A México lo acostumbraron a la trampa cuando se trataba de política. Por eso, muy frecuentemente tenemos resistencia a creer que puede haber virtudes en temas que se le relacionen.
Y a pesar de que no todo es totalmente bueno, tampoco puede ser necesariamente todo malo y nuestra patria está reconstruyéndose en materia política en muchos sentidos: desde el poder máximo, tenemos un presidente que ha resistido al llamado seductor de la ambición que el poder produce y con él, decenas y cientos de personas que se han dedicado a cruzar ese pantano sin manchar su plumaje. En el congreso, ambas cámaras están compuestas por representantes populares con verdadera vocación de servir al pueblo y representarle dignamente; aún en el poder judicial hay personas que hacen su trabajo con devoción y sin mayor ánimo que el de proveer la justicia que las personas demandan.
La mejor parte de todas, proviene, indudablemente, de la ciudadanía, que es la que más ha mostrado signos de compromiso ineludible, ya que, aunque suene a grano de arroz repetido, somos de los pueblos más politizados del orbe y con mejores intenciones de desarrollo democrático del mundo. Hemos aprendido a acudir a las urnas a mostrar nuestro apoyo a un candidato o movimiento, disminuyendo los brotes violentos en cada ocasión. También hemos ido sorteando los fraudes que, desde la cúpula electoral, nos han querido implantar una y otra vez, en elecciones federales o locales e incluso, en los dos últimos ejercicios de democracia participativa, es decir, las consultas de juicio a expresidentes y de revocación de mandato, que aunque no fueron vincultantes, nos han movido a ir a las urnas con más entusiasmo.
Y si bien “estamos en pañales” en muchas cuestiones, comparados con Suiza, por ejemplo, en donde la preguntadera es frecuente e incluso, hasta sorprendente sobre los temas que se ponen a consulta de la ciudadanía, vamos en buena vía y seguramente estemos llegando a un plano de mayor madurez de participación y consultas hacia la ciudadanía.
Entonces, no estamos cien por ciento bien, ni cien por ciento mal. Y aunque suene ambiguo, es muy reconfortante saber que la gente, la ciudadanía, está dispuesta a ir a una urna a depositar una boleta, aunque en ello le vaya todo un día de descanso.
El sábado 30 y domingo 31 de julio fueron las elecciones internas de morena. En ellas se eligieron a las personas que compondrán los comités estatales y distritales para dar cauce a lo ordenado por el Tribunal Electoral en enero de 2020, al tiempo en que se cumple con el otro requisito, que era el de presentar un padrón de afiliación al partido, mismo que, por situaciones algo más que confusas, no había podido realizarse.
Pues bien, la convocatoria fue hecha y en ella se invitó a todos quienes quisieran ser tomados en consideración para ocupar alguno de estos encargos. Se anotaron miles de mexicanos, entre los que había tanto personajes conocidos como quienes jamás habían acudido a estas convocatorias y, tras la aprobación de los líderes del partido, se aprobaron las listas de candidatos. Durante el fin de semana, más de dos y medio millones de mexicanos acudieron, por largas horas, a esperar su turno de escribir el nombre de quienes serán los encargados distritales y estatales del partido.
La conclusión: la democracia al interior del partido, está empezando a tomar forma.
¿Que hay críticas, que hay cosas que se pueden mejorar, que el método no fue perfecto? Sí, a todo. Pero hay que tener muchas cosas en cuenta:
- En una invitación abierta, cualquier ciudadano puede apuntarse para ser votado en un ejercicio de este tipo, y además, no pueden restringirse los derechos político-electorales de alguna persona, si no hay causas que prueben que no deba ser parte de un partido político.
- Si alguien sabe que uno de estos nuevos consejeros no es idóneo, tiene un pasado turbio y ha sido parte de situaciones ilegales, deberá presentar las pruebas y su denuncia ante la comisión de honor y justicia del partido, para que sepan las razones por las que debe removerle del encargo.
- Hizo falta difusión de los candidatos, porque a muchos, nadie los conocía.
- No se hizo publicidad porque por órdenes del INE, no era posible pagar para la difusión. Además, entre el tiempo en que se anotaron los candidatos y el fin de semana, mediaron unos cuantos días.
- Mucha gente llegó en camiones a votar, por ello, los que siempre han hecho turismo electoral, acusaron que morena estaba acarreando gente para votar y además, que les pagaron, les dijeron por quién votar y les dieron su torta.
