El año que terminó ayer fue uno de los más complicados de la época moderna para la humanidad. Un año de tristeza para casi todos, de dolor para muchos, de reto y esperanza para la gran mayoría. Hoy termina con una luz al final del túnel de la pandemia, representada por las vacunas que ya existen para superarla.
El que llegó hoy tampoco será un año fácil para nadie. El mundo tendrá que recomponerse y que reinventarse en muchos aspectos; tomará tiempo poder vacunar a las poblaciones y mucho esfuerzo remontar la fuerte crisis económica que provocó en casi todo el planeta.
En México, por fortuna la recuperación económica ya está en marcha desde el tercer trimestre del año, la vacunación ya comenzó y hoy es un buen momento para revisar las expectativas que podemos tener para el año que comienza en nuestro país.
Una vez que México pudo superar la deplorable situación que en 2018 imperaba en relación con la infraestructura, los equipos y el personal de salud, habiéndola tenido que incrementar en casi 4 veces para enfrentar la pandemia y ya con los contratos firmados con las farmacéuticas para seguir trayendo la vacuna, la expectativa para 2021, es que ésta se aplique a la mayoría de la población y que la infraestructura de salud sea suficiente para dar atención hospitalaria a quienes lo vayan requiriendo.
En paralelo podremos ver las primeras compras de medicamentos realizadas a través de la ONU, lo que permitirá ir atendiendo gradualmente las necesidades de toda la población que las requiera, en el nuevo esquema de derecho universal y gratuito a la salud que ya se encuentra plasmado en la Constitución.
Con la recuperación económica en marcha, un escenario de finanzas públicas sanas, disciplina presupuestal, niveles de recaudación aceptables y una política fiscal orientada a combatir la evasión, los pronósticos de las distintas firmas e instituciones financieras internacionales, apuntan a un crecimiento del PIB que oscila entre 3.5 y 6% en el año, con una inflación de alrededor de 3%, un precio del dólar de alrededor de 20 pesos, una balanza comercial y una de pagos superavitarias.
Los apoyos para los programas sociales y para los productivos se mantendrán y su monto se incrementará por encima de la inflación, el Banco del Bienestar comenzará a operar con mil sucursales y avanzará rápidamente la cobertura de Internet a zonas donde no llega, lo cual permitirá que cada vez más mexicanos vayan accediendo al desarrollo y al bienestar.
Los grandes proyectos de infraestructura del gobierno seguirán desarrollándose de acuerdo con lo programado, el nuevo tratado de libre comercio y las remesas continuarán reforzando la actividad económica sin necesidad de que el gobierno contrate deuda adicional.
Se llevarán a cabo las elecciones más importantes de la Historia en cuanto a número de cargos en disputa, dentro de un nuevo escenario con la ley que tipifica los delitos electorales como graves sin derecho a fianza, con una población politizada y vigilante para denunciar irregularidades en el proceso. Las encuestas pronostican un triunfo generalizado a favor de Morena en prácticamente todo el país, con una oposición unida en coalición que solamente alcanza a reunir menos del 15% de la preferencia electoral y que cuenta con el 68.9% de rechazo de la población.
Se celebrarán las Olimpiadas que tuvieron que postergarse este año por la pandemia, donde sin contar aún con las proyecciones oficiales y aunque todavía en condiciones de desventaja si las comparamos con los países desarrollados, podríamos esperar a más mexicanos en la tabla de medallas, después de que por primera vez se les otorgaron apoyos decentes para que lleven a cabo su preparación durante dos años.
Como dijo el poeta mexicano Amado Nervo: “No es aventurado esperarlo todo. No le cuesta más trabajo a esa corriente formidable de la vida, en que están las causas y los efectos, llenar un ánfora grande que un ánfora pequeña”.