La derecha quiere a Guatemala de trinchera
Postigo
Por José García
@Josangasa3
La contienda por la Presidencia de la República de Guatemala empezó con tres contrincantes a la cabeza, que en términos reales es una sola, porque al que tenía el mayor porcentaje en la intención del voto, Carlos Pineda, fue sacado de la contienda por ser el abanderado de un partido fantasma. De los otros dos punteros Sandra Torres y Zury Ríos, ésta tiene un grave problema, no puede competir por un cargo de elección popular por disposición del artículo 186, incido c) de la constitución de Guatemala, dejando como única competidora fuerte a Sandra Torres.
Al sacar a Carlos Pineda de la contienda electoral por la presidencia de Guatemala, que se llevará a cabo el 25 de junio, se coloca a Sandra Torres como puntera automáticamente. Es lógico y esperado su triunfo, incluso fuera del país centroamericano, pero lo realmente peligroso es que la llegada a la segunda vuelta de Zury Ríos, la legitime como competidora, si no la sacan ahora mismo en cumplimiento a la ley de Guatemala que en su artículo 186, dice: “Prohibiciones para optar a los cargos de Presidente o Vicepresidente de la República.
No podrán optar al cargo de Presidente o Vicepresidente de la República: a) El caudillo, ni los jefes de un golpe de Estado, revolución armada o movimiento similar, que hayan alterado el orden constitucional, ni quienes como consecuencia de tales hechos asuman la Jefatura del Gobierno; b) La persona que ejerza la Presidencia o Vicepresidencia de la República cuando se haga la elección para dicho cargo, o que la hubiere ejercido durante cualquier tiempo dentro del período presidencial en que se celebren las elecciones; c) Los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad del Presidente o Vicepresidente de la República, cuando este último se encuentre ejerciendo la Presidencia y los de las personas a que se refiere el inciso primero de este artículo”.
Zury Ríos es hija de uno de los más sanguinarios golpistas, enemigos de la democracia que haya tenido Guatemala. No es necesario decir que ella representa la derecha en su país, esa derecha que permitió la entrada de empresas como la United Fruit, ITT, y otras que finalmente le hicieron daño a toda América Latina.
A la derecha internacional le conviene que el Tribunal Supremo Electoral no permita el regreso de Pineda, pero, al mismo tiempo conserve a Zury Ríos como abanderada, que, aunque todo mundo sabe que perdería, si mantiene su espacio, llegaría a la segunda vuelta, legitimando su derecho a ser votada, aún en contra de la ley. Lo cual sería un triunfo para la derecha latinoamericana, que tendría en ese punto de la geografía del continente una especie de base o trinchera para lanzar sus misiles ideológicos y golpistas hacia el norte, es decir, hacia México, cerrando una pinza que tiene su contra parte en el norte de México.
Si se permite la competencia de Zury Ríos, se comprobará que el Tribunal Supremo Electoral no sólo es parcial, como sucedió con el INE en México, sino que realiza activismo en favor de una derecha ansiosa por recuperar sus privilegios.
Guatemala tiene sedes de la derecha comunes a México, sobre todo aquellas empresas de la ultraderecha que en más de una ocasión trataron de desestabilizar la 4T, como es el caso de Bimbo, Kellogs, Cemex, Monsanto, Iberdrola, entre otras, que podrían organizar un golpe duro, incluso militar contra el gobierno mexicano desde territorio guatemalteco, con el aval de que se trata de un espacio autorizado por el Tribunal Electoral, con un segundo lugar electoral como testimonio y legitimidad
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La candidatura de Zury Ríos es punta de lanza de un proyecto mayor, no compite para ganar la presidencia sino para tener un espacio reconocido oficialmente desde donde pueda trabajar un golpe de Estado, que no sólo tenga como objetivo México sino Nicaragua, Cuba o Venezuela.
Otro objetivo, no menos importante de la permanencia en la contienda electoral de Zury Ríos es el hecho de anular las elecciones del 23 de junio, a causa de su presencia y hacer tiempo mientras se define la candidatura de Morena hacia la Presidencia de la República, porque saben que dos de los precandidatos se ceñirían a los esquemas tradicionales de la 4T, uno de ellos, daría un golpe de timón hacia el centro, incluso hacia a la derecha y no sería necesaria la elaboración de un plan golpista contra la política mexicana.
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