las mismas para ir y llevar funcionarios públicos a los campos donde se jugaba al golf.
Fue una crítica severa, que tenía como punto principal, el haber aplicado lo que a la letra dice nuestra Constitución y demás leyes mexicanas, en materia de asilo.
Horas más tarde, Julio Astillero sube un mensaje a Twitter, señalando que el caso de Evo Morales, es idéntico al que atendió en su momento, el gobierno de Felipe Calderón, cuando el entonces presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue obligado a renunciar al cargo. El Golpe de Estado fue idéntico.
Calderón envió el avión presidencial para traerlo a México, y organizó una recepción en la que se dio a Zelaya tratamiento de Jefe de Estado.
Si algo le molesta a la clase conservadora, es que sus mentiras sean exhibidas públicamente. Las hordas de bots calderonistas, se lanzaron con todo contra Julio Astillero.
La mentira es hábito político conservador. Lo ha dicho López Obrador en reiteradas ocasiones. La calumnia es otra de sus herramientas.
El asilo político que se da hoy a Evo Morales, significa una renuncia total a la política servil que siguieron los gobiernos neoliberales, en lo que respecta a relaciones internacionales.
México deja de ser un peón dócil y servil de los intereses norteamericanos y se constituye en un referente internacional, a favor de la democracia y el respeto al derecho de los pueblos para decidir su forma de gobierno.
Es evidente que la verdad, está del lado del gobierno de la Cuarta Transformación.
Los conservadores siguen intentando mejorar su posición política, pero las mentiras los hunden más, día a día.
A los ciudadanos nos corresponde estar bien informados. Tener presente que la derecha reaccionaria trabaja a favor de sus intereses y no por el bienestar social.
Seamos críticos, pero en razón de hechos reales.
No dejemos que nos manejen como marionetas, en base a engaños y escenarios mañosamente deformados.
Malthus Gamba