Cada día es más evidente que está en marcha un golpe blando en contra del Estado mexicano, con la clara intención de arrebatar el poder de decisión del pueblo expresada en las urnas, pues el gobierno de la cuarta transformación se ha mostrado determinado a terminar con el régimen de privilegios y corrupción imperantes durante lo que ahora se conoce como la era neoliberal.
A pesar de la negación de este hecho por parte de algunos teóricos de izquierda radical, las pruebas de la táctica híbrida son ya abrumadoras, con estrategias extraídas del manual del politólogo estadounidense Gene Sharp, y en las que se incluyen la CommWare o guerra mediática, constituida por un bombardeo constante de noticias falsas, tergiversadas, manipuladas y descontextualizadas, con el fin de crear un percepción colectiva muy diferente a la realidad, y que solamente refleja los intereses de aquellos que perdieron poder, control y negocios ante la lucha contra la corrupción.
El manual también propone acciones de calentamiento de las calles, creando inconformidades y reclamos artificiales, magnificando existentes o culpando al gobierno de agravios provocados por los mismos que los expresan, como fueron las manifestaciones de los policías supuestamente excluidos durante la transición a Guardia Nacional, los falsos padres de niños con cáncer y, más recientemente, los médicos privados que no se encuentran en la primera línea del combate a la pandemia, pero que aun así exigen ser vacunados fuera de su turno.
Otro medio de sedición social utilizado es el secuestro de causas justas, desviándolas de su origen para pervertirlas, convirtiéndolas en grupos de choque que solamente buscan el enfrentamiento y la provocación, intentando forzar al gobierno de una respuesta de fuerza que les permita victimizarse, olvidando por completo la causa original del movimiento.
Los grupos anteriormente beneficiados por gobiernos permisivos, mercantilistas y corruptos, están aglutinados en la fusión entre los oligarcas más perversos del país y los actores políticos que los protegían en el pasado, y que tienen sus garras metidas en todos los ámbitos de la vida pública, e intentan conseguir un soporte popular con la absurda única propuesta de quitar al actual presidente, sin presentar ninguna opción real de gobierno que no sea regresar al régimen de saqueo y enriquecimiento ilícito al que están acostumbrados.
Y ahora estamos viendo la otra táctica del golpe blando descrito por Sharp para la CIA en 1989, el llamado LawFare o guerra jurídica, en este momento encabezada por quienes supuestamente deberían velar por unas elecciones limpias, justas y equitativas que, en una interpretación muy libre de la Ley, toman una falta menor y le aplican la máxima sanción, violando con ello el espíritu mismo de nuestra carta magna, aplicando el mismo concepto de administración de justicia que tiene en la cárcel al pobre individuo que robó un pan por hambre, pero le permite la libertad a quien entregó multimillonarios sobornos a autoridades para obtener un contrato.
El INE ha determinado arrebatar 40 candidaturas al partido Morena por faltas menores que, a orden del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, solamente debía corresponder una multa, pero sin embargo se negó a sancionar de manera alguna al PRI por la utilización de las tarjetas rosas y monex en pasadas elecciones, o a este mismo partido por el escándalo llamado PEMEXGATE con valor de 400 millones de pesos, o a los amigos de Fox, a quienes se les comprobó financiamiento ilegal a su campaña por un monto de 91 millones de pesos, y hasta a la ex candidata a la presidencia, Margarita Zavala, quien descaradamente presentó 200 mil firmas falsas para obtener el registro, pero eso sí, el consejero presidente Lorenzo Córdova y sus cómplices están muy prestos a aplicar la más alta sentencia posible a Félix Salgado, retirándole su derecho a competir por la gubernatura de Guerrero, por una falta administrativa por tan solo 19 mil pesos.
Pero eso no es todo, pues en una estratagema legaloide que interpreta la Ley de una manera nunca antes vista ni aplicada, el INE pretende constituirse en el gran elector, al ser ellos quien determinen quienes y cuantos legisladores nos representen en el congreso, y no el número de votos obtenidos por cada partido. La excusa es evitar una sobre representación que jamás les había preocupado anteriormente, ni siquiera en el sexenio pasado y que permitió uno de los más grandes despojos que ha sufrido nuestro país con la infame reforma energética, aprobada por cierto, mediante la generosa entrega de moches a los legisladores que la hicieron posible.
Como podemos observar, el adversario no es pequeño, tiene enormes recursos económicos y está extraordinariamente motivado pues, ahora sabemos que no sólo luchan por recuperar sus mal habidos privilegios, sino que muchos de ellos tienen un fundado temor por ser descubiertos en criminales ilegalidades y hay una posibilidad real de perder hasta su libertad.
Por todo lo anterior, es menester que abandonemos por ahora los reclamos y las luchas internas, y nos concentremos en aplicar la única estrategia que nos protege de esta avalancha de ataques que vinieron y vendrán, y me refiero a una nunca antes vista votación masiva en una sola dirección, una acción que no deje ninguna duda de cuál es el mandato del pueblo, y que haga imposible cualquier maniobra que puedan realizar quienes se oponen a la transformación de México.