La marcha la riqueza ajena
Por: Pablo Meléndez
@jpms1500
Este domingo se ha llevado a cabo una nueva marcha a favor del tráfico de influencias, la pobreza extrema, la corrupción y el Estado mínimo (neoliberal); que regresen los presidentes de papel, que desprestigian la labor del Estado y le permiten a las grandes industrias actuar libremente a favor de los intereses del dueño.
No hay que olvidar que Xochitl aún tiene el 28% de las votaciones que son 25 millones de mexicanos (de los 90 millones registrados en el INE) y ese grupo que parecen pocos en porcentaje son suficientes para llenar plazas y que están convencidas, gracias a los medios tradicionales, que viven en una dictadura y que AMLO es lo peor que le ha pasado al país.
El mayor logro de los conservadores es que parte del pueblo defienda la riqueza ajena, el acaparamiento del mercado, los trabajos de mala calidad, la industria depredadora y la desaparición de derechos laborales; estas son las banderas que desde hace años han defendido el PRIAN y que hoy hemos visto parte de esos efectos.
La mayoría de los que nacimos después de 1979 ya habíamos perdido nuestro plan de pensiones antes de entrar al kinder, cuando entramos en la secundaria la desaparición de industria nacional ya mostraba lo difícil que sería tener un empleo digno y cuando entramos al campo laboral, hace 11 años, Peña Nieto sólo nos permitió tener trabajos outsourcing que quitó el derecho más simple, tener un plan de pensiones.
Este domingo algunos de esos pobres salieron a las calles a luchar por seguir siendo pobres, exigiendo que el Estado no intervenga y que la clase media sólo se logre a través de moche y robando de los apoyos sociales; tanto es así que su candidata, Xóchitl, amasó su fortuna con esos principios.
Es mucha la riqueza que la oposición invierte para mantener estos privilegios, a través de la clase empresarial que detesta pagar impuestos y busca que el Estado intervenga al mínimo en el mercado, pues la percepción de sus ganancias se han disminuido por la obligación de pagar impuestos y tener que aumentar el salario de sus trabajadores, junto a cumplir con sus derechos.
Pero este hecho está respaldado con el esfuerzo que ha hecho Mario Delgado en crear incertidumbre entre los morenistas al aceptar cada vez más a la clase política y darle puestos importantes, desplazando a la base morenista que ha luchado junto al movimiento desde el primer día.