iglesias instalan aplicaciones espía en los móviles de sus adeptos
Al más puro estilo de una novela distópica, existen ciertos tipos de software dedicados a la vigilancia que no solo son capaces de rastrear los movimientos de una persona, sino de observar prácticamente cada paso que da en su día a día digital. Esto es lo que están haciendo ciertas instituciones religiosas en Estados Unidos, que hacen uso de lo que se conoce como shameware o “software de la vergüenza” para espiar a sus feligreses.
En un extenso reportaje de Wired, se habla sobre cómo iglesias de Estados Unidos están usando este tipo de software para poder rastrear qué es lo que hacen sus adeptos. Recoge los casos de varios softwares como Convenant Eyes o Accountable2You, que atentan frontalmente contra la integridad y privacidad del usuario y de lo que consume en Internet en favor de valores religiosos férreos y restrictivos.
El caso más llamativo es el de la iglesia evangélica bautista del sur, Gracepoint, que obliga a todos sus adeptos a instalar Covenant Eyes, una aplicación que permite rastrear todos los movimientos de los dispositivos móviles de sus feligreses, llegando incluso a hacer capturas de pantalla cada pocos minutos de los mismos.
Esta aplicación forma parte de un ecosistema de apps completamente dedicado a la vigilancia religiosa, pensadas para padres e instituciones. Pagando una mensualidad, estas aplicaciones rastrean todo lo que hace el usuario, viendo su contenido, rastreando su tráfico en Internet y haciendo capturas de pantalla.
Estas aplicaciones, posteriormente, informan de todo esto a los responsables de gestionarlas. La idea es simple; estas aplicaciones se usan para acabar contra la pornografía (de hecho, se comercializan así), y buscan ayudar al dueño del dispositivo a “controlar todos sus impulsos”.
Los permisos que otorgan estas funciones de accesibilidad son usados para realizar capturas de pantalla o detectar y registrar las aplicaciones y contenidos web visitados. Este ha sido el principal motivo de Google para borrar estas aplicaciones.
El análisis recoge cómo ciertas palabras están marcadas como contenido problemático, como “gay” o “lesbiana”. Además, marca webs dedicadas a colectivos como el LGBTQ+ como “altamente cuestionables”, saliéndose de lo que se consideraría estrictamente como pornografía.
Pero ¿de dónde proviene esta app? Ha sido desarrollada por Michael Holm, ex-matemático de la Agencia de Seguridad de los Estados Unidos y que ahora es científico especializado en datos. El sistema, que sobre el papel permite dirimir contenido pornográfico del no pornográfico, captura todo lo que es visible en la pantalla, analiza las imágenes localmente y si detecta contenido inapropiado, las desenfoca y las envía a un servidor para que sea revisada.