- Por ejemplo, aquí en Morelos, la gente de Zacatepec, Galeana y Tlaquiltenango, fueron a votar a Jojutla; los compañeros de Emiliano Zapata y Temixco, fueron a Jiutepec y aunque no está “muy lejos”, no es que la gente pueda desplazarse caminando dos o tres horas. Se organizan y rentan camiones para llegar. La recomendación será poner más mesas de recepción a la siguiente, en las cabeceras de cada municipio, para facilitar la participación ciudadana.
- Muchos llevaban papelitos o anotado en la mano el nombre de las personas por quienes iban a votar, porque no era una boleta como la de las votaciones normales, en que aparece el nombre y foto de los candidatos. Literalmente eran cientos de nombres de una lista y era complicado recordar nombre y apellido. Por ello, la sugerencia es que haya más tiempo entre la aprobación de las listas y el día de la votación, además de una buena dosis de publicidad, para que la gente sepa por quién va a emitir su sufragio.
- Lo de la torta… pues si duraron horas de pie en una fila, lo más lógico es que alguien se lance a comprar donde encuentre, o lleven para no desmayar en el proceso.
- En el mismo acto de votar, se afiliaron quienes acudieron con su formato de afiliación lleno y la copia de la credencial para votar. Por eso, el procedimiento no fue tan rápido como se hubiera deseado. Sin embargo, los resultados son tan optimistas que ahí no hay fijón.
- Morena va a poder entregar un padrón de afiliación limpio, completo y que comprueba ante el Tribunal que es el partido-movimiento más fuerte de México y uno de los mayores del mundo, porque fue capaz de llevar a cabo una afiliación masiva de más de dos y medio millones de ciudadanos.
- De los candidatos hay tanto desconocidos por los que casi nadie se ocupó, y muy conocidos porque hasta hace una semana ocupaban cargos públicos o formaban parte de otros partidos.
- Si la gente conoce a un político-hampón y no lo denuncia, fácilmente puede seguir engañando a la gente porque probablemente no haya manera de desenmascararlo. La Comisión de Honor y Justicia de morena estará revisando todas las irregularidades del proceso, así como de las denuncias de ese tipo, que la ciudadanía realice. Sin denuncia no hay forma de castigar a nadie.
- Los desmanes que proyectaron como hechos “macro”, no llegan ni al 2% de las casillas instaladas. De acuerdo con los números que el propio Presidente López Obrador presentó en la conferencia mañanera del lunes: “En las elecciones internas de Morena, de 553 centros de votación sólo se cancelaron 19, es decir el 3.43 % y de los 300 distritos, sólo se tienen que anular 5, el 1.66 %”.
Nadie quiere tapar el sol con un dedo, pero la realidad es que siempre hay mucho ego en este tipo de “competencias” y cuando un candidato ve que no trae tanto jale, pues se prende.
El mismo AMLO dijo el jueves que, cuando se trata de votaciones, si voy ganando, reconozco los resultados, pero si voy perdiendo, pierdo también los estribos. Muchos que creían llevar las de ganar, no obtuvieron los números deseados y eso caldeó los ánimos antes y durante el conteo de sufragios.
No hay que creernos el cuento de que todo fue perfecto, porque aun hay vicios que desterrar, pero hay que entender que es la primera vez que se convoca a este enorme número de ciudadanos a participar. Hay muchas cosas que mejorar pero sin duda, y como dice el presidente, el pueblo es el único que puede salvar al pueblo. De las irregularidades ya se hará cargo la autoridad ante quien se denuncien con pruebas, estas anomalías y hay que asegurarnos que no se repitan porque la ciudadanía, ciertamente quiere votar libremente. Ya lo están diciendo Mario Delgado y Citlalli Hernández: los que llegaron por la mala, no serán reconocidos. Démosles un voto de confianza.
Por cierto, a la oposición en los huesos que viene a criticar lo vivido el fin de semana, les hago una pregunta facilita: tomando en cuenta que sus estatutos no lo permiten, pero hipotéticamente ¿ustedes pueden convocar abiertamente a la ciudadanía a bridarles su respaldo y afiliación, en la manera masiva y -a pesar de todo, no violenta-, como sí lo hizo morena? Digo, porque no imagino que en un día lleguen 2.5 millones de mexicanos conscientes e informados a ser parte de las filas del prian, menos del prd.
Por ahí me acordé de una legisladora que no pudo juntar las firmas mínimas para conformar un partido político pero que anda muy activa en la crítica del evento: para tener la lengua larga, hay que tener la lengua corta.
@cevalloslaura