Crédito BID a empresarios; no es para rescatar la economía: Puro cuento
Ayer el presidente López obrador, en su conferencia mañanera, hizo alusión a un crédito exterior tramitado por el Consejo Mexicano de Negocios, ante el Banco Interamericano de Desarrollo.
López Obrador fue claro al declarar que si la operación significaba un compromiso de deuda pública para el país, la Secretaría de Hacienda no firmaría como aval, dicho acuerdo.
Por la tarde, tanto la representación del citado Banco, como Antonio del Valle Perochena, presidente del Consejo, aclararon que el crédito es entre la institución bancaria y los empresarios que conforman esta agrupación. No se comprometen ni quedan en garantía, recursos financieros nacionales.
Para algunos, el comentario del presidente fue precipitado. Debió asesorarse mejor con su secretario de Hacienda. Al menos eso es lo que dicen los medios de corte conservador esta mañana. Para otros, se trató de un aviso a tiempo dirigido a quienes tienen por costumbre engañar al pueblo.
El Consejo de Hombre de Negocios, integrado por no más de cincuenta socios, entre los que se cuentan Carlos Slim, Germán Larrea y otros del mismo calibre, habían anunciado que estos fondos servirían para impulsar un programa de reactivación de las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES), lo cual no es enteramente cierto.
Este dinero tiene destinatario específico. Los proveedores de las grandes empresas que poseen los personajes más ricos de México. No está abierto para todas las PYMES. Solo pueden beneficiarse de este crédito otros pequeños empresarios, si cuentan con el visto bueno y apoyo de empresas propiedad de quienes forman parte del Consejo Mexicano de Negocios.
El mensaje que se mandaba a la sociedad en el sentido de que este crédito apoyaría a las PYMES y MIPYMES (micro, pequeñas y medianas empresas), era falso. No se trata de un apoyo generalizado. Va dirigido al sector proveedor de los grandes empresarios y solo en casos especiales, con el aval de dichas empresas, puede acercarse el beneficio a los sectores más pequeños.
El presidente López Obrador en la conferencia del día de hoy, fue claro al respecto.
Veremos, dijo, cuáles serán los requisitos para que se otorguen los apoyos prometidos a los pequeños empresarios. Veremos qué garantías se les exigen para acceder al crédito. Veremos el interés que deberán pagar a los bancos, pues los trámites correspondientes se realizarán por conducto de la banca comercial. Y veremos el tiempo que tarda en llegar el beneficio a los destinatarios.
López Obrador usó una frase de John M. Keynes, para ejemplificar lo complicado que resulta el método neoliberal en estas situaciones: “Ojalá el apoyo no llegue cuando todos nosotros estemos muertos”.
La realidad deja en claro que el proyecto neoliberal, fue un desastre en los periodos de gobierno anteriores.
Su lentitud, el nivel de corrupción visible en cada trámite, la forma en que se atendían únicamente las necesidades de quienes más tenían, saltan a la vista aún ahora, en tiempos de la Cuarta Transformación.
Este crédito no tiene nada que ver con la situación de emergencia que enfrenta el país. Es un rescate solicitado por los grandes empresarios, para apuntalar sus cadenas de producción. Solo eso.
Es beneficio para quienes son proveedores de sus negocios. No es un crédito generalizado a favor del pueblo.
El presidente López Obrador no se equivocó el día de ayer al señalar que el país no salvaría nuevamente a los grandes empresarios. Entendía bien que el crédito firmado con el Banco Interamericano de Desarrollo, no estaba dirigido a la sociedad en su conjunto. Era en beneficio enfocado a los mismos de siempre. Entonces, que se responsabilicen de los pagos e intereses ellos mismos.
La estimación del alcance de este beneficio, no rebasa las mil empresas, considerando el catálogo de proveedores y posibles beneficiarios aceptados.
Pero la idea que pretendían vender a la sociedad del país, era en el sentido de que la iniciativa privada, había diseñado un plan de rescate nacional, que era accesible a un considerable número de pequeñas y medianas empresas.
En la conferencia mañanera del día de hoy, el presidente López Obrador destacó las diferencias que existen entre los Programas de Bienestar que impulsa el gobierno de la Cuarta Transformación y las iniciativas neoliberales que aparentan ser de beneficio social.
El gobierno da valor a la palabra del ciudadano. No pide otro requisito que el compromiso verbal. Los intereses que se cobran son inferiores a los que aplica la banca comercial. El espacio de pago es a tres años, con los primeros tres meses de gracia. No se pide aval, ni garantía que respalde la suma recibida.
Los créditos de corte neoliberal, los hemos sufrido buena parte de los mexicanos. Contratos leoninos, con tasas de interés de escándalo. Garantía y aval forzoso. Plazos perentorios, con recargos inmediatos por retraso. Acoso permanente por las áreas de cobranza ante cualquier incumplimiento.
El modelo neoliberal está en crisis en este momento. No es funcional. Produjo pequeños grupos que disfrutaron en exclusividad, de todos los beneficios del mercado, en contraste con la mayoría de los ciudadanos que padecen la desigualdad social, que nace de una economía de mercado.
El ejercicio que propone el presidente López Obrador es interesante.
Veamos cuánto tiempo dilatan los empresarios mexicanos en poner en marcha este plan de apoyo económico. El alcance real que tiene el mismo.
Los requisitos e intereses que deberán cubrirse para acceder a los créditos y el impulso real que darán a la economía nacional.
Comparemos este mecanismo con el que pone en marcha el gobierno de la Cuarta Transformación, que tiene como palanca de impulso los programas de bienestar. Veamos la cobertura de apoyo que alcanzan las dos propuestas y sobre esos resultados, saquemos conclusiones.
Solo tengamos presente que el modelo neoliberal, gobernó al país durante más de treinta años, sin dar resultados positivos.
Ese mismo modelo, está en decadencia a nivel mundial. Fue un fracaso.
Si algún sistema tiene futuro en la actualidad, es el que pone como base el siguiente enunciado: “por el bien de todos, primero los pobres”.
No hay otro camino y la sociedad mexicana lo entiende de esa manera.
Malthus Gamba