21 Dic 2024

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Frente Opositor y Xóchitl Gálvez, la apuesta por las narrativas
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Frente Opositor y Xóchitl Gálvez, la apuesta por las narrativas

Textos y Contextos

Por Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera

Hay un furor en la oposición y sus opinadores de los medios empresariales por impulsar a Xóchitl Gálvez, senadora panista de orígenes indígenas, para que busque la presidencia en 2024 bajo la bandera del Frente Opositor que reúne al PAN, al PRI y al PRD.

Primero habría que hablar del propio Frente: columnistas de diversos diarios se desgarraban las vestiduras cuando las llamadas corcholatas de Morena iniciaron sus precampañas con el objetivo de ser la o el Coordinador de Defensa de la 4T; se quejaban de que era un artilugio para iniciar mucho antes sus recorridos por el país, para no incurrir en la ilegalidad de ser llamados precandidatos.

Ah, pero, semanas después, la oposición anunció que buscarán a un Responsable Nacional para la Construcción del Frente Amplio Opositor, y, ahí sí, los mismos opinadores celebraban esa “creativa y fresca” forma de hacerle frente a las “malévolas estrategias” del oficialismo.
En esencia, ambas precampañas son lo mismo e igual de únicas en la historia de nuestro país, pues llevábamos décadas de “el dedazo” y la herencia de poder sin procesos sociales de ningún tipo. Por donde se le quiera ver es positivo que las fuerzas políticas salgan a la calle y muestren sus propuestas antes de llegar a la elección federal. Incluso la oposición debió mostrar más apertura a la ciudadanía, y sus personajes elegidos deberán, primero, reunir 150 mil firmas de ciudadanos para registrarse como aspirantes.
Con esto, PRI, PAN, PRD han aceptado que no tienen presencia alguna en el escenario político rumbo a las elecciones presidenciales. En un país de 32 estados donde 22 tienen gobierno de Morena, muy poco van a lograr en 2024, por lo que han sido orillados a democratizar de alguna manera sus procesos: décadas de prácticas cupulares y hasta en ello el gobierno del presidente López Obrador influye.

En su programa de Canal Once, Ricardo Raphael le mostró a Santiago Creel una encuesta de Demotecnia de las Heras rumbo al voto de 2024: Morena 63 por ciento, PRI 7, PAN 5 y PRD ya cerca de perder incluso el registro. Aunque Creel no daba crédito, y aseguró que en 2021 el escenario era igual, la derrota en el Estado de México qué sufrió su alianza sustenta dichas cifras.

Ahí es donde entra Xóchitl Gálvez, quien para la oposición no es más que una narrativa. Oriunda de Hidalgo, de orígenes indígenas, venció la pobreza y alcanzó el sueño de la política mexicana. Incluso, ella misma ha compartido fotografías de sí misma donde se ve claramente su pasado en la clase baja. “Aquí pueden ver a una mujer con sueños, con ganas de salir adelante, con metas, valiente, que siempre ha luchado, libre, respetada, feliz, orgullosa de sus raíces. No tengo guión, soy auténtica (sic)”, compartió en Twitter hace tres días con una imagen donde sostiene una especie de tamal y se le mira con los cabellos esponjados.

Hay que tener cuidado con las narrativas: el solo hecho de haber salido de la pobreza no te hace automáticamente una buena persona; el tener orígenes indígenas no garantiza empatía con los pueblos originarios. La gran pregunta es: ¿qué ha hecho Xóchitl Gálvez, qué la hace diferente a los demás políticos? La respuesta: nada.
En 1992, Gálvez fundó la empresa High Tech Services, dedicada al desarrollo de proyectos de alta tecnología dirigidos al diseño de edificios y áreas inteligentes, ahorro de energía, automatización de procesos, seguridad y telecomunicaciones, lo que la hace una buena empresaria y ya, no más. Si su quehacer político fuese destacable basaría su campaña en sus resultados y acciones por las personas desprotegidas y no en sus orígenes humildes.

Pero Gálvez puede contrastar bien contra apellidos como Sheinbaum o Ebrard, convirtiendo posibles campañas en mexicanos humildes contra oligarquías, sólo por puras percepciones superfluas, porque la oposición, por más que trata de “democratizarse”, sigue jugando con las mismas estrategias de siempre.

Veremos si Santiago Creel, la antítesis de la humildad y las clases bajas, cede su lugar como candidato por una narrativa del México profundo que compita más en lo emocional que en las propuestas, en cuyo caso, detrás de Gálvez habrá un grupo oligarca que, sin duda, no la dejará gobernar bajo sus criterios. Incluso, sería difícil que un candidato de la oposición sea libre de empresarios y cúpulas a quienes les urge volver al poder para recuperar sus privilegios.

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