La oposición y la tristeza de lo irrelevante
A lo largo de 3 años hemos visto toda clase de propaganda contra el gobierno, contra el Presidente López Obrador y contra todas las acciones que van concretando la transformación del país, publicada en prácticamente todos los medios de información tradicionales, en las cuentas de los comentócratas, troles y bots en las redes sociales, que han tenido la intención de demeritar su imagen a fin de que sus niveles de aprobación disminuyan y como consecuencia la oposición que representa a la oligarquía, logre recuperar espacios de decisión que les permitan volver a robarse el dinero que hoy se les escapó de las manos.
Estos personajes de quinta, han actuado utilizando todas las estrategias de la guerra híbrida, para intentar frenar el avance de las acciones y reformas que se han implementado a lo largo de este tiempo. Han calentado las calles con manifestaciones violentas, han interpuesto cientos de amparos contra el desarrollo las grandes obras de infraestructura y contra las leyes y decretos emitidos por la autoridad y han utilizado como ya dije, a casi todos los medios de difusión para golpear intensa y constantemente basados en mentiras, noticias falsas e información tergiversada.
Como su intención fundamental ha sido disminuir la aprobación del gobierno, hoy que el sexenio va a la mitad del camino, es interesante hacer un balance objetivo sobre los resultados que han logrado con su desgastante y onerosa estrategia, analizando los niveles de esa aprobación, muchos de los cuales son contratados, realizados y publicados por los mismos medios que trabajan para la oposición que está a cargo de demeritarla.
Recordemos que la elección que se realizó el 1 de julio de 2018 le otorgó al entonces candidato López Obrador un nivel de preferencia de 52%, que fue la proporción de los votos emitidos con la que ganó la presidencia.
Recientemente la empresa Parametría anunció que la aprobación del Presidente, hoy 3 años después, se encuentra en niveles de 73%, 21 puntos porcentuales por encima de los que consiguió en julio de 2018. De hecho, según esta empresa encuestadora desde que tomó el gobierno nunca ha estado en un nivel tan bajo como el que tuvo en las elecciones de 2018. Para ellos el punto más bajo de su aprobación en estos últimos 3 años se registró en marzo de 2020 con 54% de aprobación y a partir de esa fecha ha venido subiendo hasta ubicarse en 73%.
De acuerdo con Oraculus, otra empresa de investigación de mercados y preferencias electorales, cuya metodología implica calcular un ponderado de todas las encuestas que se realizan en México, el nivel de aprobación del mandatario se encontraba en 61% en agosto de 2021, 9 puntos por encima de su nivel de julio de 2018. Según esta compañía de acuerdo con todas las encuestas realizadas en el mercado mexicano sobre este tema, incluyendo las que mandan hacer los medios de información que lo atacan permanentemente, su punto más bajo fue de 57% y se registró en junio de 2020. Este ponderado de encuestas ya incluye la que mencionamos de Parametría.
La única encuesta que no está incluida en el ponderado de Oráculus, es la que realiza cada semana la empresa internacional Morning Consult en la que incluye la medición de aprobación de los 13 jefes de Estado que considera más importantes. En este análisis el Presidente de México hoy registra una aprobación de 65% y coincide en que durante junio de 2020, alcanzó su punto más bajo con 54% de aprobación.
Viendo este escenario parecería que las estrategias de la oposición que tanto dinero y esfuerzo le han costado, les están dando constantemente el resultado contrario al que esperan conseguir. En este sentido podríamos llegar a una de dos conclusiones. La primera: puede ser que estos señores de la oposición son sumamente tontos y que les gusta desperdiciar sus recursos; la segunda: es que son extremadamente eficaces y que sin todo su teatro, la popularidad del Presidente estaría en niveles de 90%. Como sea, para efectos de que la transformación continúe viento en popa, resultan completamente irrelevantes.
Como dijo Ji Hu, filósofo chino de la dinastía Zhou: “La tristeza de lo irrelevante se antepone a la hermética paciencia del alma”.