Cuando un buen general tiene conciencia de que el triunfo no le será favorable en una batalla, intenta realizar el único movimientos que tiene a la mano, para que esa derrota no se convierta en una catástrofe que defina el resultado de la guerra.
Intenta salvar a su ejército y al material bélico de que dispone, realizando una retirada ordenada y sin dejar que alguien quede tirado en el camino.
Las derrotas desastrosas en los ejércitos, se dan cuando el orden y la disciplina se pierden y la última voz de mando que se escucha es la de “Sálvese el que pueda”.
En la política sucede algo parecido.
Derrotas hay muchas, a lo largo de la vida de los partidos políticos y de los proyectos de nación que se enfrentan permanentemente. A veces se gana y en otras ocasiones, no.
Y si en el triunfo se aprecia la unidad y la camaradería, en la derrota debe suceder los mismo.
Claudio X González ha demostrado ser un pésimo general en jefe de las fuerzas conservadoras. Ha llevado a su ejército de derrota en derrota. Y en cada caída, se ve que lo que menos impera, es el orden.
La oposición pierde en 2018 una batalla histórica. Morena le arrebata la presidencia de la república, la mayoría en el Congreso Federal y varias gubernaturas, Congresos locales y presidencias municipales.
Los partidos políticos neoliberales son sacudidos desde sus cimientos y no saben como responder ante esa derrota monumental.
Claudio X González, ante la falta de un líder sólido dentro de la derecha, se hace del poder político y lo agrega al poder económico que ya es suyo.
Todos esperan que de esta unión no disfrazada, entre empresarios y políticos neoliberales, dirigidos por un personaje que conoce bien las vías que conducen al beneficio económico, el futuro de la oposición sea prometedor.
Claudio comienza a hacer y deshacer a su antojo. Inyecta cantidades impresionantes de dinero, proveniente del grupo empresarial que tiene interés en que el movimiento de Cuarta Transformación no avance, a la guerra que se libra en contra del presidente López Obrador.
Pero de 2018 a la fecha, no hay logros que presumir. Por el contrario. Los descalabros sufridos por la oposición, han hecho a los conservadores morder el polvo una y otra vez.
Las elecciones intermedias se perdieron. Los proyectos emblemáticos del presidente, no han podido ser frenados. Los partidos políticos opositores han perdido fuerza en la mayor parte del país, donde hoy gobierna Morena. Las reformas constitucionales importantes para el gobierno, salieron bien libradas en el Congreso de la Unión y cuando esto no sucedió así, el presidente López Obrador impulsó Leyes que garantizan la continuidad del proceso transformador.
En cada derrota, la oposición deja parte de su ejército vencido, a merced del gobierno del cambio. Funcionarios neoliberales de primer nivel, salen de la estructura de gobierno y no hay sitio donde ubicarlos. No es como antes, cuando se contaba con una amplia cartera de empleo para todos los “amigos” en desgracia.
Hace muy poco, la Alianza Opositora, formada por PRI, PAN y PRD, se vino abajo en un abrir y cerrar de ojos. El PRI votó a favor de la reforma a un artículo transitorio en la Ley Constitucional que da vida a la Guardia Nacional. Las Fuerza Armadas continuarán apoyando a la población en labores de seguridad, hasta el año 2028.
La Alianza Opositora estaba segura de ganar esa batalla y al final la pierde, debido a una fractura interna.
Cada partido político opositor comienza a ver por sus propios intereses. Ya no existe la Alianza y Claudio X González comienza a verse como el general que no cuenta con ejército.
En cuestión de cuatro años, Claudio acabó con la fuerza política opositora. No hay batallas dignas de ser recordadas en su haber.
Ya con el tiempo encima, Claudio X se entrega a un extravío más, e inicia una campaña en contra del Ejército mexicano.
Los medios de comunicación a su servicio, hablan de corrupción al interior de las fuerzas armadas. Se mencionan “tratos” con la delincuencia organizada, a la que supuestamente se provee de armas y otros suministros bélicos. Se involucra a funcionarios de primer nivel del gobierno del presidente López Obrador, en este pretendido escándalo.
Pero todo se hace sin prueba alguna. La fuente de información es un hackeo a la SEDENA, por parte de piratas cibernéticos que se autonombran “Guacamaya”. Curiosamente, esa información no se abre a la sociedad. Se distribuye entre medios de información y periodistas reaccionarios, quienes manejan los datos a su antojo. Hasta el momento, ninguna información impactante ha salido a la luz. Nada, salvo que el presidente padece de una serie de enfermedades de las que todos estábamos enterados de tiempo atrás.
El ataque al ejército encierra un fin sucio, del que aún no se habla. Se trata de crear inquietud al interior de las Fuerzas Armadas. Evitar que sigan respaldando al presidente López Obrador, en acciones de paz.
Claudio X siente que sin ese respaldo institucional, el gobierno de López Obrador se debilitara. Se ha atacado al Secretario de la Defensa Nacional en forma indigna, con el fin de restarle autoridad.
Quizá, ya pensando en el 2024, Claudio tenga en mente “influir” en la designación de un nuevo Secretario de la Defensa más “a modo”.
Pero como en ocasiones pasadas, Claudio X sale a combatir, sin tomar en cuenta la fortaleza del enemigo.
Apenas aparecen las últimas encuestas sobre el respaldo que tiene el presidente en este momento. Y el porcentaje es impresionante.
Un 77% por ciento de aprobación, según reporta la casa encuestadora Mendoza, Blanco y Asociados.
Es tan grande ese respaldo al presidente, que en lugar de mostrarse a la baja crece, que el medio informativo “Revolución 3.0”, encabeza esta noticia con la frase “EL LIMITE ES EL CIELO”. La popularidad del presidente aumenta con el paso del tiempo.
Todo lo que intenta Claudio X González, termina en fracaso. Todo.
Y va dejando retazos de su ruinoso ejército, a lo largo de su lamentable retirada.
Nuestro Ejército ha contestado a las calumnias opositoras en todo momento. Con información abierta y más empeño y dedicación en su trabajo.
Claudio X hace un último llamado a la sociedad, para que la gente lo acompañe en su combate en favor de la corrupción. Su nueva bandera nos habla de “Unidad”.
Se le ve solo. Con los bolsillos llenos de dinero quizá, pero solo y sin posibilidades de formar un nuevo ejército reaccionario, en tan poco tiempo.
Mientras en Morena, están Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, compitiendo por la candidatura presidencial del Partido, la oposición no tiene algo digno que ofrecer. No hay candidato, ni proyecto, ni partido fuerte.
El último combate de Claudio X González, es librado con lodo. Grandes cantidades de fango, que lanzan a diario periodistas y redes sociales reaccionarias.
Intentan manchar a un presidente y a un gobierno que los ha controlado a lo largo de cuatro años.
El año entrante, la oposición perderá su “joya de la corona”. La gubernatura del Estado de México. Y después la presidencia en 2024.
Claudio X pasará a la historia, como uno de los generales que nunca ganaron una sola batalla.
Preparó tanto lodo para arrojar al oponente, que al final, ese mismo fango, ha terminado por sepultarlo.
La oposición tiene perdida la guerra en contra de la Cuarta Transformación.
No supieron elegir bien a su general.
Malthus Gamba
