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DEL ¡VIVA LA LIBERTAD, CARAJO! AL ¡MÉXICO XINGÓN!
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DEL ¡VIVA LA LIBERTAD, CARAJO! AL ¡MÉXICO XINGÓN!

Conocemos al neoliberalismo en México, como apenas comienzan a sufrirlo en Argentina. Una pesadilla que abandona los terrenos del inconsciente, para instalarse con todo el peso de la corrupción que arrastra, en la realidad de un país.

El neoliberalismo es brutal, al implementar sus políticas privatizadoras. Y es brutal precisamente ahí donde hay una debilidad económica evidente.
Los pobres son quienes pagan las altas facturas que presentan empresarios nacionales y extranjeros conservadores que, sin misericordia alguna, fijan los precios de servicios y productos de primera necesidad.

El político conservador llega al poder en calidad de “facilitador” y su misión única, es implementar políticas privatizadoras, que permitan al grupo rapaz neoliberal, explotar toda riqueza nacional en provecho de unos cuantos.

Salinas de Gortari inició en México el trágico periodo neoliberal, privatizando bancos, medios de comunicación y áreas estratégicas del sector público. Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, continuaron con la obra destructiva iniciada por Salinas, poniendo en manos de capitales privados, buena parte del patrimonio nacional.
La factura de toda esta estrategia de saqueo institucionalizado, la pagó el pueblo, como dijimos. Gasolinazos, inflación permanente, pérdida del poder adquisitivo del salario, insignificantes incrementos salariales, servicios educativos y de salud de pésima calidad, represión, nula libertad de expresión, violencia desatada, alianzas entre autoridad y delincuencia, pobreza y muerte.

La historia del neoliberalismo en su aplicación práctica en México, es bien conocida por la población de este país. Por eso, resulta imposible el regreso al poder de estos corruptos, en el corto y mediano plazo.

Argentina, por el contrario, inicia el recorrido por este calvario. Creyeron las mentiras ofrecidas por Javier Milei, quien prometió riqueza y prosperidad nacional de manera inmediata y hoy que se encuentra empoderado, con la banda presidencial al pecho, olvida lo prometido en campaña y se convierte en un dictador enemigo del pueblo.
Aquel grito “libertario” que motivó a muchos a votar en contra del proyecto de izquierda que intentaba sacar del atolladero a una Argentina endeudada hasta el cuello, por culpa de las políticas entreguistas del expresidente Mauricio Macri, hoy es motivo de burla a nivel nacional e internacional. ¡Viva la Libertad, carajo!

Libertad que hoy falta en un país que vuelve a vivir los tiempos de la represión gubernamental. Donde la protesta ciudadana es considerada delito. Donde se espía, investiga y persigue a quien opina y protesta en contra del gobierno.

En Argentina todo está a la venta en este momento. Las empresas públicas se rematan a la iniciativa privada. Cualquier extranjero puede comprar la cantidad que quiera de territorio argentino, pues ya no hay límite legal que impida esta compra masiva de territorio. La educación se privatiza. La salud se privatiza. Los precios de gasolina, electricidad, gas, suministros y servicios básicos, los establecen directamente los dueños del capital.

Hay despidos masivos en un sector público que debe adelgazar, no por austeridad, sino porque el gobierno renuncia a atender actividades de carácter social, que hoy quedan en manos de voraces empresarios.

Se engañó a la gente animándola a comprar dólares. Se les dijo que valdrían más con la devaluación inicial que sufriría la moneda argentina, como paso previo a la prosperidad que seguiría. Y muchos adquirieron esa moneda, pensando que así aseguraban y hacían crecer sus ahorros. Hoy que todo se encararse en forma alarmante, cuando falta el trabajo y ningún salario resiste, esos dólares tienen que ser vendidos al banco central, que los compra a bajo precio y los utiliza para pagar los intereses de la monumental deuda que dejó Macri. Los ahorros se van por la coladera de la inflación y ese fenómeno inflacionario apenas inicia en Argentina. Habrá una nueva devaluación en los próximos meses y la clase media que agotó los dólares en el pago del gasto familiar cotidiano, ingresará en bloque, dentro de las filas del proletariado y la pobreza a la que tanto teme.
¿Qué sucedió en México, cuando se conoció el triunfo de Milei en Argentina?

Se aplaudió a rabiar y se dijo que ése era el camino hacia el progreso y que los argentinos nos daban una lección histórica de democracia y buen sentido político.

El PAN aplaudió su triunfo. Los comentaristas e intelectuales conservadores también. Los empresarios (o traficantes de influencias) del calibre de Claudio X González, señalaron que esa victoria representaba el inicio de una etapa de progreso en toda América. Todos ellos tomaron a Milei como ejemplo del político vanguardista que debe llegar al poder y descalificaron al Proyecto Nacional impulsado por el presidente López Obrador. El Movimiento de Transformación fue visto y anunciado por todos ellos, como una reliquia del pasado, condenado a desaparecer en el próximo proceso electoral.

Xóchitl Gálvez, al grito de ¡Un México Xingón”!, aplaudió a rabiar a Milei por unos cuantos días en redes sociales. Pero los mensajes donde aseguraba que al llegar a la presidencia (algo que nunca pasará), aplicaría las mismas políticas públicas, fueron borrados de sus cuentas, ante la evidencia de la tragedia que se estaba dando en Argentina. La protesta social es enorme, a pesar de la represión gubernamental, que intenta desarticular un movimiento pacífico que se opone a los decretos antidemocráticos y entreguistas de un Milei dictador.

Sin embargo, queda claro algo.

Xóchitl Gálvez y el grupo conservador, prometen lo mismo que prometió Milei a los argentinos. Y tienen la misma intención de traicionar esas promesas, una vez instalados en el gobierno de la nación. Los Programas Sociales les molestan y estorban. No quieren que se ayude a adultos mayores, estudiantes, personas con discapacidad, madres trabajadoras y jóvenes que construyen el futuro del país. Desean privatizarlo todo. Que estudie el que tenga dinero. Que cure sus enfermedades el que cuente con recursos y quien no los tenga, que empeore y muera. Que el país se venda al mejor postor. Que la “casta”, o “mafia del poder” acumule riqueza insultante, mientras la mayoría de la gente padece hambre y dolor de todo tipo.

Las promesas de Xóchitl Gálvez, dan forma a la misma careta que utilizó Milei en Argentina para engañar. Hablan de una democracia en que no creen. Se dicen preocupados por un Pueblo, al que en realidad desprecian. Son parte de la estructura de corrupción conservadora.

Entre el grito de ¡Viva la Libertad, carajo! Y el de ¡Un México Xingón!, no hay diferencia alguna. Ambos sintetizan el discurso neoliberal que anuncia el engaño y la corrupción solapadas.

En el proceso electoral de este año, no puede haber votos para los neoliberales que quieren regresar. A México no le aguarda el mismo destino que hoy vemos aplastar al noble pueblo argentino.

Ni un voto a favor del conservadurismo corrupto.

Carro completo para Morena y aliados.

Claudia Sheinbaum a la presidencia, para garantizar la continuidad del cambio iniciado por el hoy presidente López Obrador.
Ése es nuestro camino.

Malthus Gamba

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