Callando bocas la estrategia de seguridad de AMLO
En los últimos 4 años se aplica por primera vez en décadas una estrategia integral para combatir la incidencia delictiva en México, que básicamente se mueve en dos ejes, uno es que las fuerzas federales representadas por la Guardia Nacional tengan presencia permanente en todo el país, el otro es atender las causas que ocasionan que las personas opten por adoptar conductas antisociales.
Dentro de este marco general se creó un gabinete de seguridad a nivel federal dirigido personalmente por el presidente de México, conformado por las fuerzas armadas, la secretaría del ramo, la guardia nacional y otras instancias del gobierno, que se reúne diariamente a las 6 de la mañana en Palacio Nacional, para revisar y analizar los acontecimientos sucedidos durante las 24 horas anteriores a la reunión, tomando decisiones y llevando a cabo acciones que atiendan los problemas en forma inmediata, en los lugares donde se requiere.
La estrategia incluye que este mismo tipo de reuniones se lleve a cabo en otros 32 gabinetes de seguridad, uno en cada estado del país todos los días, con la presencia de los gobernadores y de los mandos de policía, de guardia nacional y fuerzas armadas destacados en forma permanente en 266 bases ubicadas en cuarteles en todo el territorio nacional, coordinando sus acciones con el apoyo del gabinete federal.
En estos 4 años se han contratado, entrenado y equipado adecuadamente a más de 100 mil efectivos de la Guardia Nacional, se han construido los cuarteles necesarios para que los destacamentos de esta fuerza operativa, tengan presencia permanente en 266 regiones en los 32 estados del país, con una concentración acorde a las características y necesidades de cada entidad. A este cuerpo de seguridad se le ha proporcionado un adiestramiento orientado a llevar a cabo funciones policíacas con énfasis en el respeto a los derechos humanos.
A pesar de todo esto, por ley el gobierno federal no es directamente responsable de atender los delitos del fuero común que son los que mayor incidencia tienen, sino los gobiernos de los estados quienes deben resolverlos, aunque ahora cuentan con todo este apoyo del gobierno del presidente López Obrador para hacerlo, pero solamente si lo requieren.
Los resultados no solamente son alentadores, sino en algunos casos son sorprendentes, como se puede ver en materia de secuestros, donde han disminuido en más de un 70% y en algunas entidades como la Ciudad de México que están haciendo su trabajo eficientemente.
A pesar de todo el esfuerzo que esto ha implicado, la oposición, sus medios de propaganda y los poderes fácticos, utilizan cualquier evento del crimen organizado para lloriquear con estridencia, exigiendo que se cambie la estrategia ahora que está dando resultados, por supuesto sin presentar propuesta alguna.
Aquí la pregunta obligada es ¿Por qué la incidencia delictiva disminuye con la estrategia en unos estados y en otros no, en los cuales la delincuencia parece sentirse a sus anchas? Casualmente en el mapa de la incidencia delictiva nacional podemos ver que 5 de los 6 estados donde se siguen cometiendo más delitos, están gobernados por la misma oposición que quiere cambiar la estrategia, sin aplicarse en llevarla a cabo: el Estado de México gobernado por el PRI, Guanajuato y Chihuahua gobernados por el PAN, Nuevo León y Jalisco los únicos gobernados por Movimiento Ciudadano.
Es precisamente en las cifras de incidencia delictiva de estos estados donde ellos gobiernan, en las que la derecha basa su exigencia de cambiar la estrategia, cuando son sus gobernadores corruptos los que parecen estar saboteándola por desidia, perversidad o por complicidad con el crimen organizado. Qué casualidad que en el resto del país la delincuencia ha disminuido en forma espectacular.
Como dijo el escritor latino Lucano: “El crimen hace iguales a todos los contaminados por él.”