Hace apenas seis años, el poder mediático era enorme. Recibía dinero de los gobiernos neoliberales, a cambio de ocultar información que pudiera empañar la imagen del mandatario en turno, ya fuera a nivel presidencia, gubernatura, o incluso municipalidad.
El poder de los partidos políticos de la derecha, era indiscutible y abarcaba todo el territorio nacional, con apenas pequeñas lagunas opositoras que en nada alteraban ese predominio abrumador.
Sobre estos dos poderes, estaba el verdadero amo del país. El Poder Empresarial, o fáctico. Ellos controlaban o eran dueños de los medios de manipulación más importantes. Colocaban a los políticos de su preferencia en puestos destacados, para que velaran por sus intereses. Impusieron en la presidencia a un exdirector de Coca-Cola, anunciando que se trataba de un cambio democrático que daba inicio a la alternancia democrática. Después, vía fraude, acomodaron a un Felipe Calderón, falto de legitimidad, en la silla presidencial y para darle un poco de brillo, dejaron que este pelele desatara una guerra inhumana en contra de la delincuencia, que resultó ser al final una farsa, ya que mientras se combatía a determinados grupos del crimen, ese gobierno hacia negocios, asociado a otras bandas criminales.
Antes de la llegada de López Obrador al poder, fabricaron a un presidente que no tenía más que ofrecer, que su imagen. Enrique Peña Nieto gobierna porque así lo decide el Poder Económico y para imponerlo, fabrican una telecomedia, donde el romance con una estrella de la pantalla, la apostura del mandatario y la sonrisa eterna de la pareja presidencial, son los únicos ingredientes destacables.
El Poder Conservador era inmenso. No había forma de frenar los deseos del grupo privilegiado que controlaba el destino del país y de su gente. Eran invencibles en todo terreno e imbatibles en el combate, cuando se echaba a andar la maquinaria destructiva en contra de quien atentara contra sus privilegios de clase.
Esa historia reciente, parece haber ocurrido en un pasado remoto, si tomamos en cuenta el estado que guarda en este momento el poder real del conservadurismo, dentro de la sociedad mexicana.
La prensa nacional y los medios de manipulación al servicio de la derecha, carecen de credibilidad. Los jóvenes dejaron de ver televisión y de escuchar radio para informarse. De la prensa escrita mejor ni hablamos. Se encuentra en fase terminal y sobrevive en redes sociales, más que en su tradicional formato en papel, de manera precaria.
Los políticos reaccionarios viven en fase terminal. El control del país se les escapó de las manos y son pocos los estados que son gobernados por el PRIANRDMC. México se ha pintado de color Morena y en 2024, se espera que este predominio se incremente.
El Poder Económico no está conforme con el gobierno del presidente López Obrador, que obliga a los viejos traficantes de influencias a pagar impuestos. Que sube salarios año con año. Que destina recursos financieros a Programas Sociales, en lugar de beneficiar al poderoso grupo empresarial, acostumbrado a mamar del erario. Ese Poder Fáctico invierte millones de pesos de manera permanente, intentando restar respaldo social al presidente, sin obtener resultado alguno.
Y ese momento histórico tan especial que estamos viviendo, se traduce en derrotas espectaculares, que dejan a los dueños del dinero y a su servidumbre e incondicionales, desnudos, expuestos, ridiculizados, desmoralizados y derrotados, ante los ojos de una sociedad que les perdió el miedo y el respeto.
Todo el poder conservador, acumulado durante décadas, se fue a la basura en el 2018, cuando el pueblo de México dijo ¡basta! y dio una giro de timón hacia el humanismo propuesto por el hoy presidente López Obrador.
El control social, base de todo poder conservador, quedó roto y los restos aprovechables después del desastre, no pueden enfrentar a la voluntad soberana del pueblo, que no los quiere de regreso en el gobierno.
Hay un ejemplo claro de esto, en el asunto que tiene que ver con los Libros de Texto Gratuitos. Ya están listos y van a ser distribuidos en las escuelas, para que sean utilizados por profesores y alumnos en el siguiente ciclo escolar. Fueron preparados con tiempo y con la participación de especialistas, profesores y representantes del magisterio. Son libros de calidad, que ponen énfasis en el humanismo y proponen una formación permanente del ser humano, que comienza al nacer y no termina de actualizarse e incrementarse a lo largo de la vida. Una educación que enseña a razonar y entender la experiencia personal y la social que compartimos con quienes nos rodean.
Estos libros molestaron mucho a la clase privilegiada del país. Tanto, que desataron una campaña impresionante en todo medio de manipulación a su alcance. Utilizaron a sus periodistas de lujo y a su cuadro de “estrellas” de la pantalla chica, para desacreditar al libro de texto. Los políticos reaccionarios más destacados, hicieron también su parte e incluso propusieron quemar todo libro que promueva un comunismo existente solo en su imaginación.
El abanderado en este embate anti-educación, fue el propietario de AztecaTV y Banco Azteca, Ricardo Salinas Pliego. Desató una fuerte campaña en contra del gobierno y de esos libros.
Y al final. Todo quedó en un fracaso más para la oposición.
La gente no respaldó esa campaña de desprestigio y miedo inducido hacia un comunismo de fantasía. Los padres de familia no respaldaron la quema de libros, propuesta por el PAN. La sociedad en su mayoría, no se tragó el cuento de que el gobierno intenta dañar las mentes infantiles.
La avalancha de mentiras, dinero y tiempo al aire, notas amarillistas y análisis ridículos, fueron motivo de burla y no de respaldo.
Parece increíble, pero todos pudimos constatar que la oposición es en este momento, un espantapájaros ridículo, que intenta mostrarse amenazador y poderoso, cuando lo único que tiene por dentro, es paja.
Ricardo Salinas Pliego, Claudio X González, El “Diablo” Fernández y demás integrantes del grupo empresarial, acostumbrado a gobernar tras bambalinas, no tiene poder de convocatoria en el momento actual. Mueve sus fichas y termina haciendo el ridículo.
Se acabaron los tiempos en que decidían el destino de México.
A pesar de su costosa campaña en medios y en todos los foros a su alcance, los Libros de Texto Gratuitos serán repartidos en escuelas y formarán a las siguientes generaciones de mexicanos.
La oposición echó la casa por la ventana, en este intento por frenar el cambio educativo en el país y perdió.
Hoy se los dijo el presidente López Obrador: “Que bueno que se da este debate, para que el Pueblo compare proyectos y tome partido en favor del que más le convenga. Y de una vez les digo a nuestros adversarios. En esta, como en otras ocasiones, les vamos a ganar”.
El espantapájaros está advertido.
La Cuarta Transformación va, porque eso quiere la gente.
Malthus Gamba
