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El FMI sugiere posponer construcción de Dos Bocas: ¿habría que atender a sus recomendaciones? NO
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El FMI sugiere posponer construcción de Dos Bocas: ¿habría que atender a sus recomendaciones? NO

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Por: Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera

Bajo el argumento de que “las pérdidas de Pemex están colocando una carga para los contribuyentes y desplazando otros usos más productivos de los recursos fiscales”, el Fondo Monetario Internacional (FMI), sugirió que se debería posponer la construcción de la Refinería en Dos Bocas, Tabasco.

En principio, debiéramos preguntarnos, ¿qué es el FMI? Es un organismo del Sistema de las Naciones Unidas creado en 1945 “para contribuir al estímulo del buen funcionamiento de la economía mundial. Con sede en Washington, el FMI cuenta con 183 Estados Miembros, casi la totalidad del mundo”, explica su propia página oficial.

Sin embargo, profundizando en el contexto mundial del que emana, podemos también también que es un organismo creado por las potencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial, quienes, a través de instituciones internacionales, buscaban establecer un sistema económico aprovechando la crisis pos guerra de muchos países, fomentando el préstamo de capital. Algo más que hay que saber de estos créditos, es que el propio FMI, indica a los países deudores en qué deben invertir los recursos que les está facilitando.

Esto lo explica el propio Fondo en su página oficial: “El FMI proporciona respaldo financiero para atender necesidades de balanza de pagos a los países miembros que lo solicitan. A diferencia de los bancos de desarrollo, el FMI no financia proyectos específicos. Tras recibir la solicitud, un equipo técnico del FMI mantiene conversaciones con el gobierno para evaluar la situación económica y financiera y la magnitud de las necesidades de financiamiento del país, y para acordar las políticas apropiadas para hacer frente a la situación”; es decir, en otras palabras, un equipo del organismo evalúa al país en cuestión y, en función de su criterio, el gobierno que solicita recursos deberá acatar las directrices impuestas desde el extranjero. Eduardo Galeano menciona en su texto “Muros”: “Siempre la mano del que recibe estará de bajo de la del que da”.

Por eso, en un acto de congruencia, el gobierno de Luis Arce, actual presidente de Bolivia, devolvió un crédito de 327 millones de dólares otorgado al Gobierno transitorio que dirigía entonces Jeanine Áñez, entendiendo que estos financiamientos son una forma de influir no sólo en la economía de los países en desarrollo, sino también en su política.

La cara opuesta de la moneda es la Argentina del expresidente Mauricio Macri (2016-2020), que desplomó la economía de su país al pedir prestamos en el FMI. Ya en 2006, durante el gobierno de izquierda orquestado por Néstor Kirchner, la nación sudamericana había pagado toda su deuda con el Fondo, y desde entonces se había logrado mantener su independencia del organismo multilateral de crédito; sin embargo, en 2018, Macri, cumpliendo con su agenda neoliberal, supeditada a los intereses de los países potencia (Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá…), pidió un crédito por unos 57 mil millones de dólares, lo cual se utilizó en gran medida, para pagar servicios de la deuda en moneda extranjera.

Esta fue una señal de la crisis que generó su alza en los servicios básicos como la electricidad, el gas, el agua y el transporte, donde algunos registraron subidas hasta del 300 por ciento, conocidas como “tarifazos”; por ende, el peso argentino se devaluó hasta llegar a las 60 unidades por dólar, lo que golpeó a las importaciones y causó una inflación desmedida en Argentina: ahí vemos entonces la receta del FMI con todo y sus resultados… “Acudir al FMI se ve como humillante, como terrible, como bajarse los pantalones”, declaró alguna vez para la BBC Mundo el politólogo Vicente Palermo.

Es decir, al Fondo no le importa desarrollar a los países deudores; más bien, su misión, pareciera, es mantenerlos en un atraso con el que los países potencia y sus empresas transnacionales, puedan controlarlos tanto económica como políticamente hablando. El organismo internacional asegura que Pemex registra pérdidas, ¿y dónde estuvieron sus especialistas cuando se aprobó en diciembre de 2013 una Reforma Energética que permitió la llegada de capitales y marcas privadas para generar competencia con la empresa productiva del Estado, dejando pocos o nulos beneficios a México?
En enero de 2017, el entonces presidente Enrique Peña Nieto liberalizó el precio de las gasolinas; con ello, el gobierno dejó de subsidiar al combustible, lo que generó alzas en las tarifas para el consumidor, porque a partir de entonces, no sería la Secretaría de Hacienda y Crédito Público quien fijaría el costo, si no, el mercado, la oferta y la demanda; ahora que las gasolineras no son todas de Pemex, sino de un variopinto de marcas en su mayoría extranjeras, ¿han fijado un precio menor gracias a la libre competencia? No, porque las empresas, como el FMI, no se tocan el corazón, si es que tuviesen uno, para aniquilar a las mayorías. Luego entonces, cuando el FMI sugiere posponer la construcción de la Refinería en Dos Bocas, ¿México debiera hacer caso?…

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