El viejo régimen que extrañan los conservadores
En sus recientes declaraciones, Marko Cortés manifiesta al presidente López Obrador, que el partido político Acción Nacional está en la mejor disposición de ayudar al gobierno, para que rectificando el rumbo, se camine hacia un estado de bienestar que pasa necesariamente por las viejas rutas neoliberales.
Para los panistas conservadores, un cambio de esta naturaleza es posible.
Por su parte, Gustavo de Hoyos Walther, presidente “vitalicio” de la COPARMEX (lleva cuatro reelecciones consecutivas), el crear el Banco de Bienestar, con sucursales en los principales municipios en el país, es un desperdicio de recursos evidente.
Además, significa la intromisión del Estado en un área que a su parecer, debe ser exclusiva del sector privado. Llama desleal a la competencia que hará el gobierno a la Banca tradicional.
Gustavo de Hoyos trabaja actualmente en la construcción de una plataforma política que le permita competir por una gubernatura primeramente y por la presidencia del país en el 2024.
Felipe Calderón ha señalado, vía Twitter, que el presidente López Obrador debería tomar ejemplo y consejo de quienes gobernaron al país en el pasado. La experiencia ajena, dice, siempre es de utilidad en la toma de decisiones importantes.
Al parecer, a Calderón le gustaría que el titular del gobierno del cambio diera atención a sus propuestas. Quizá tiene la idea de que durante su gobierno se realizaron acciones de relevancia.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional, propone una marcha de tres días y solicita el apoyo de “mujeres, hombres, ancianos, niños, estudiantes, obreros y campesinos” para detener el avance de la Cuarta Transformación y retornar, quizá, al estado de paz que se vivía en tiempos neoliberales, donde la dirigencia zapatista poco o nada se quejó.
Javier Sicilia propone a su vez otra marcha, invitando también a la sociedad civil para que la participación en la misma, sea nutrida.
Para “El Hombre que Besa”, la política de cambio que impulsa el actual gobierno, es equivocada en lo que respecta al área de seguridad.
Quiere que el presidente siga la línea de un proyecto que planearon él y personajes de la Sociedad Civil S. A. de C. V., para la pacificación del país.
Y de la misma manera están todos los personajes pertenecientes al mundo conservador.
Hoy Raymundo Riva Palacio, un periodista señalado reiteradamente de “chayotero crónico”, publica una nota en El Financiero y en su portal Eje Central, donde señala que personajes como la presidenta golpista en Bolivia, Jeanine Áñez y el corrupto presidente de Brasil Jair Bolsonaro, no ven al presidente López Obrador como un líder de talla mundial, sino más bien como un populista del montón.
Apuntala su juicio, con las opiniones de algunos columnistas de medios informativos internacionales, de corte claramente conservador, que opinan lo mismo.
Los conservadores de todas las clases y tamaños, tienen en común esta manera de visualizar el trabajo realizado por el gobierno del cambio y la posición que la derecha debe guardar en este sexenio.
Los panistas, socios inseparables del priismo durante la etapa neoliberal, estuvieron acostumbrados a co-gobernar con el partido tricolor por décadas.
No pueden entender la razón que le cierra la puerta a sus propuestas, en tiempos de la Cuarta Transformación.
Para ellos era muy natural que el priismo tomara en cuenta algunas de sus posturas y las incluyera en su agenda sexenal.
Lo mismo hizo el PAN cuando fue gobierno. El apoyo que brindaba a las propuestas priistas era evidente.
Gustavo de Hoyos Walther es un personaje gris, del que poco hay que ocuparse. Un oportunista de la política, sin trayectoria. Se ha perpetuado en la COPARMEX, a la que utiliza como trampolín para alcanzar sus metas personales.
El caso de Felipe Calderón es del dominio público. Su llegada al gobierno fue preparada previamente por el entonces presidente Vicente Fox. El fraude que le permitió gobernar al país durante seis años, se fraguó en Los Pinos y en él participaron empresarios, políticos, representantes de diferentes fuerzas políticas y el mismo presidente en turno.
¿Cómo no iba a escuchar Calderón cualquier consejo venido de Fox, al que le debía todo?
La dirigencia zapatista, fuera de su fulgurante aparición, no ha hecho otra cosa que llevar una vida de relativa comodidad en tierras chiapanecas. Durante el periodo neoliberal poco apareció en la vida pública. Su silencio fue casi total.
Su reclamo fuerte ha sido siempre en contra de la propuesta política de López Obrador. Esto, desde Andrés Manuel competía para ser Jefe de Gobierno en el entonces Distrito Federal.
Su enemigo ha sido por décadas, el hoy presidente de todos los mexicanos. No el neoliberalismo corrupto y represor, sino el político que ha optado por la vía pacífica.
Javier Sicilia está en la misma posición. Señala a López Obrador como culpable de la violencia que vive el país. El proyecto que él presentó al presidente, seguramente resolvería esta crisis de la noche a la mañana. Al menos él así lo piensa.
De Riva Palacio mejor ni hablamos. Efectivamente fue un destacado chayotero, a la misma altura que Loret de Mola, Ciro Gómez Leyva o Joaquín López Dóriga. Diga lo que diga en su defensa, la sociedad mexicana lo tiene en la lista de lo más negro del periodismo. De ahí su pobre credibilidad entre los jóvenes.
Si están quedando fuera de Televisa y otros medios de comunicación convencionales, varios de los periodistas citados, no sería de extrañar que a Riva Palacio, le depare el destino un final similar en el corto plazo.
¿Qué tienen en común todas estas personalidades y movimientos de corte conservador?
Lo dijo el presidente López Obrador el día de hoy en la conferencia mañanera.
Tienen una manera de pensar idéntica. Válida si se quiere, pero de corte neoliberal, que nada tiene que ver con el proyecto de transformación que vive el país.
Sus ideas, por muy interesantes que a ellos les parezcan, son conservadoras. Nunca serán aplicadas por un gobierno democrático que está rompiendo con el pasado neoliberal.
Y lo más importante: son ideas por las que no votaron los mexicanos.
La sociedad votó en el 2018 por un cambio de rumbo y eso es lo que hace hoy la Cuarta Transformación.
No puede haber cambio, si se colocan en la nueva canasta, las manzanas podridas del pasado.
El neoliberalismo fue un fracaso a nivel mundial y los conservadores en México se empeñan en rescatar esa política corrupta y criminal.
Hoy fue claro el presidente al respecto. Tienen libertad de expresar lo que gusten. Pero que no esperen que durante este gobierno, se apliquen recetas que fracasaron en tiempos neoliberales.
La visión de los vencidos (parafraseando a Miguel León Portilla), no aplica, ni aplicará, en tiempos de la Cuarta Transformación.
Malthus Gamba