Actualmente las reservas petroleras de México alcanzan los 19,970 millones de barriles de petróleo, entre las que se cuentan las reservas probadas, las reservas probables y las reservas posibles. Todas ellas ya están localizadas, las probadas con una certeza del 100% de poderse explotar, las probables por su parte, tienen un alto grado alto certeza de ser explotables y finalmente las posibles, con un nivel razonable para poder hacerlo.
Así, sin necesidad de seguir explorando para buscar nuevos yacimientos que puedan clasificarse en una de las 3 categorías mencionadas, esta situación nos permite llegar al año 2050 produciendo 2 millones de barriles diarios de petróleo crudo, que es la cantidad que se requiere para refinar y surtir el consumo interno del país manteniendo plena autosuficiencia en combustibles.
Pero si solamente consideramos las reservas probadas que ya se pueden explotar, sin terminar de probar las reservas probables y las posibles, sin explorar para detectar reservas nuevas, con el mismo escenario de producción de 2 millones de barriles, llegaríamos hasta el año 2032 con autosuficiencia en combustibles.
Así es que con la exploración que se ha llevado a cabo durante el gobierno de la 4ª transformación, revivió la gallina de los huevos de oro que había aniquilado oficialmente Peña Nieto, para entregarle los campos petroleros a los extranjeros.
Este escenario de tiempo se ampliará en la medida que Petróleos Mexicanos continúe explorando para identificar nuevos yacimientos y vayamos transitando hacia un escenario en el que una buena parte del consumo se lleve a cabo a partir de fuentes de energía renovable.
México ha hecho el compromiso de lograr que en 2024 el 35% de la energía que se consume en el país provenga de fuentes de energía renovable y va avanzando rápidamente hacia alcanzar ese objetivo. Si las administraciones siguientes del gobierno federal continúan en ese camino, para el 2032 esa proporción podría ser mucho mayor y PEMEX no necesitaría extraer más de 2 millones diarios de barriles aunque el tamaño del mercado aumente.
Sin embargo, si en el mundo se logra producir mucho más energía de lo esperado a partir de fuentes renovables, la demanda de productos derivados de los hidrocarburos no va a terminar. Los plásticos, una alta proporción del vestido, el calzado, las autopartes, alimentos, equipos de cómputo, de comunicación, refacciones y millones de productos más, seguirán requiriendo insumos fabricados a partir de los derivados del petróleo en el muy largo plazo.
Aunque el discurso profético falaz de los fachos pretenda que en los próximos años ya no se va a necesitar el petróleo, la realidad es muy distinta. Si lo saben están tratando de engañar a los bobos y si no lo saben son bobos engañados, pero hablan con una autoridad que asusta.
Hoy en realidad tenemos a una industria más viva que nunca, no como había asegurado Peña Nieto en su discurso engañoso y fatalista; está gallina está vivita, coleando y muy aplicada produciendo petróleo.
El año que viene México alcanzará por fin la autosuficiencia en combustibles, lo que nos va a permitir acceder a gasolinas, diésel y gas más baratos, sin necesidad de estar subsidiando su precio debido a que lo tenemos que comprar en el extranjero y al mismo tiempo, habremos logrado que el 35% de nuestra energía provenga de fuentes renovables. Así va el milagro de la transformación.
Como dijo el escritor belga Phil Bosmans: “No puedo en un solo día cambiar el desierto, pero puedo empezar haciendo un oasis”.