Por. Diego Iván López Miguel
Twitter: @DiegoI_Lopez
La Ciudad de México atraviesa una muy difícil situación, a casi un año de distancia del inicio de la pandemia del Sars-Cov2 y con los efectos económicos y sociales que conlleva. A esto se le suma el incendio del pasado sábado 9 de enero en el Centro de Control de Mando I del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, lo que provocó que las líneas 1, 2, 3, 4, 5 y 6 de ese sistema de transporte se quedaran sin servicio. Por si fuera poco, surgió un nuevo movimiento ante las medidas restrictivas al sector restaurantero por el semáforo epidemiológico color rojo: abrimos o morimos.
Las autoridades capitalinas informaron en días recientes que estamos en el momento más delicado de la pandemia, los altos índices de contagios y de defunciones han obligado al confinamiento y diversas medidas restrictivas desde el pasado 18 de diciembre y que se extenderá mínimo hasta el próximo domingo 24 de enero. El último fin de semana la CDMX rebasó las expectativas sobre el número de hospitalizaciones y ya rondan el 90% de camas ocupadas. El esfuerzo del gobierno capitalino y del gobierno federal por aumentar la capacidad hospitalaria y la disponibilidad de camas ha sido insuficiente ante la ola de contagios.
Los factores con los que el Covid-19 azota con fuerza a la capital son diversos y van desde las reuniones familiares decembrinas hasta las personas que continúan trabajando y no pueden quedarse en casa. La llegada de diversas vacunas representan esa pequeña dosis de esperanza para la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), siendo la región que más ha resentido los efectos de la pandemia.
La crisis de movilidad en el transporte público por la falta de servicio de servicio de las líneas clave del STC Metro es otro factor que podría acentuar los efectos de la pandemia en el Valle de México. Personas que provienen de distintos puntos de la capital y del Estado de México hacia sus centros de trabajo y que deben buscar alternativas para movilizarse se arriesgan a diario ante un posible contagio de Covid-19. El gobierno capitalino ha tomado medidas como el apoyo de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) e incluso de unidades de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). Esto no ha impedido las grandes aglomeraciones en estaciones clave del Metro.
El confinamiento y las medidas restrictivas llevaron a cerrar distintos establecimientos de comida, el gremio restaurantero desafió al gobierno de la CDMX con el movimiento “Abrimos o morimos”. La respuesta de la administración capitalina fue lanzar diferentes apoyos económicos con el objetivo de aminorar las pérdidas monetarias de las personas que trabajan en el sector. Este lunes se llegó a un acuerdo para que empezaran a abrirse espacios para actividades deportivas, restaurantes y algunos comercios en el Centro Histórico que podrán operar al aire libre y con estrictas medidas sanitarias.
Estamos en el punto más delicado y qué podría ser el quiebre para la 4T en la capital. Un escenario muy complejo y con grandes retos que se tendrán que asumir en la Ciudad de México. Claudia Sheinbaum Pardo es una de las cartas fuertes de Palacio Nacional para darle continuidad al proyecto de nación obradorista en 2024. La capital del país representa el bastión más importante del morenismo, a tan sólo unos meses de las elecciones intermedias la Jefa de Gobierno tendrá que asumir los costos políticos y electorales de las acciones en la ciudad.
Claudia Sheinbaum se juega parte de sus aspiraciones presidenciales en un escenario muy complejo: con las cifras más altas de hospitalizaciones en la Ciudad de México desde el inicio de la pandemia y con la crisis de movilidad provocada por el incendio del Control de Mando I del Sistema de Transporte Colectivo Metro. El atenuante de una tensión social en diferentes gremios como el restaurantero. Es un gran desafío para la Jefa de Gobierno de la capital, algo que podría impulsarla o dejarla fuera de la contienda presidencial a tres años de distancia.