Larrea: Bienvenido a la nueva realidad
Germán Larrea y su familia tienen una fortuna calculada en 28,300 millones de dólares de acuerdo con la revista Forbes. Está en el lugar 54 de la lista de los más ricos del mundo en 2023 y es el segundo más rico de América Latina, solo después de Carlos Slim.
Es el dueño de Grupo México, consocio de empresas que experimentó un crecimiento explosivo a partir de las concesiones que recibió entre 1994 y 2018 para explotar bienes y servicios del país, convirtiéndose así en una de las empresas más grandes de México. El Grupo tiene intereses en diversas industrias, incluyendo la minería, el transporte y la infraestructura. Larrea también ha diversificado los negocios de la compañía a nivel internacional, expandiendo su presencia en países como Estados Unidos y Perú.
Germán Larrea también es el empresario que recibió más concesiones de parte de los gobiernos neoliberales mexicanos para explotar bienes y servicios en el país. Hasta 2018 el grupo contaba con 333 concesiones, la mayoría otorgadas entre 1994 y 2018; 282 de ellas están concentradas en Industrial Minera México, 6 en infraestructura, 33 en Ferromex, 12 en Ferrosur, por medio de las cuales maneja más de 50% de las vías de ferrocarril del país.
Larrea arrastra un historial de desastres ambientales, muertes de mineros, acusaciones de abusos laborales tanto en México como en Latinoamérica, con una fortuna marcada por una larga lista de malas prácticas, muchas de las cuales lo colocan como el responsable del mayor desastre ecológico en el país. En agosto de 2014 la mina Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México, derramó 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico con 700 toneladas de metales pesados en los ríos Bacanuchi y Sonora. Desde entonces, las personas viven con afectaciones graves en su salud y en sus comunidades y aunque acordaron reparar el daño, hasta la fecha, 9 años después, no ha sucedido.
Otro de los acontecimientos que pesan en su contra es el desastre minero de Pasta de Conchos. La tragedia tuvo lugar el 19 de febrero de 2006 cuando se registró una explosión en la mina 8, en Coahuila, en la que 65 de los 73 obreros que se encontraban trabajando en ese turno quedaron atrapados.
En el Río Bolaños, en Jalisco, una ruptura en la presa de jales de la mina de plata de Bolaños, propiedad de Grupo México desde 1993, provocó que se vertieran mercurio, plomo y arsénico en 2010, lo que causó la muerte de peces y afectaciones a la vida de las poblaciones ribereñas. Cuatro años después tendría lugar el desastre en Sonora. En 2016 un carro tanque volcó en la mina La Caridad, de Grupo México y derramó más de 10 mil litros de ácido débil en el municipio de Nacozari, en la sierra alta del estado.
Últimamente, se encontraba negociando con Citibank para comprar Banamex e incursionar así en la industria financiera.
Acostumbrado siempre a hacer lo que le venía en gana con el gobierno y a no verse obligado a respetar la ley, Larrea pensó que podría seguir comportándose igual, actuando en forma prepotente con el gobierno actual, exigiendo 9,500 millones de pesos a cambio de devolver 120 de los más de 11,500 kilómetros sus concesiones ferroviarias, que son necesarios para que se termine el Corredor Interoceánico, uno de los proyectos prioritarios para el desarrollo del país.
Al estilo de este gobierno, el Presidente López Obrador lo exhibió en su conferencia mañanera, explicando la forma en la que se había comportado, subrayando que no se iba a negociar pago alguno a cambio de la concesión que se le estaba retirando. De repente y por primera vez en su afortunada vida de empresario traficante de influencia, la realidad golpeo con fuerza la arrogancia de Larrea.
En 3 días había perdido la concesión por cuya devolución pedía 9,500 millones de pesos, las acciones de Grupo México perdieron 60 mil millones de pesos en la Bolsa de Valores y Citigroup decidió no venderle Banamex.
Como dijo el religioso saboyano San Francisco de Sales: “La ciencia que sirve para hacernos orgullosos y que degenera en pedantería, no vale más que para deshonrarnos”.