Por: Jorge Barrientos
@jorgebarrivivas
Una de las promesas del Presidente Andrés Manuel López Obrador fue que durante su mandato se transparentarían los procesos de elección en los sindicatos para que los trabajadores eligieran en libertad.
Los primeros ejemplos de que el Presidente cumplía se notaron en elecciones como la de General Motors en Guanajuato, feudo panista pro empresarial, donde la CTM, madre de los sindicatos “charros”, perdió el contrato colectivo, el cual se dio por terminado luego de que 54% de los trabajadores decidieron no legitimarlo, gracias a que las votaciones fueron monitoreadas por personal de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS).
En el inicio del actual sexenio hubo algunos procesos en los que los resultados tenían la misma inercia que en el pasado y por los que mucha gente acusaba de gatopardismo por parte del gobierno, sin tener en cuenta que, como cualquier administración, la de la 4T también requería su curva de aprendizaje. Además, varios de estos procesos fueron acelerados por líderes charros sabedores, ellos sí, de que en cuanto la iniciativa democrática sindicalista de la 4T arrancara, poco podrían hacer.
Es el caso del sindicato de los trabajadores de PEMEX, en el que hace un par de años algunos líderes de sección aprovecharon ese momento para reelegirse o instalar títeres y continuar al frente de sus secciones, aun cuando muchos tenían ya más de 10 años al frente. Ahora, con elecciones en puerta, el Presidente López Obrador propuso que las elecciones sean mediante voto electrónico secreto para que los petroleros lo emitan en total libertad.
Esto a sus dirigentes los tiene muy nerviosos, aunque el dinosaurio manejado por Romero Deschamps todavía coletea, parece que caerá por fin. Veamos… Es cierto también que muchos de la oposición no representan una reforma sindical sino solo un cambio de mando con las mismas prácticas (gatopardismo).
No hay una propuesta vanguardista, mucho menos medianamente distinta de lo que hasta hoy ha significado el trabajo sindical dentro de PEMEX.
Hace unas semanas, en ASSA, el sindicato de sobrecargos de aviación, se inició un proceso de elecciones para distintos puestos sindicales, proceso que fue acompañado por representantes de la Secretaría del Trabajo hasta el conteo final que ocurrió sin que se presentaran incidentes. Esto deja patente que dicha asociación continúa siendo una de las más democráticas de México.
Y a los extraterrestres, primero investiguen, después opinan.