CUANDO EL PERIODISTA COBRA POR MENTIR

Azucena Uresti, consigue un espacio más lucrativo en un noticiero de la radio y abandona el segmento noticioso que conducía en Milenio TV. Pero en su despedida, lanza un ataque en contra del presidente López Obrador, insinuando que no se va en busca de más dinero (que es la razón real), sino por un acto de censura ordenado desde Palacio Nacional. La directiva de Milenio la desmiente de inmediato, pero la piedra ya fue lanzada.

Raymundo Riva Palacio escribe que la verdad en el caso de Azucena Uresti, “ya es irrelevante”, porque la mentira tuvo amplia difusión en redes sociales y en los medios de manipulación reaccionarios. Agrega, con rencor que, a pesar de todo, el presidente tiene un poder de convocatoria muy grande y que esto se debe a que “hipnotiza” a su audiencia en la Conferencia Mañanera y en sus discursos.

Joaquín López Dóriga asegura que al presidente lo engañan. Que la ayuda a los damnificados en Acapulco aún no llega. Que López Obrador llega al puerto y se encierra en la base militar, sin enterarse de lo que realmente padece la sociedad. La Secretaria del Bienestar, por instrucción del presidente, va al programa de Joaquín al día siguiente, acompañada de tres camiones cargados de cajas. Ahí está la documentación que comprueba la entrega de recursos y enseres domésticos, a cada damnificado en Acapulco y ésta documentación lleva la firma y los datos de la persona que recibe el auxilio.

Loret de Mola lanza sus dardos en contra de los hijos del presidente López Obrador, acusándolos de tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito. ¿Sus pruebas? Una conversación donde el “amigo del amigo del amigo” de uno de los hijos del presidente, dice que hablará con “Boby” (así llaman a uno de los hijos del presidente), para realizar un negocio del que no se conocen mayores datos. Con eso construye Loret un nuevo montaje, asegurando que el mensaje rescatado, es punto medular en su “seria investigación”, y prueba condenatoria suficiente. El presiente y las redes sociales se ríen de él y de su “investigación”. Además, adelanta que tiene preparada otra “bomba”, en contra de Adán Augusto López. Otro montaje muy a su estilo.

Carmen Aristegui presenta en episodios, un reportaje en defensa del tristemente célebre aeropuerto de Texcoco, que no puedo nacer, a pesar de los esfuerzos de los hombres más ricos del país y de los medios de manipulación, que defendieron con todo a esta obra que debía ser construida en medio de un lago, con humedad en el subsuelo de hasta 40 metros de profundidad, según lo señala el presidente López Obrador. Aristegui dice que los recursos que habían sido asignados a Texcoco, se tomaron para la construcción del Tren Maya. En la Conferencia Mañanera, el primer mandatario nos informa que Aristegui defiende en realidad los intereses de la clase empresarial mexicana. Que la pista principal del aeropuerto de Texcoco, había sido concesionada al dueño del medio de manipulación IMAGEN TV, donde trabaja Ciro Gómez Leyva y el presidente pregunta: “¿Qué puede saber el propietario de un medio de comunicación, sobre construcción de pistas?”.
Reforma y sus mentiras diarias. Sobre todo, en “Templo Mayor”

Sarmiento y su columna de calumnias y falsedades.

José Cárdenas, Alazraki, Pablo Hiriart, Denise Dresser y todo el periodismo desinformativo, cumpliendo con su labor diaria.

Mentir, engañar, manipular, difamar, ocultar, manchar, agredir. A eso llaman periodismo libre, veraz y objetivo. En tanto el presidente y millones de mexicanos, lo calificamos de cretinismo.

Hoy en la Conferencia Mañanera, el presidente López Obrador se refirió a la forma en que operan los medios masivos de comunicación. De manera especial, habló sobre el trabajo que hacen estos pretendidos comunicadores y dijo que, a pesar de que lo atacan y calumnian a diario, en realidad no hay odio o rencor de su parte hacia ellos:

Expresó lo siguiente: “No se trata de rencor y mucho menos odio en contra de estos periodistas. Yo sé que a Loret de Mola y a Ciro Gómez Leyva, les pagan por intentar mantener el estado de las cosas, tal y como funcionaban cuando gobernaba la corrupción. Eso me queda claro. Pero la cosa es que a mí me pagan, precisamente para desterrar la corrupción en todo el país. Ése es el problema real que nos enfrenta”.

El presidente nos dice también que “La Mañanera tiene su prestigio. La ven millones de ciudadanos del país y otras partes del mundo. Y no es cosa de darle reflectores, o hacerle propaganda aquí, a cualquiera que nos ataca con groserías”. Esto último, en relación a lo expresado por la gobernadora de Chihuahua, que llamó “pendejo” al gobierno federal.
Para la gran mayoría de los mexicanos, resulta evidente que los viejos periodistas (hoy desacreditados), cobran un sueldo que reciben sin pena alguna, por difundir noticias maquilladas, verdades a medias o mentiras descaradas. Para eso fueron contratados. En eso se especializaron y no tienen intención alguna en cambiar, para hablar con la verdad y objetividad que hoy les estorba.
Lo malo para ellos, es que la Conferencia Mañanera y las “benditas redes sociales” se convirtieron en el enemigo natural de los viejos profesionales de la mentira.
Hoy no prosperan la calumnia, el montaje y el engaño, porque la respuesta en La Mañanera y en redes sociales, es inmediata.

Las “Vacas Sagradas” del pasado, carecen de credibilidad. Les arrancamos la máscara para verlos tal cual son. Profesionales de la mentira bien pagados.

Si los viejos periodistas cobran por defender la corrupción, el presidente, los integrantes de su gobierno y todos quienes participamos en redes sociales y medios informativos alternos, mantenemos una lucha permanente en contra de la corrupción.

Y esa batalla es diaria.

La buena noticia para la sociedad mexicana, es que la prensa añeja va perdiendo la pelea. Su audiencia disminuye día con día.

“Rompimos el cerco informativo y esa es una victoria importante”, ha dicho el presidente López Obrador.

En el México de libertad en que vivimos, los periodistas del pasado pueden mentir hasta cansarse.

El presidente y su gente, saben desmentir de inmediato a los farsantes y regresar al corral a los “gallos maiceados” con la cola desplumada.

Malthus Gamba