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Justicia ausente si NO HAY DINERO
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Justicia ausente si NO HAY DINERO

Por Miguel Ángel Lizama
@Migueliz8

CARLOS ERNESTO TOSCANO TOLENTINO desde Mazatlán, Sinaloa, leyó en SinLínea.MX mi artículo sobre “Amparos, Otra Perversión Neoliberal” y creyó vislumbrar una esperanza de justicia para su caso, que viene peleando desde 2013, primero en un Juicio Testamentario y luego con un amparo, a partir de 2016. Dice haber tocado muchas puertas y en ninguna ha encontrado un resquicio a la Justicia. Obvio, no tiene el dinero para abogados influyentes con “derecho de picaporte” en el Poder (per)Judicial.

Hasta el momento NINGUNA AUTORIDAD PROCURADORA O IMPARTIDORA DE JUSTICIA lo ha atendido con lo mínimo esperado de quien juzga: SABIDURÍA E IMPARCIALIDAD. Bueno, por lo menos Imparcialidad, para no pedir mucho. Nada más de lo que esperaba MANUEL CRESCENCIO GARCÍA REJÓN cuando propuso el Juicio de Amparo contra autoridades del Ejecutivo y Legislativo que lesionen las Garantías Individuales de los ciudadanos. AQUÍ EL PROBLEMA ES QUE TAMBIÉN HAY JUECES, con sesgos de predilección, influencias u olvido, todo lo cual niega la Justicia esperable en un ideal “Estado de Derecho”.

Pero antes de seguir, vale aclarar, para que nadie se equivoque ni confunda, al atender una petición SinLínea.MX no pretende abanderar cruzadas o causas contrarias o ajenas a la 4T y al esfuerzo del Presidente López Obrador por responder a las expectativas y esperanzas populares. Aquí se trata de dar voz a un ciudadano mexicano, sin caudales ni influencias, quien no tiene el género que lo ayude ni empatías que lo alienten. Sólo sed y esperanza de Justicia, IMPARCIAL, que dé a cada quien lo suyo, como marca el origen y la razón del Derecho.

Los problemas de Carlos Toscano, que lo tienen al borde del paroxismo, empezaron cuando su madre, MARÍA DE JESÚS TOLENTINO GUZMÁN DE TOSCANO, falleció y dejó TESTAMENTO PÚBLICO ABIERTO (cuya copia tengo a la vista) nombrando como Albacea a su hijo Carlos Ernesto Toscano Tolentino, mi lector. Embrollos familiares motivados por la herencia (como no resulta extraño) hicieron de un asunto en apariencia claro y sencillo (la última voluntad de una madre), un lío con una de las hermanas, que desembocó en una jueza de lo Familiar, quien pareció inclinarse más por el género que por la Justicia, ¡Y CRECIÓ LA BRONCA! Alega Carlos Ernesto con constancias en su poder, que así empezó su penoso transitar por los vericuetos de la burocracia oficial, donde pasó de lo Familiar a lo Penal, topando hasta con absurdos como en la Comisión de Derechos Humanos estatal que a su queja le respondió que tenía “convenio con la Procuraduría de Sinaloa para no emitir recomendaciones a sus Agentes del Ministerio Público”. LA TOTAL INDEFENSIÓN CIUDADANA POR CONVENIOS ENTRE BURÓCRATAS. Tácitos o explícitos, son igual de condenables.

Al parecer y por lo visto en papeles, el asunto de Carlos Ernesto Toscano Tolentino en Sinaloa se asemeja al Nudo Gordiano que Alejandro Magno encontró en Frigia a su paso hacia la conquista de Persia, que con cada intento por desatarlo, lo anudaban más. Este caso se ha enmarañado debido a los años transcurridos (7 desde que empezó el litigio); las autoridades que han intervenido; los alegatos de violaciones a la impartición de justicia y, sobre todo, la falta de recursos monetarios para pagar abogados bien relacionados que inclinen la balanza de la Justicia a favor de su cliente. Para desatar el embrollo judicial que enfrenta, y sin grandes recursos para hacer valer su derecho (pese a ser licenciado en Derecho), Carlos Toscano Tolentino sólo depende de los Defensores de Oficio que, como ha sido queja recurrente durante años, sólo esperan la quincena y no atienden con diligencia, competencia ni interés a sus defendidos.

