22 Dic 2024

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La Cumbre de las Américas, el idealismo político y la propuesta de López Obrador
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La Cumbre de las Américas, el idealismo político y la propuesta de López Obrador

Textos y Contextos

Por: Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera

Varios jefes de Estado, incluido el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el de Brasil, Jair Bolsonaro, que lideran a dos de los países más grandes en América Latina, territorialmente hablando, podrían no asistir a la Cumbre de las Américas, lo cual demostraría el poco liderazgo que Estados Unidos tiene hoy en la región.

En el caso de Bolsonaro, son funcionarios del gobierno brasileño quieres adelantan que el mandatario usaría el desplante a Washington como estrategia electoral. Por su parte, López Obrador ha dicho que si no invitan a algún presidente debido a sus posturas ideológicas, él no se presentaría. Así, naciones como Cuba, Venezuela y Nicaragua, estarían representadas y presentes en un foro internacional que, como muchos otros, ha funcionado más que para el diálogo, como forma de propaganda y muestra de fuerza de EU.

Pero, ¿por qué sería importante que estén presentes todos los países en la Cumbre? Más allá del ideal bolivariano por crear una América unida, es un asunto de la interacción mundial y las bases con las cuales, se pretendió en el siglo XX, instaurar un sistema de paz mundial.

Existen en la disciplina de las Relaciones Internacionales dos teorías básicas que ayudan a comprender la dinámica de las naciones. Por una lado, tenemos el Realismo político, que, asegura, existen países que tienen una fuerza significativa y se hacen contrapeso entre sí. Por ejemplo, durante la Guerra Fría, la tensión existió porque Estados Unidos y Rusia median sus ataques en función de la posible respuesta del otro.

Así, bajo esta teoría, un actor preponderante no abusa de su poder por la precaución que le genera la reacción de otro que tiene la misma fuerza que él. Sin embargo, existiendo personajes como Adolfo Hitler, a quien no le importó desatar un conflicto internacional, debía haber otra forma de buscar la paz.

Precisamente, en el contexto de la Segunda Guerra mundial, surge la otra teoría, el Idealismo político, que pretendía crear un sistema de instituciones a nivel internacional para lograr la paz y el concierto de las naciones. Así, surgen instancias como el Banco Mundial (1944), el Fondo Monetario Internacional (1945), la Organización de Estados Americanos (1948), y la misma Organización de las Naciones Unidas (1945), ésta última teniendo como precedente a la Liga de las Naciones (1919), pero ya con mayor inclusión y estructura.
Sin embargo, es bien sabido que muchas de estas instituciones se construyeron bajo las directrices de los Estados Unidos, pues, sin duda, fue el país que sacó mayores ventajas de las guerras en Europa la primera mitad del siglo XX.

Ya en el siglo XXI, debería dejarse detrás que, en su origen, este Idealismo político fue utilizado por las potencias para crear sistemas a su criterio y para su beneficio. El diálogo, los tratados, las cumbres y los entendimientos, debieran ser realmente multilaterales, en aras de buscar la paz y el desarrollo.
Lo que propone el presidente López Obrador no es descabellado. El sistema mundo no debe seguir bajo las decisiones de sólo un puñado de Estados, alimentando la asimetría que ha generado hambre, pobreza, violencia y migración, entre muchos otros fenómenos terribles, en naciones descritas con eufemismos como “países en desarrollo”, cuando en realidad están subdesarrolladas o siguen, varadas en el pasado, siendo el tercer mundo.

Y es que hay acciones del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ya no se entenderían, por ejemplo, que convocara a Juan Guaidó como representante de Venezuela, algo que, según medios como The New York Times, podría suceder. Sin embargo, en el contexto del conflicto Rusia-Ucrania, ¿a quién buscó la Casa Blanca para pedir que le vendieran petróleo venezolano al país norteamericano? A Nicolás Maduro.

No se puede pretender el control de lo que no te pertenece. Estados Unidos no puede mantener una política de “hago lo que me conviene”, más aún cuando afecta a países como Cuba o Venezuela, con sanciones económicas que no permiten el desarrollo de sus sistemas.

Otros países como Honduras y Bolivia, se han sumado al llamado del presidente mexicano de no asistir a la cumbre hasta no ver una representación total de la región. Podría ser, pero quizás estemos en la antesala de otro intento tipo la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), pues si EU se niega a escuchar, los otros tendrán que organizar sus propios diálogos.

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