Como no hay plazo que no se cumpla, terminando el proceso electoral para definir gobernadores en el Estado de México y Coahuila, arrancó con todo dentro de Morena la selección de abanderado para sustituir al presidente López Obrador, teniendo que utilizar la expresión eufemística de Coordinador para la Defensa de la 4ª Transformación, porque gracias a que la derecha tenemos leyes electorales hechas a modo, que no permiten en este momento elegir candidatos a la presidencia.
En una sola semana los 4 aspirantes de Morena y los dos de sus partidos aliados, el PT y el Verde, renunciaron a sus cargos, se registraron formalmente como aspirantes, lograron financiamiento de viáticos y firmaron un acuerdo para establecer condiciones de equidad en la contienda, que deberá ser austera, a ras de tierra y no utilizando medios que se han comportado como parias de la desinformación durante este sexenio.
Mientras, los miembros y simpatizantes de lo que queda de los partidos de derecha, se han convertido en espectadores que no atinan a ponerse de acuerdo ni siquiera en la forma en la que van a elegir a sus aspirantes, que de todas maneras van a quedar en el segundo o tercer lugar en las próximas elecciones. Ya veremos en qué lugar queda cada uno, Movimiento Ciudadano y la alianza de Claudio X González formada por los 3 partidos pequeños del PAN, PRI y PRD.
Por su parte la 4T cuenta con tres cartas ganadoras: Marcelo Ebrard, ex canciller, Claudia Sheinbaum, ex jefa de gobierno de la Ciudad de México y Adán Augusto López, ex secretario de gobernación; tiene otra carta combativa y fuerte con el ex diputado Gerardo Fernández Noroña del PT, además de la del ex senador Ricardo Monreal, a quien tuvieron que invitar para evitar ruido ambiental, así como con Manuel Velasco del Verde Ecologista, cuya participación es importante porque sus votos abonarían a poder ganar la mayoría calificada en el Congreso.
Las 3 cartas principales de la izquierda han demostrado una extraordinaria capacidad de gestión en los cargos que desempeñaron, con un canciller que prácticamente hizo magia para mantener sanas las relaciones internacionales del país mientras se defiende la soberanía y se cubrían las necesidades imperantes de la pandemia; con una jefa de gobierno que ha transformado la Ciudad de México en forma espectacular, administrando bien los recursos y disminuyendo la incidencia delictiva y con un secretario de gobernación que manejó estupendamente bien la política interior y la gestión con los gobiernos estatales.
Cualquiera de ellos que llegue a ser seleccionado en las encuestas, hará seguramente un relevo eficiente dentro del marco del proyecto general de la 4ª transformación, aunque sea con una forma distinta a la del presidente, siendo probablemente el exsecretario de gobernación el que tiene un estilo más parecido a nuestro mandatario, sobre todo en lo que se refiere al comportamiento de sus simpatizantes, pues hemos visto actuar de manera muy desafortunada a que quienes se encuentran en las filas de los seguidores de los otros dos candidatos.
En este sentido es una pena que estos apoyadores fanáticos, no se den cuenta que su comportamiento hostil perjudica sustancialmente la imagen del aspirante al que intentan promover, porque su apoyo lo representa y demuestra también poca capacidad de control en los equipos de coordinación de los aspirantes.
Como sea, de una forma u otra, el proceso de relevo ya inició y ahora nos toca a todos no perder de vista dos cosas fundamentales para seguir avanzando como país: La unidad en la que todos apoyaremos al aspirante seleccionado, sea quien sea y sabiendo que vamos a ganar la presidencia, enterarnos bien como votar para que ganemos también mayoría calificada en el Congreso, a fin de que el presidente que asuma el gobierno pueda operar sin problemas los cambios constitucionales que se requieren para seguir despegando.
Como dijo el actor Nicholas Cage en uno de los papeles que interpretó: “La única forma de sobrevivir es si la manada permanece unida”.