Desesperados, los anti-AMLO ya no saben qué hacer
Por Miguel Ángel Lizama
@Migueliz8
NADA LES FUNCIONA A LOS ANTI-AMLO. Intento tras intento, ataque tras ataque, mentira tras mentira, marchas van y vienen y no logran siquiera despeinar al Presidente los que antes tenían festines con el Presupuesto, obras inconclusas de precio creciente a cada momento y contratos leoninos que nadie en su sano juicio se atrevería a aceptar.
A medida que se acercan las elecciones de 2021, crece el paroxismo y frustración de la oposición que intenta todo y logra nada. Ya no es lo mismo que cuando la Corrupción señoreaba desde Los Pinos. Ahora hay un Gobierno que cuida el Erario y lo destina realmente a satisfacer necesidades populares, no ambiciones particulares.
Saltan líderes balines del empresariado convocando a la insurrección (Coparmex, Soriana, Femsa-Coca Cola-Heineken-Oxxo), todos los medios festejan y difunden el llamado, y apenas aparecen, las Benditas Redes Sociales de inmediato les sacan sus trapitos al sol o convocan al boicot y casi en automático se apaga la insurgencia y los “hidalgos” son desconocidos por sus representados o accionistas. Si acaso unos cuantos coléricos organizados en sacristías salen en fila india (para mostrar que son muchos), a pie o en carro, a vociferar su rabia. El grueso de la gente no les hace caso y menos en los lugares más alejados e ignorados por gobiernos anteriores. ENTRE EL PUEBLO, AMLO PREVALECE, porque la ciudadanía comprueba que se beneficia con su trabajo diario y mantiene comunicación constante con todos. Es otro estilo de gobernar, de cara al pueblo.
Ante esta realidad incuestionable que los apabulla, los opositores quieren armar alianzas, uniones, frentes y demás racimos opositores, mientras siguen pagando ruidos (cacerolazos y claxonazos) con pura “gente decente”, cuya EXIGENCIA ÚNICA ES QUE VUELVA LA CORRUPCIÓN, que tanto los enriqueció. Le atribuyen a AMLO “división de la sociedad, polarización, deterioro de la economía” y otras lindezas opositoras que ellos generan y ejecutan, pero que atribuyen a su némesis tabasqueño.
El hecho es que entre todos los que saltan como “líderes” no hay uno que presente cara limpia, CONGRUENCIA ENTRE DECIR Y HACER, y basta su primera exposición para mostrarse distantes de la gente, alardeando su riqueza (como el jefe de FEMSA) o exhibiendo su odio irracional (el Sorianito o don Lala). Los anti-AMLO carecen de un personaje incuestionable que genere empatía popular -no digamos arrastre- como AMLO. En 2018 creyeron tenerlo en Ricardo Anaya y su sonrisa plástica sólo para escenografía, que se quedó esperando su Voto Útil anticipado por sus intelectuales (Castañeda, Krauze, Aguilar Camín, et al), que en cuestión de previsiones ciudadanas se quedan muy cortos, sin el apoyo confirmatorio del dinero público que compra sufragios.
Los anti-AMLO tampoco pueden presentar un Plan de Acción o programa aglutinante, de auténtico beneficio social, que genere simpatías en el Pueblo de México, como hizo López Obrador desde la primera vez que luchó por la Presidencia. No logran articular ideas ni propuestas que la gente pueda ver como dignas de apoyo. Todas las posibles y viables ya las está llevando a cabo Andrés Manuel, con mucho éxito y aplausos de la gente, ante la rabia de sus malquerientes. Cuando AMLO dice que el Pueblo está feliz -en medio de los “cataclismos” y vaticinios opositores- no expresa un triunfalismo, sino una realidad evidente para quien tenga los ojos abiertos y quiera ver.
Anticipan tanto su fracaso, que negocian (porque tienen financiamientos y patronazgos) alianzas políticas o coaliciones electorales nacidas para perder, hasta con la vista gorda del INE y los galimatías jurisconsultos del TRIFE. Lo peor es que los pretendidos aglomerados se desmarcan de inmediato de los aglomerantes que pretenden encabezar sus coaliciones, por ser “la segunda fuerza” (muy alejada de la primera), o sea, el PAN. Sólo parecen acompañarlos los residuos tribales de Los Chuchos del PRD, que pretenden seguir pegados al Presupuesto vía una curul Plurinominal que les obsequien los blanquiazules.
Pese a todas las evidencias que a diario los atropella, el NeoPANismo cree que las mayorías mexicanas están esperando su liderazgo iluminado para volver al hoyo donde las tenían. Su menosprecio por la inteligencia del Pueblo sigue como si nada hubiera cambiado y la gente se aguante todo lo que la engañan. Persisten en su ciega tozudez que The Economist inglés les reveló con contundencia y claridad apabullante al triunfo de AMLO: No entienden que no entienden.