Fallaron los analistas ‘balines’ de la oposición
La semana pasada se anunció que el monto del Producto Interno Bruto en México disminuyó en 8.5% durante 2020, comparándolo con la cantidad que representaba en diciembre de 2019.
Los cálculos de “los expertos” en junio de 2020, predecían que esta caída iba a ser mayor al 17% y unos meses después la ubicaban en 10.5%, pero como siempre sus pronósticos son bastante alejados de la realidad.
Los medios “especializados” como El Economista, el Financiero, la agencia Infobae y otros como el Reforma, el Universal, Imagen, Milenio y algunos más, querían vernos escandalizados caminando por las paredes con sus noticias basadas en las opiniones de distintos “expertos”, vaticinando que México estaría entre los países que perderían una mayor proporción del PIB en 2020.
Hay que recordar la definición más popular que existe de un economista; es una persona que la primera mitad de su tiempo nos dice lo que va a suceder y la otra mitad la usa para explicarnos por qué razón no sucedió lo que nos había dicho antes.
Al final, como dijimos anteriormente, la caída del PIB mexicano no llegó al 9% y esto sucedió sin adquirir deuda adicional. Hay que recordar que durante la pandemia de 2011 que duró 3 meses, en la que no se cerró la economía como sucedió en 2020, gestionada de la peor manera posible por el gobierno de Calderón, la caída del PIB fue de 6.7%, con un crecimiento de 561 mil millones de pesos en la deuda pública durante ese año y un incremento del 1% en el IVA, que pasó de 15 a 16%.
Así es que comparando el tamaño del problema en los dos escenarios, en el aspecto económico realmente no le fue tan mal al país.
Para darnos una idea de las caídas del PIB en otros países, España y Ecuador perdieron 11%, Argentina casi 12%, Perú casi 14% y Brasil 6%, prácticamente todos ellos contrayendo una importante deuda adicional, lo que México no hizo.
Por otro lado, en nuestro país se recuperaron 10.5 millones de los 12 millones de empleos totales perdidos durante la primera parte de la pandemia, los combustibles disminuyeron su precio en un 5%, el valor del peso se mantuvo estable, la inflación no se disparó, el monto de las ganancias por exportaciones fue el mayor de la historia para un año con 34 mil millones de dólares de diferencia a nuestro favor, entre lo que vendimos y lo que compramos al extranjero.
El desarrollo de los proyectos de infraestructura avanzó de acuerdo a lo programado, se construyeron y habilitaron 85 universidades nuevas, se proporcionaron apoyos sociales para 8 millones de ancianos, más de 1 millón de niños con discapacidad, 11 millones de estudiantes, 1 millón de jóvenes que trabajan como aprendices, 3 millones de pequeños productores y pescadores, cientos de miles de pequeñas empresas y negocios, 3 millones de créditos y la recaudación de impuestos no disminuyó a pesar de la pandemia.
La infraestructura de salud pública se incrementó en casi 500% para atender la emergencia sanitaria de hospitalización durante la pandemia. Todo esto se logró con la actividad económica prácticamente cerrada durante 4 meses y sin adquirir deuda pública adicional.
Con una gestión adecuada del programa de vacunación, los pronósticos coinciden en que el PIB de México crecerá alrededor de un 6% para el 2021, con lo que prácticamente habremos recuperado el monto perdido durante 2020.
No es casual que los privilegiados del pasado, estén desesperados y desilusionados porque a pesar de todo, el avance del país los aleja cada vez más de su enorme deseo por regresar, para poner en práctica el robo del erario y el saqueo de las riquezas de los mexicanos, que los hacía tan felices.
Como dice el refrán: “Qué poco cuesta construir castillos en el aire y qué cara es su destrucción”.