La prensa sabía que tocar a García Luna, era tocar a Felipe Calderón

En la opinión de Elí González

@calacuayoMX @eligonzalezhz

El martes 17 de enero inició en el mismo juzgado federal en Brooklyn donde Joaquín el “Chapo” Guzmán fue sentenciado a cadena perpetua en 2019, el juicio contra uno de los personajes más repudiados por la sociedad mexicana, por su cercanía y ser mano derecha del expresidente Felipe Calderón Hinojosa. Un expresidente de los más odiados por su “guerra contra el crimen organizado” que a todas luces, fue una farsa.

Genaro García Luna ocupó diversos cargos en varios sexenios del PRI y del PAN. Pero fue en el sexenio panista con Felipe Calderón, donde como titular de la Secretaría de Seguridad Pública mexicana, lideró la estrategia operacional de los cárteles del país. Él era quien decidía sobre los carteles, los organizaba y golpeaba a los que no obedecían sus reglas. Esa es la verdad, no la que quieren que creamos.

Genaro García Luna no tenía cartel favorito, estaba siempre del lado del que le redituaba mejor ganancia, y atacaba a quienes se atrevían a desafiar su autoridad y evadir la cuota; los carteles siempre competían por tener el respaldo del super policía de Felipe Calderón, y es así como crecía cada vez más su poder, incluso, su poder crecía por encima de Calderón.

En la SSP monopolizó el acceso a la información y las operaciones. No quería que nadie tuviera el panorama completo de lo que estaba sucediendo. Con la ayuda de periodistas pagados, sacaba a la luz “la verdad” que él quería, misma que los ciudadanos teníamos que tragarnos como real, porque sus cómplices de la comunicación se encargaban de divulgarla.

Siendo el servidor público mexicano de más alto rango quien está siendo juzgado en Estados Unidos, pone a temblar a la oposición del hoy presidente. Realmente se necesita muchísima desvergüenza para no pedir perdón a México por haber tenido un servidor público delincuente, y metido hasta el fondo con el crimen organizado que sigue haciéndole daño a nuestro país.

El juicio en un tribunal de justicia de Estados Unidos y su posible condena, ilustra la magnitud en la que los líderes de la oposición (el PRIAN) son cómplices del crimen organizado.

El proceso podría conducir a revelaciones que sacudirían a la oposición mexicana y el modelo de la guerra contra el narcotráfico que también, por supuesto, implica a personajes políticos e instituciones de justicia en Estados Unidos. Es por eso que, es complicado que se llegue a la verdad en este caso.

Y al referirme sobre la improbabilidad de que se llegue a la justicia en este caso, es que Felipe Calderón, quien fue el hombre que eligió darle poder y proteger a García Luna, es también a quien sus cómplices de alto rango, tienen que proteger, para que no se sepa toda la verdad, para que se sepa solo una parte y los aún más grandes delincuentes queden impunes.

En un podcast Peniley Ramírez dijo: “Era muy autoritario, y siempre tenía el control. La prensa le tenía miedo”. Y sí, le tenían miedo porque conocían su poder, y porque una vez habiendo recibido dinero de él, era lo mismo que entrar a la más peligrosa mafia. La prensa y testigos sabían que tocar a García Luna, era tocar a Felipe Calderón y quienes se atrevían, terminaban muertos o en una cárcel con delitos fabricados.

Uno de los motivos por los que es improbable que se llegue a la justicia, es porque García Luna era aliado muy importante del FBI estadounidense y recibía material extremadamente confidencial sobre personajes políticos de Estados Unidos y de México. Hay mucha corrupción por revelar y mucho que tienen que cuidar los delincuentes políticos de los dos países.

El juicio podría revelar el rol de algunos funcionarios públicos manchados por la colusión con los cárteles, tanto en México como en Estados Unidos, comenzando con el aparato de seguridad nacional que lideró García Luna y las asociaciones que construyó en México y en el extranjero durante el gobierno de Calderón. Sin embargo, cada uno de estos señalamientos lo hace improbable que se llegue a la verdad, pues García Luna era un empleado, obedecía órdenes.

A pesar de que los verdaderos mafiosos de México y Estados Unidos protegerán a Felipe Calderón, su imagen quedará arruinada, porque como dijo Diego Fernández de Cevallos: “Es inverosímil que Calderón no supiera lo que hacía su Secretario de Seguridad Publica, y si no lo supo, es un idiota”.

El juicio de García Luna debe servir, para terminar el conflicto que ha durado casi dos décadas. Confirmar la podredumbre de la estructura de seguridad que comenzó la guerra contra los cárteles, misma que le ha costado al país cientos de miles de vidas y de las cuales, los responsables son Felipe Calderón y el Partido Acción Nacional.