La metamorfosis de la mariposa ¡La 4T va!
El proceso de metamorfosis de las mariposas tiene lugar en 4 etapas. Comienza con el huevo, donde se empieza a convertir en larva; la segunda fase es la de la oruga, como se le conoce comúnmente a la larva; la tercera fase es la de la crisálida, cuando la oruga se encierra en un capullo para esperar su 4ª transformación, por medio de la cual termina por volverse mariposa.
Como sabemos, a lo largo de casi 200 años, la metamorfosis de México ha transcurrido con 3 procesos de transformación que pueden comprarse con los que vive una mariposa antes de serlo.
La Independencia, cuando el país estuvo en vías de consolidarse como una república independiente; la Reforma, en la que buscó un sitio para anclarse en el mundo; la Revolución que dio lugar a los cambios que le permitieron encerrase durante 40 años al exterior, durante el período conocido como el “desarrollo estabilizador” y que derivó en un período de cambios dolorosos, pero necesarios para que llegara una transformación que le permita volar con libertad en busca de reproducirse.
Al salir de la crisálida en su 4ª transformación la mariposa ya tiene alas, pero es todavía débil, tardando un poco en acostumbrarse al exterior para poder volar. Es en esta fase de una metamorfosis completa, en la que se encuentra México.
Nuestro interior está sufriendo los cambios profundos que necesitan hacerse para que la mariposa se haga adulta, y pueda volar con confianza en busca de nuevos horizontes y retos. Los cambios implican que muchas partes de nuestro organismo todavía sienten y piensan como gusanos, sin darse cuenta que el resto de nuestro cuerpo ya es de mariposa. No se han acostumbrado aún.
Así, esas partes de nuestro organismo que se aferran con resistencia a su condición de gusano y quieren conservarla, porque no entienden la nueva, tendrán que irse acostumbrando a que podemos volar en lugar de seguir arrastrándonos como lo teníamos que hacer antes.
Esta situación no solamente aplica a los corruptos, hipócritas, traidores y ladrones que nos han gobernado antes, o a los traficantes de influencias que hacían negocios al amparo del poder, o a los que en vez de administrar sus empresas eficientemente ganaban dinero comprando facturas falsas, o a los que se beneficiaban de la corrupción desde los medios, o a los tontos útiles que les sirven de carne de cañón a todos estos.
También aplica a los que teniendo la intención de acompañar el cambio, no entienden que se deben despojar de sus malos hábitos y de su amor al poder por el poder mismo, porque cargando ese peso no se puede levantar el vuelo. A los que se dicen parte de la transformación, pero que se aferran a la costumbre de querer dominar a los demás, en lugar de procurar caminar juntos en una democracia con transparencia y equidad.
La mariposa va a madurar y levantará el vuelo una vez que esté lista; y esas partes de nuestro organismo que siguen pensando y comportándose como gusano se quedarán en la crisálida, pegadas al tronco donde se ancló, mientras el nuevo país se lanza a los aires para seguir cambiando mientras vuela en libertad, creando un mundo mejor para todos.
Como lo expresó el filósofo alemán Arthur Schopenhauer: “El cambio es la única cosa inmutable”