Según las quejas de Toscano Tolentino, en la Judicatura sinaloense obran constancias contra Jueza y personal del Juzgado Primero de lo Familiar (donde todo empezó); contra los titulares de las Agencias 3 y 4 del Ministerio Público que recibieron sus denuncias; contra el director de Averiguaciones Previas que no indagó y el Subprocurador de Justicia de Sinaloa, quien no la ha procurado hasta el momento. Las actuaciones de cada uno, en vez de resolver, han complicado más el asunto, dando largas o soslayando la resolución justa que corresponda, o lo que es peor, tratando de “convencer” al quejoso de desistirse de su reclamación.

Ante la aparente indiferencia de la ¿Procuraduría de Justicia? (hoy Fiscalía), Carlos Ernesto Toscano Tolentino confió en la competencia y ética de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, donde tanto su titular, como el Contralor y la responsable de la oficina en Mazatlán, trataron de convencerlo de que desistiera de su queja. El clásico “Olvida todo y vámonos a descansar”. ¿Para qué te complicas?

Desesperado ante las murallas oficiales, Carlos Ernesto cayó en una Distimia y desaliento diagnosticados en el Seguro Popular, pues no es Derechohabiente de nada, pero los médicos que lo atendieron, en vez de reanimarlo, lo empeoraron, por lo que fueron señalados como probables responsables de posible Tortura Psicológica que le causó al quejoso una Parálisis Facial derecha, de la que aún no se repone, y más trastornos psico-físicos y anímicos que empeoran su situación personal y legal.

Vale aclarar: Por insidiosa, la tortura psicológica es más grave que la tortura física. Esta es más evidente y fácil de probar, y con el paso del tiempo sana sus lesiones, contrario a la psicológica que puede agravar sus consecuencias, no tan visibles y a veces irreversibles, difíciles de pronosticar. A diferencia de otros sonados casos en que los jueces resuelven y condenan al pago de SUMAS MILLONARIAS por DAÑO MORAL intangible e imposible de cuantificar, en este caso no se han querido ver los estragos manifiestos en el deterioro paulatino del ánimo, salud y hasta apariencia del doliente.

Carlos Ernesto Toscano Tolentino llegó al extremo de acudir al Palacio Nacional con un escrito buscando el auxilio del Presidente López Obrador, que le recibieron hace un año y no le han contestado hasta hoy, aunque le marcaron mes y medio para la respuesta. Ello evidencia dos cosas: 1)Es enorme el alud de peticiones a nuestro Presidente por el tiradero que le dejó el PRIAN, y que todos le exigen (y esperan) resolver de inmediato como si fuera mago, y 2)Han enredado tanto el caso testamentario Toscano Tolentino que los secretarios de las dependencias responsables no le quieren entrar a desenredarlo y, por lo contrario, lo enmarañan más, como el nudo gordiano.

Ante la depresión y desesperación de comprobar que la Justicia se aleja más de él en un laberinto burocrático, Carlos Toscano Tolentino desde Mazatlán vio en SinLínea.MX un atisbo de APOYO para airear su caso, un posible salvavidas en el mar picado, lleno de tiburones, de las marañas oficiales. Suplica -no exige como en las protestas Nazis de moda- al Consejo de la Judicatura de Sinaloa y las autoridades que han contribuido a complicar su asunto, que le den ¡YA! la Justicia que en Derecho le corresponde, para respetar la voluntad de su madre (la testadora) que hasta ahora se ha visto nulificada por argucias legaloides.

Sin pretensiones salomónicas, todo lo anterior conduce, inevitablemente, a una inducción lógica: A GRANDES MALES, GRANDES REMEDIOS. Ante los problemas de leyes corruptas hechas por corruptos para su Corrupción, hay que cortar de tajo todo este enredo, igual que muchos otros, como hizo Alejandro Magno con el nudo gordiano. El problema es: ¿QUIÉN ES EL BRAVO QUE ASESTARÁ EL ESPADAZO?

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