¿Dónde quedó la “Xingona”?
Por: Rafael Redondo
@redondo_rafa
Entre muchos otros vacíos de perspectiva que, padece la derecha mexicana, hay uno, al que suele recurrir en momentos de intensa desesperación: ir a llorar a papá, Estados Unidos.
Luego de una larga cadena de descalabros de la candidata Xóchitl Gálvez, comenzando por sus números en todas las encuestas, ella, vuelve a caer en la trampa, planeando una gira por los Estados Unidos, no con la intención de convencer a los 40 millones de connacionales sobre su plan de gobierno, o su valía como candidata; sino, literalmente, ir a acusar al gobierno mexicano, con quien, ellos consideran, El Mago de Oz de la política regional: Estados Unidos.
En síntesis, la campaña de Gálvez puede resumirse en, un mal producto, con un mal marketing político. Su falla, corre en dos vías.
Ya vimos a Gálvez cometer errores garrafales en sus apariciones públicas. Ya fuimos testigos también, de cómo su equipo decide hacerla aparecer, primero, como una indígena vendedora de gelatinas. Después, como señora de Polanco. Después, como ingeniera y empresaria calificada. Después, hacerse la “chitocha-ñerita”. Después, reaparece como escritora. Después, la obligan a hacer una mala copia, de la conferencia presidencial, con sus intrascendentes, Mañaneras de la Verdad. Ahora, la colocan en una posición difícil: hacer una gira por Estados Unidos.
La anécdota de esta historia puede resumirse como, una persona sin convicciones, ni discurso propio, poniendo a trabajar a un pésimo equipo de campaña, en busca de una identidad. Lo dicho, un mal producto, y mal equipo de marketing.
Xóchitl, no pudo escoger peor momento para intentar hacer lobbying en Estados Unidos.
Revisemos el contexto de esta visita:
1) La rebeldía del gobernador de Texas, Greg Abbott contra la federación, justamente por temas anti migratorios, está reavivando los vientos separatistas.
2) El golpeteo desde las agencias de investigación estadounidense (DEA), en un vano intento por revivir un asunto, de supuesto, financiamiento de cárteles mexicanos, al entonces, candidato Andrés Manuel López Obrador en 2006, durante una operación de la administración Obama, denominada Operación Polanco, obligó al presidente de México, a dar una respuesta enérgica al gobierno estadounidense.
El presidente, desde la Mañanera, exigió una disculpa pública, directamente al gobierno de Estados Unidos, y prácticamente de inmediato, se desató una cadena de desmentidos: primero, Mike Vigil, ex jefe de operaciones de la DEA, desmiente a Tim Golden y su artículo, publicado en ProPublica, en el que, dice Tim Golden, “de acuerdo a una docena de entrevistas con agentes estadounidenses y mexicanos, y a documentos gubernamentales (no refiere ningún documento), revisados por ProPublica, fue entregado dinero en la campaña 2006, con la promesa de que, el gobierno de López Obrador, facilitara las operaciones criminales del cártel. La investigación, no concluye si, López Obrador, sabía o no de las donaciones; pero, los oficiales dicen que, la investigación, construida sobre la extensiva cooperación de un ex colaborador de la campaña de López Obrador, y un informante clave del cártel (se refiere a Nicolás Mollinedo y a “Jennifer”, Roberto López Nájera, testigo favorito de García Luna y Felipe Calderón)” es creíble. Luego, especula sobre “posibles motivos” que, llevaron a concluir o cerrar la investigación, por parte de la DEA. Refiere un posible temor a cómo iba a percibir la ciudadanía mexicana una intromisión estadounidense (como si, históricamente, la opinión de los habitantes de un país tuviera la capacidad de estimular el pudor del intervencionismo de Estados Unidos).
Pese a sus Pulitzer, Tim Golden no solamente especula sobre documentos que, no especifica nunca, y sobre los motivos por los que, según él, se cerró la investigación. Termina construyendo una retórica literaria, casi de teoría de la conspiración, sobre, solamente, los dichos de una persona: Roberto López Nájera.
