Por: Héctor Atarrabia
Queridos nietecitos, se cumplen veinte meses de no alcanzar un nuevo máximo en homicidios dolosos. Veinte meses así, es una cifra que no ocurría desde 2006. Incluye los últimos cuatro meses del sexenio de Peña, cuando, en julio de 2018 se registró el máximo. Estas cifras abarcan hasta febrero, lo aclaro por aquello de los fachos que de inmediato gritan “¡Por el Covid, hay menos crímenes!” Aunque no lo crean, eso me contestó uno en un tuit a este respecto.
También debo recalcar que el periodo marzo 2019 a febrero 2020, es el único desde 2007 que presenta una baja porcentual en ese crimen: -0.2%. O sea, el único periodo tal con disminución de casos desde entonces.
Quizás lo más interesante sea la tasa, de 23.3 homicidios por cada 100,000 habitantes en 2018, pasó a 23.6 en 2019, sin picos en el periodo, y una descendente de diciembre a febrero, con lo que se solidifica la noción de que logró detenerse, por ahora, el incremento de la violencia. Siempre primero detienes el avance de una enfermedad y luego ya puedes buscar curarla. Para datos de lo que les comento ver aquí
Los estados que actualmente sobresalen por la violencia son Colima, Chihuahua y Baja California. Los siguen Guanajuato, Guerrero, Morelos y Quintana Roo.
Por otro lado, permítanme mostrarles la lista de aumentos de casos de un día a otro, de Covid19 a partir del 18 de marzo que se reportó el primer deceso. Del 17 al 18 de marzo, aumentó 25 casos; al 19 de marzo, 46; al 20, 39; para el 21, 48; al 22, la mayor cifra hasta hoy, 65; al siguiente día, el 23 de marzo, el aumento fue de 51 y para ayer, 24, fue de 38.
Hasta ahora, esas son cifras de crecimiento aritmético con una razón de 44.5 diarios.
En cuanto a decesos y en ese mismo orden de fechas: 1, 0, 1, 0, 0, 2, 1. Con un promedio diario de 0.7 diarios.
Bueno, excepto en la acalorada imaginación de los fachos que ven un crecimiento exponencial con muertos abarrotando las calles, mientras ellos cantan patéticamente el “Cielito Lindo” desde sus lujosos apartamentos esperando la muerte, lo cual, dicho sea de paso, solo refleja sus malos deseos y su triste odio por el país en el que viven.
Nada es suficientemente banal para excitar su ira, sea un objeto que alguien regaló al presidente, o que por primera vez se reduzca el precio de la gasolina o que alguien diga lo más sabido del planeta; que tiene una gran fuerza moral. Gimen de la mañana a la noche, un día pasan de feminicidas a ultrafeministas, para, al día siguiente, ver complicidad de la OMS con López Gatell, para engañarnos a todos.
Están parapetados detrás de montañas de inútil papel de baño, latas de atún y botellas de gel, esperando que sus empleados, proveedores de materias primas y servicios, oficinistas, personal de limpieza y todo ese México que mueve al país y al que ellos, mientras buscan qué ver en Netflix y whiskey en mano, llaman huevones en un ataque de cinismo monumental, mueran de hambre o neumonía y ellos puedan salir seguros a tomar el próximo avión.
En fin. Nietecitos, no dejen de seguir las indicaciones de la Secretaría de Salud, sigan la información oficial que se da todas las noches a las 7 pm.
No esperen el próximo meme descontextualizado de los fachos, porque seguro está tergiversando lo dicho. Pásenla bien con la familia.