Ex presidente de Francia es condenado a prisión por delitos de corrupción y tráfico de influencias
Tres años de prisión es la condena para el expresidente de Francia Nicolas Sarkozy por corrupción y tráfico de influencias en el llamado caso Bismuth o caso de las escuchas.
De acuerdo con el tribunal, el exmandatario ofreció contrapartidas en 2014 a un fiscal a cambio de informaciones y ayuda en una causa que le afectaba. La sentencia señala que podrá cumplir la pena “bajo régimen de detención domiciliaria bajo vigilancia electrónica”, un brazalete. Durante el juicio se declaró víctima de encarnizamiento de la Fiscalía y de los jueces, y ha avanzado que recurrirá la condena.
El tribunal reprochó a Sarkozy que “hubiese utilizado su estatuto de antiguo presidente de la República y las relaciones políticas y diplomáticas que tejió cuando estaba en ejercicio para gratificar a un magistrado que había servido a su interés personal”.
Cabe señalar que Sarkozy no es el único con años de prisión, también fueron condenados a las mismas penas su abogado, Thierry Herzog, y el antiguo abogado general (fiscal) de la Corte de Casación, Gilbert Azibert.
Con esta condena, Sarkozy se convierte en el segundo ex presidente, en ser sentenciado a una pena de cárcel.
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— EL PAÍS (@el_pais) March 1, 2021
“El caso Bismuth tiene su origen a principios de 2014. En aquel momento, al expresidente le preocupaban las agendas que la Justicia se había incautado en el caso Bettencourt, del que Sarkozy fue exonerado. Sarkozy y Herzog, en sus conversaciones telefónicas, hablaban sobre cómo lograr que el fiscal Azibert, amigo de Herzog, les informase del ambiente interno en la Corte de Casación respecto al recurso para recuperar las agendas. Y mencionaban la posibilidad de que, a cambio de estas informaciones, Sarkozy hiciera valer su influencia ante Alberto de Mónaco para que Azibert obtuviese la plaza que anhelaba en el Consejo de Estado del Principado”. Relata El País.
“Yo le haré subir… le ayudaré”, le decía el expresidente al abogado. “Yo me ocupo porque voy a Mónaco y veré al príncipe”.
Con información de El País