LA CUERDA FLOJA
Gabriel Zaid, ideólogo de la 4T
León Fernando Alvarado
@feralva61
La derecha tiene pocos ideólogos. Pero aunque son pocos, la derecha no los conoce. Como no los conoce, no los lee; como no los lee, no está al tanto de sus propuestas; como no está al tanto de esas propuestas, sus declaraciones -pongamos por caso los despropósitos de la senadora Lily Téllez- son palos de ciego que no rebasan la vociferación.
Gabriel Zaid es uno de esos ideólogos desconocidos. Zaid es ensayista y poeta de los buenos: Mi amada es una tierra agradecida. Jamás se pierde lo que en ella se siembra. / Toda fe puesta en ella fructifica. Aun la menor palabra en ella da su fruto. Polemista: todavía se recuerda la encendida querella sostenida con Adolfo Gilly sobre el carácter de la guerrilla salvadoreña.
Dos antologías cruciales para la literatura mexicana llevan su firma: Ómnibus de poesía mexicana (1971) y Asamblea de poetas jóvenes de México (1980). Su obra ideológica está recogida en varios volúmenes. Nos ocuparemos de los siguientes: De los libros al poder (1988), Adiós al PRI (1995), Hacen falta empresarios creadores de empresarios (1995), y La economía presidencial (2000).
Si no se conociera su acendrada honestidad, podría pensarse que Zaid es lo que en el argot del espionaje se conoce como un “topo”, un infiltrado que desde bastiones de la derecha –las revistas Contenido y Letras Libres- ha difundido ideas propias de la 4T sin ser descubierto (como hace un “topo” que se respete), o que dictó al oído de Obrador el programa de acción de la 4T. O eso, o la derecha es populista.
Sobre la infantil pretensión de ciertos intelectuales de tener a la verdad luchando a su lado, lo cual eso les confiere la obligación de imponer su verdad a la de los demás, Zaid -irónico de sí mismo y de los habitantes de la República de las Letras- afirma en De los libros…, página 72: “Los que sabemos qué les conviene a los demás nos impacientamos de que no lo vean y, para acabar pronto, preferimos decretarlo, ya sea llegando a la cúspide del poder o influyendo para que decrete lo correcto”. Así que nada de extrañar la ‘dictadura perfecta’: nosotros la restauraremos, no tanto porque queramos sino porque ustedes, que no son gente de razón, nos orillan a hacerlo. ¡Ábranse! ¡A’i va el golpe!
Propone Zaid, en la página 248 de Adiós al PRI, “que el personal de la Secretaría de Hacienda y el Banco de México se reduzca 20%”. Si esto mismo lo dijera Obrador, la jauría de todos conocida intuiría en la ahorrativa medida del dictador su intención de perpetuarse en el poder al controlar el tipo de cambio, las cifras sobre la inflación y los pronósticos de crecimiento.
La lista de Zaid continúa en la página 249 del mismo libro: “que se reduzca a la mitad el número de aviones del gobierno federal, y que se publique la lista, con el costo anual de cada uno y los funcionarios con derecho a usarlos, para que sea fácil verificar cuando se usan ilegalmente.” Obrador sólo agregó la rifa del avión “que no tiene ni Obama”. Qué fácil se ve cuando el trabajo ya lo hizo otro.
¿Y cómo andamos con la economía? Veamos. La página http://www.tandasparaelbienestar.economia.gob.mx/ dice: “El Programa de Microcréditos para el Bienestar, mejor conocido como “Programa de Tandas para el Bienestar”, es parte de los 30 Programas y Proyectos Prioritarios del Gobierno de México y busca apoyar a la población que, por diferentes causas, no ha tenido acceso a los servicios que ofrece el sector financiero tradicional para iniciar un negocio o consolidar uno existente”.
Pero esto ya lo había diagnosticado Zaid hace más de veinte años, porque en la página 31 de La economía presidencial, afirmó: “Las inversiones producen más en pequeñas dosis, a cargo de sus dueños, que en las grandes concentraciones públicas, privadas, transnacionales, sindicales.” Alabada sea la visión de los profetas.
Y lo remarcó en la página 45 de Hacen falta empresarios…: “Para abaratar los créditos supuestamente baratos, y hacerlos competitivos con el agiotismo, hay que subir las tasas nominales por encima de las bancarias y reducir a cero sus costos invisibles: prestarlos sin mayores trámites.” De la sorpresa al desencanto: Gabriel Zaid es lectura de cabecera de Andrés Manuel, sus 100 Compromisos se inspiran en los libros de Zaid.
Tal como una madre ama a su hijo sin conocerlo, aun sin que nacieran el INE y los organismos autónomos Zaid habló sobre los funcionarios que han rechazado disminuirse su salario para que no ganen más que el presidente. Dijo: “Las grandes empresas les ponen jaulas de oro a sus empleados más capaces y los malacostumbran a lujos que nunca podrán darse por su cuenta. Pagan tan bien la dependencia, que la independencia se vuelve incosteable”. Remítase el lector a la página 52 de Hacen falta empresarios… A eso se le llama “tener un pelo del diablo” y por mucho menos, en otros tiempos, la Santa Inquisición lo habría acusado de hechicería.
Pero la parte más populista del discurso de Zaid se encuentra en la página 119 de La economía presidencial. Plantea: “Repartir 5% del ingreso nacional en efectivo, a partes iguales, entre todos los ciudadanos, por el simple hecho de serlo; (…). Esto multiplicaría el ingreso de los mexicanos más pobres y los arraigaría”. Tan claro como eso.
Y en la 72 de Hacen falta…, contradice a la élite y a los aspiracionistas que los acompañan, quienes venden la idea de que el progreso del país nos viene de su mano dadivosa: “El progreso autónomo, disperso, desde abajo, siempre ha existido; pero nunca ha sido muy respetado, ni para efectos de registro y análisis histórico, económico, sociológico. Se supone que abajo hay una masa amorfa que debe ser refundida, por su propio bien, en algunos de los moldes del progreso”.
Como conclusión, se transcribe el discurso estelar con el cual Zaid convoca a la nación a no faltar este 1º de agosto a la Consulta Popular 2021 sobre el juicio a los ex presidentes.
Está en la 247 de Adiós al PRI: “Hay que buscar responsables de la crisis actual, por elemental justicia y para mejorar. Es importante que los apoderados sociales entiendan que el poder es de la sociedad, no de ellos. Que no tienen derecho a la impunidad. Que si dañan a la sociedad, de la cual son apoderados, tienen que pagarlo”.
Escrito está.
León Fernando Alvarado. Docente, narrador y periodista. Tiene publicados una novela y un libro de cuentos, además de narraciones y columnas periodísticas en diversos diarios y revistas. Premio Nacional de Cuento León 1987 (Jurado: José Agustín, Armando Ramírez y Rafael Ramírez Heredia). Premio Estatal de Periodismo Guanajuato 2012, categoría Reportaje.