El complejo del conquistado
Por: Rafael Redondo
@redondo_rafa
Hace unos días, vimos en un video, a un personaje verdaderamente vergonzante quien, dijo llamarse Julio César Campos Quesada y, dijo, ser habitante de Las Lomas. Además de alardear, en un tono bastante vulgar que, él personalmente, si estuviera en sus manos, mataría al presidente, lanzó cualquier clase de insultos hacia Claudia Sheinbaum, hacia Morena, le parece que los ancianos, son poco valiosos… En fin, el personaje, no se caracterizó por tener mucha clase, aunque él cree que sí.
Esta persona, estaba en evidente estado inconveniente y, tal parece, en un, no muy buen estado mental.
La actitud de este personaje, a quien hoy, las redes, conocen como LordLomas, va más allá del anecdotario, de un tipo vulgar fuera de sus cabales, haciendo un ridículo monumental. Este tipo de actitudes, merecen un análisis un poco más profundo, porque, comentarios similares a los de este hombre, los leemos todos los días en posts de redes sociales, los escuchamos entre círculos de amistades, e incluso, en conversaciones familiares.
Pasando por alto que, un comentario de este tipo, en Estados Unidos, por ejemplo, podría ser motivo para que, esta persona, fuese perseguida por autoridades o agencias de investigación, la mentalidad irracional (aunque suene a pleonasmo), en la que se alardea de encontrarse en una posición superior al resto de la sociedad, darse el lujo de humillar a quien sea, por el solo hecho de vivir en determinado código postal, pone de manifiesto, tres tópicos dignos de tomarse en cuenta:
1) Clasismo.
2) Carencias de carácter neuronal. y,
3) El complejo del conquistado.
Clasismo:
Creer que, por el simple hecho de pertenecer a una clase social alta, significa necesariamente que se es digno de pisotear a los demás, que tener dinero, es sinónimo de éxito, que se puede estar por encima de las autoridades y leyes, solo por decir, “vivo en Las Lomas”, que se es, casi, casi, el preferido del Creador, por decir, “soy rico”, que se es mejor persona porque alardeo de mi riqueza. Creer que, hacer dinero, significa que, son muy trabajadores, muy cultos o muy inteligentes; que, de lo bueno poco.
Todos los días, leemos a gente que, critica en redes, creyendo ser cultos o inteligentes, porque dicen, no votaron por Morena, pero, lanzan juicios, sin tomar en cuenta contextos, sin leer los artículos (nos pasa en Twitter). Personajes que, solamente reaccionan de manera visceral, y pese a sus evidentes limitaciones, alardean de superioridad, se sienten mejores que, el presidente, sus seguidores y todo el resto de la humanidad.
Este es un fenómeno que, ocurre en todos los países, con características locales y, ha ocurrido a través de la historia de la humanidad. Sin embargo, se agudiza en naciones donde la distancia entre ricos y pobres, es descomunal, y donde, además, se atravesó por un proceso de conquista, con el ingrediente del mestizaje.
En México, existe un sector de la sociedad atrapado en un pasado colonial, en un escenario en el que los blancos son vencedores y los morenos vencidos, quienes defienden a toda costa, su pertenencia, aunque esta sea ficticia, al sector de los privilegiados, asociando privilegio con el tono de piel y la capacidad económica.
De entrada, una sociedad o un sector social que, se mide solamente con esos dos parámetros, color y ahorros, resulta bastante reduccionista. El ser humano posee muchas más capacidades. Y luego, en la mayoría de los casos, su supuesta pertenencia a ese sector privilegiado, de su imaginación, es falsa. Ni son blancos, ni son ricos. Evidentemente, tampoco son muy inteligentes.
Mi abuela paterna mencionaba una frase que, ella, atribuía a Carlota, esposa de Maximiliano (no sé si realmente Carlota lo dijo), cuando arribó a México. Según mi abuela, Carlota dijo: -Este país está lleno de burgueses que se creen aristócratas-.
Si realmente, Carlota dijo eso, no estaba tan equivocada.
Debemos mencionar que, actitudes y pensamientos sectoriales, basados en una supuesta, superioridad, solamente dan como resultado, modelos de organización social tan reprobables, como el fascismo.
Conexiones neuronales:
Existen muchas investigaciones serias en el campo de la Neurología que, relacionan a este tipo de pensamiento de superioridad, con la acción Cuerpo Estriado cerebral, y cuyos resultados son, vivir en función de la Conducta Motivada; es decir, de estímulo y reacción. Fin. Así de elemental, y estrechamente relacionado con conductas instintivas, como, la reproducción, el dominio o la alimentación. Son conductas, no muy lejanas de los ensayos con perros de Pávlov; o sea, un funcionamiento cerebral bastante primitivo. Amén de que, a nivel psicológico, existe un profundo complejo de inferioridad.
