La Reforma Electoral: el retorno del poder político al pueblo
Este 28 de abril de 2022 marca un parteaguas en la vida política de nuestro país, pues el Presidente Andrés Manuel López Obrador enviará una iniciativa de Reforma Electoral al Congreso de la Unión, para su discusión y, deseablemente, su aprobación, para la completa democratización de las Cámaras, los partidos y el sistema electoral.
Una de las grandes causas, si no es que la principal, del deterioro sufrido en nuestro país en las últimas décadas, fue la constante y permanente insistencia, por parte de la clase política y los medios tradicionales, para introducir en el imaginario colectivo la falacia de que los asuntos políticos deben dejarse en manos quienes ejercen ese oficio y que la población en general debería dejar en sus manos la vida pública.
Es por esa razón que nosotros, los ciudadanos, permitimos que nos arrebataran los derechos plasmados en el artículo 39 constitucional, que declara: “La soberanía reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste.
El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de gobierno”.
Apoyado en los conocimientos y experiencia de Horacio Duarte y Pablo Gómez, el mandatario ofrece para el debate una iniciativa que recoge todas las demandas que los ciudadanos hemos tenido por años, tales como la modernización del árbitro electoral que, sobre todo a últimas fechas, ha demostrado no sólo una gran ineficiencia, sino que además se ha comprobado su absoluta parcialidad, por lo que se propone cambiarlo por un Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC).
Este INEC sería conformado por siete consejeros, en lugar de los 11 que actualmente componen el Instituto Nacional Electoral (INE), que serían electos de forma directa, pero además se contempla la desaparición de los organismos electorales locales (OPLES).
Otra demanda ciudadana es la reducción del número de representantes populares en el Congreso, por lo que, en la Reforma se considera que solamente sean elegidos 200 diputados y 32 senadores, disminuyendo así la cantidad de legisladores conocidos como “plurinominales”, pero también se disminuirá la cantidad de diputados locales y de regidores.
Debido a que el sistema de partidos y el proceso electoral en sí mismo son en este momento de los más caros del mundo, se plantea reducir el financiamiento a los partidos políticos, para que solamente reciban recursos en temporada de elecciones, así como una sustancial reducción del presupuesto destinado para la administración de la burocracia electoral.
La iniciativa de Reforma Electoral incluye también elementos de evidente necesidad, tales como la implementación del voto electrónico, para favorecer la participación de los hermanos migrantes, acotar los tiempos oficiales en radio y televisión, la definición de los parámetros de lo que se identifica como propaganda gubernamental y el fortalecimiento de los mecanismos de participación ciudadana y las candidaturas independientes.
Y es por todo esto que la aprobación de esta iniciativa de Reforma Electoral significa que las y los mexicanos volvamos a tener el poder de decidir sobre la vida pública de nuestro país, que es el verdadero significado de la Democracia, y por lo tanto, podemos asegurar que votar en contra de ésta, significaría dar la espalda al pueblo y a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es decir: una tracción a la Patria.