El intento de frenar a AMLO
Por. Diego Iván López Miguel
Twitter: @DiegoI_Lopez
El Frente Nacional Anti AMLO (FRENAAA) pasó de las manifestaciones en automóviles a las protestas en algunas avenidas emblemáticas de la Ciudad de México.
Trataron de replicar el plantón en Paseo de la Reforma en 2006 después del fraude electoral en contra del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. El líder de FRENAAA, Gilberto Lozano terminó por irse el primer día del plantón; casas de campaña vacías y pocas personas evidenciaron el fracaso del movimiento.
Bajo la consigna ¡AMLO vete ya!, ¡Renuncia!, FRENAAA exige la dimisión del presidente López Obrador, aparecieron los discursos en contra del supuesto comunismo de la 4T y la comparación con Cuba o Venezuela, los gritos de ¡Dictador!, las arengas de ¡Ya no te queremos!, ¡Estás despedido! con el objetivo de destituir de sus funciones al titular del ejecutivo federal.
Organizaciones como FRENAAA tratan de visibilizarse y utilizan principalmente las redes sociales para articularse y así atraer más adeptos. Aprovechan el momento de incertidumbre provocado por el Covid-19 para mermar la popularidad de AMLO. En esta ocasión utilizaron un discurso con tintes religiosos, ya instaurados en el Zócalo capitalino, con imágenes de la virgen de Guadalupe realizaron rezos, alabanzas y suplicaron por la salvación de México.
Movimientos de ultra derecha con un discurso religioso nos remontan a los momentos de grandes tensiones en la historia nacional. Desde la separación de la Iglesia y del Estado con Juárez hasta la Guerra Cristera en el siglo pasado. El apoyo de sectores del catolicismo al Frente Nacional Anti AMLO y la afrenta de sus simpatizantes de rezar frente al Hemiciclo a Juárez fue simbólico y un gesto de desafío al presidente López Obrador.
El discurso vacío y sin contenido es el principal problema de la oposición a la cuarta transformación, argumentos que caen en lo risible cuando se le llama “dictador” a un político que manifiesta estar a favor de la libertad de expresión, y lleva año y medio ejerciendo el poder que se ganó de forma contundente y democrática en las urnas; el imaginario del “comunismo” cuando la iniciativa privada nacional y extranjera controla los medios de producción y es el principal motor para la economía. Se cae a pedazos la retórica de la supuesta “venezolanización” de México.
La falta de un líder y de un proyecto alternativo nación abonan a una frágil fuerza opositora, no tienen una base social, desconocen o ignoran la realidad del país. Se han olvidado del México profundo, tan saqueado y despojado por décadas; no ven los graves problemas económicos, sociales y de inseguridad que se vienen acumulando desde tiempo atrás. Más que interesarse por el sector de la población más vulnerable han emprendido campañas de desprestigio y anti democráticas que buscan frenar el poder ejercido desde Palacio Nacional.
El frente opositor a la 4T se muestra desesperado, desorganizado e inoperante; la falta de compromiso con la sociedad, un discurso sin contenido propositivo y lleno de rencor y prejuicios hacia la figura presidencial no aportan a su causa. Los altos índices de aprobación de AMLO también son el resultado de una desprestigiada y endeble oposición que no ha logrado encauzar a su favor las principales demandas de los sectores más desprotegidos.