Complejo del conquistado:
Países que padecieron una conquista, con la característica del mestizaje, como México, son naciones que, están divididas de origen: vencedores y vencidos. No, AMLO no dividió nada. México nació dividido.
Durante la época colonial, existió en México, una sociedad dividida en 16 castas, dependiendo del color de piel. Sarcásticamente, podemos decir que, fue una sociedad regida por el Pantone, donde, quien tenía piel blanca, poseía más privilegios y derechos que, quien tenía la piel menos clara.
El inicio mismo de nuestro movimiento independentista, fue el reclamo de criollos contra europeos. Los mestizos en esta ecuación, ni siquiera figuraron.
Hasta nuestros días, nadie quiere hablar de sus antepasados indígenas, nadie quiere ser moreno. Mucha gente hace lo que sea, para sentir que, pertenece al grupo privilegiado: desde teñirse el cabello, acumular grados académicos, casarse con algún extranjero; todo se vale, para evitar asumir su posición real, en la sociedad.
Por supuesto, hay gente que nace para ser líder; pero, el líder necesita de los demás, para tener quórum. Por supuesto, hay gente que nace con mayores capacidades o habilidades; pero, necesita quórum, para tener con quién compartir sus habilidades.
¿Qué es tener clase o ser aristócrata?
Dividiré la discusión en dos variantes:
A) Aristócrata social.
B) Aristócrata humanitario.
Aristócrata social:
Aristócrata, según cualquier diccionario, tiene dos acepciones. La primera acepción, clase social que, posee títulos nobiliarios. La segunda acepción, personas que, destacan en excelencia entre los demás.
En México, existe un sector muy pequeño, que posee títulos nobiliarios heredados y, en su mayoría, fueron comprados a la corona de España; sin embargo, sí existió una cierta aristocracia de terratenientes, llamados hacendados, cuya forma de organización, se parecía mucho al Feudalismo.
Este sector de la sociedad, creo yo, hace las veces de la aristocracia mexicana. Mi abuela paterna, perteneció a esa clase y de niño, me compartió algunos códigos de comportamiento, de un aristócrata social.
1) Ser aristócrata, no es cuestión de dinero, sino, de sangre, de generaciones. Hay aristócratas con poco dinero; pero, solo tener dinero, no te convierte en aristócrata.
2) Un aristócrata, es estoico. Las emociones, se sacan en privado, como cuando vamos al baño.
3) Si el aristócrata, además, tiene dinero, jamás, jamás, alardea de sus posesiones.
4) Un aristócrata, busca continuamente la sofisticación: aprende lenguas, disfruta del arte, busca la sofisticación espiritual, tiene o busca, el buen gusto para hablar, vestir, y actuar. La vulgaridad, es antítesis de un aristócrata.
LordLomas, por supuesto, no es aristócrata social.
Aristócrata humanitario:
Si atendemos al concepto de aristócrata, como una persona, cuyas acciones destacan por su excelencia, podemos introducirnos a otro territorio, el de ser buen ser humano.
Yo, soy un convencido de la doctrina cristiana. Así que, mi referencia de un ser humano de excelencia, es Cristo, cuya filosofía, podemos reducir como: una actitud de servicio, como único camino a la iluminación.
1) Un buen ser humano, vela siempre por los seres más vulnerables.
2) Un buen ser humano, domina su ego.
3) Un buen ser humano, comparte, y se comparte. Es invariablemente, compasivo.
4) Un buen ser humano, no persigue una vida de lujos, persigue la paz personal, y la encuentra, provocando la paz en su entorno.
LordLomas, tampoco es un aristócrata humanitario.
En conclusión, el dinero, no te convierte en aristócrata de ningún tipo, ni te regala la clase.
Alardear de tu dinero, sólo te convierte en una persona vulgar.
El clasismo, en general, no activa las áreas más sofisticadas de nuestro cerebro.
México, debido a su propia Historia, generó un sector social acomplejado, en continua búsqueda desesperada por ascender socialmente y sentir que tiene algún valor. El valor de una persona, surge de manera orgánica y, resulta notorio, no hay necesidad de promocionarlo.
Además, todos tenemos un valor, por el simple hecho de existir, no es necesario esforzarse para treparse a los sectores altos. Si realmente perteneces a un sector social “privilegiado”, no te preocupes, nos daremos cuenta.
Una persona clasista, no es, ni aristócrata social, ni aristócrata humanitario, sin importar que, pase su vida presumiendo un yate, un grado académico o, dentro de una iglesia y rezando el Rosario a la menor provocación.
El oropel, los lujos, la presunción, alardear del dinero, humillar a los demás como deporte, nunca, son sinónimos de ningún tipo de aristocracia, ni de una persona con clase. Son solo vulgaridad.
Si tu pretensión es, sobresalir del resto a toda costa y, además, tomas el camino del clasismo, te aviso, no eres aristócrata, tus funciones neuronales, están dirigidas por tus instintos más elementales, no tienes clase y muy probablemente tu destino será, convertirte en un LordLomas más.