22 Dic 2024

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Ahora resulta que los conservadores son de ‘izquierda’
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Ahora resulta que los conservadores son de ‘izquierda’

Cuenta la voz pública, que al finalizar la revolución mexicana, habiendo desaparecido a sus enemigos políticos, el general Álvaro Obregón sentía ser el jefe indiscutible del nuevo poder que estaba naciendo en México

Pero Obregón contaba a sus cercanos que sentía tener una desventaja respecto al resto de los generales que se hacían fuertes políticamente, en distintas partes del país. Obregón había perdido el brazo derecho en combate y señalaba que por lo mismo, “solo tenía una mano para robar, mientras los demás generales contaban con dos para lo mismo”.

En tiempos de la revolución, se hizo popular el verbo “carrancear”, que nació de la propensión del ejército carrancista, para robar y saquear a los pueblos por los que pasaba. Obregón formaba parte de ese ejército y sus inclinaciones personales se identificaban bien con la conducta de las fuerzas que apoyaban a Carranza.

Obregón perdió la mano derecha y comenzó a gobernar y robar exclusivamente con la izquierda.

Algo similar sucede en nuestro tiempo con la clase político-empresarial que da forma a la actual oposición conservadora.

Durante la etapa del neoliberalismo en el país, esta clase minoritaria pero poderosa económicamente, se dedicó al pillaje legalizado. Se dedicaron a modificar leyes y a crear un sistema de justicia a modo, con el fin de justificar legalmente, el saqueo que realizaban sistemáticamente. Empresarios y políticos reaccionarios, tenían el mismo interés económico. Hacer crecer sus cuantas personales y fortunas, costa del erario federal.

Con la llegada de la Cuarta Transformación al poder, este mecanismo de corrupción se interrumpe. La amenaza de ser presentados ante la justicia por actos delictivos cometidos durante ese periodo, pone nerviosa a una clase conservadora que se siente desprotegida sin el manejo de las instituciones del Estado.
Claudio X González y los partidos neoliberales de siempre, han intentado todo, para frenar el avance de una transformación que amenaza su existencia como clase privilegiada. Pero hasta el momento, nada les ha funcionado.

El respaldo social hacia el presidente López Obrador, crece en lugar de decaer.

La campaña emprendida en medios de comunicación pagados por el neoliberalismo, no ha dado frutos.

Después del descalabro sufrido en las elecciones intermedias de este año, se dan cuenta de que sus posibilidades reales en la contienda por la sucesión presidencial del 2024, son casi nulas. Y decimos “casi”, por no cerrar la puerta a cualquier hecho extraordinario que pudiera afectar el panorama político actual. Pero tendría que ser algo verdaderamente significativo, que pudiera mermar el amplio apoyo de la gente al presidente López Obrador y a su partido político Morena.
No hay muchas opciones para los conservadores. Es más, no hay ni pocas.

Así es que la decisión de Claudio X González y su gente, es mentir una vez más a un electorado potencial, al que miran despreciativamente como muy manipulable, ignorante y falto de conciencia social.

El primero es Claudio X González, quien en una entrevista acordada con Carlos Loret de Mola, se declara sin mayor empacho como “gente de izquierda”. Algo que ni el menos entendido en temas políticos puede creerle.

Poco después, el coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, nos cuenta en un mensaje de Twitter, que la asamblea general de ese partido, ha decidido que en adelante, esa fuerza política debe ser considerada de “centro-Izquierda”. Agrega además que el neoliberalismo es una posición político-económica que los priistas no comparten. Que en el pasado les fue impuesta por los gobiernos en turno, pero que ahora, se sienten con total libertad para renegar públicamente de ella.

Se prestan a burla este tipo de posicionamientos ridículos que pretenden limpiar un poco la cara de los viejos políticos y empresarios del pasado.
Lo que sucede con Claudio X González y los políticos de la derecha nacional, es lo que podríamos calificar como el “síndrome de Álvaro Obregón”.

Se dan perfecta cuenta de que por muchos años, no van a poder robar con la derecha, tal y como lo hacían en el tiempo en que México fue gobernado por el PRI y el PAN.
La derecha es un estorbo para ellos en este momento.

Pero el deseo de riqueza ilimitada, los hace pensar que la izquierda puede ser la mano que les permita recuperar el poder y los privilegios en el corto plazo.
Al Igual que Obregón, saben que su lado derecho está sumamente dañado y el resto de la sociedad en el país, lo nota.
Su estrategia desesperada es declararse gente de izquierda, para intentar posicionarse como una fuerza política de vanguardia, que sigue una ruta similar a la de Morena, pero con un matiz más de centro.

Algo menos Venezuela (como ellos lo entienden) y más como la posición del partido demócrata norteamericano.

Es una postura desesperada que no tiene futuro. Se trata de algo que impulsan los mismos empresarios y políticos conservadores que hundieron al país hace poco.
Son los mismos traficantes de influencias y priistas que gobernaron al país, imponiendo el modelo neoliberal, del cual hoy reniegan.
Abrir la boca y decir “soy de izquierda, o de centro”, no cambia en nada la conducta política y económica que llevan en la sangre.

Es otra simulación reaccionaria, sin otro fin que el de recuperar el poder para continuar con su obra de destrucción y saqueo nacional.
Es intentar robar con la izquierda, porque a fin de cuentas, eso es lo que genera la política de corrupción neoliberal. El robo.
No puedo robar con la derecha, pero puedo intentar hacerlo con la izquierda.

El único que no pudo unirse a esta cruzada destinada al fracaso, fue el PRD, que se suponía era un partido de izquierda. Ahora nos dicen que dejan de serlo, para convertirse en algo que aún no deciden.

Con el PAN identificado plenamente con la ultraderecha de VOX, el conservadurismo vive tiempos aciagos, donde todo pinta para la extinción definitiva de los viejos partidos de la derecha.
No les queda tiempo. No les quedan ideas ni estrategias viables. No tienen candidatos competitivos. No tienen proyecto alterno.
Por eso, apuestan todo su capital a la mentira.

Piensan que la sociedad mexicana es la misma que manejaban a su antojo en el pasado y que bastará la mentira exacta para ponerla de su lado.
No entienden que en esta batalla, el único ganador posible es el pueblo participativo.
Los conservadores no volverán a gobernar y muchos menos a robar, utilizando la administración pública.
No robarán con la derecha y tampoco con la izquierda.

Malthus Gamba

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