Lo más grave de su artículo, es caer en el lugar común: la culpa del tráfico de sustancias (llámese fentanilo, marihuana o aguarrás) y la corrupción, sólo suceden en México. Pareciera que, por el territorio estadounidense, circulan cantidades industriales de sustancias ilícitas que, en 2022, según su artículo, provocaron que Estados Unidos reporte 190 mil muertes por sobredosis; pero, seguramente, las sustancias ilícitas caminan solas por territorio estadounidense y violan la frontera por una suerte de macumba o espiritismo. Allá, no hay ni traficantes, ni corrupción. Y ya no hablemos de la ausencia de un, “mea culpa”, por parte de los analistas estadounidenses, indispensable para reconocer que, el origen del problema es que ellos tienen altísimos niveles de consumo. Se resisten a reconocer que, la estadounidense, es una sociedad enferma. Si existe un mercado, es porque hay un cliente, y no al revés.
Por otro lado, el uso de la fuerza no ha producido grandes mejoras en la solución del problema. Todo lo contrario. Hago énfasis en ello, porque Tim Golden, apunta que, muy probablemente, la propuesta de “abrazos, no balazos”, por parte de López Obrador, signifique en realidad, dejar libres a los carteles y sus acciones delictivas, dentro del territorio nacional. Además, resalta sutilmente que, durante el sexenio de Calderón, hubo más libertad para que agentes estadounidenses actuaran dentro de territorio mexicano. Tim Golden, no toma en cuenta la estela de muerte que dejó el sexenio de Calderón en México, por una sencilla razón: a los estadounidenses, les preocupan sus muertos, no los ajenos. Y no tienen escrúpulos, ni pudor, en poner en marcha acciones que, rayan en el intervencionismo. Lo cierto es que, el sexenio de Calderón, solo desató la violencia, y no solucionó el problema. Si este hubiera sido el caso, en 2022, las cifras de muertes por sobredosis en Estados Unidos no reportarían 190 mil personas. La lógica de, aplico la fuerza y obtengo resultados favorables, aquí, no se cumplió.
Tim Golden, tuvo que salir a mencionar que, su artículo, no es concluyente.
Finalmente, el Departamento de Justicia estadounidense, confirma que, hace 13 años se dio por concluida una investigación de la DEA, sobre el supuesto financiamiento del narco a la campaña de López Obrador, en 2006.
Si alguien, hubiese tenido elementos suficientes para demostrar lazos con criminales por parte de López Obrador, precisamente en 2006, tanto los Estados Unidos, como sus opositores, ¿no los habrían utilizado, en ese álgido momento político para México, y por supuesto, para Estados Unidos? ¿O en 2012? ¿O en 2018? ¿Es casual que, en año electoral, salgan premios Pulitzer a revivir un asunto tan viejo? Por supuesto que no.
Como tampoco es casual que, reaparezca el histrionismo de Anabel Hernández, a vociferar acusaciones similares. Como tampoco fue casual, la aparición “fortuita”, de Jorge Ramos en la conferencia presidencial, para repetir el mismo disparate, sobre el conteo de cadáveres, intentando, sin éxito, desviar la atención, hacia la trayectoria completa del fenómeno de la violencia en el país, y focalizar por regiones las cifras. El panorama general, muestra una clara disminución y, violencia localizada en ciertos Estados. No es ya la ciudad de México la entidad con mayor cantidad de delitos de alto impacto, sino, Guanajuato. Jorge Ramos, por favor, esa lectura tuya, mal hecha, es propia de un ingenuo preparatoriano, reprobado en el Curso Básico de Periodismo para Principiantes.
3) La agenda de Xóchitl Gálvez en su visita a Estados Unidos, contempla los siguientes lugares: el Consejo de Relaciones Exteriores, el Consejo de las Américas/ Sociedad Americana, The New York Times, The Wall Street Journal, Telemundo, Univision, y estudiantes mexicanos (high class, obviamente), inscritos en universidades de Estados Unidos. La Secretaría de Estado de Estados Unidos, el Representante Comercial de Estados Unidos, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el Departamento de Energía, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Demócratas, la Cámara de Comercio de Estados Unidos, el Foro Conjunto de Centros Académicos, The Washington Post, y The Hill. Es decir, esto huele más a un lobbying, donde seguramente, va a ir a hablar mal de López Obrador, porque, tal parece que, la candidata Gálvez, no existe sin López Obrador. Nos quedó más que claro, en sus Mañaneras fantasma, donde el protagonista, no fue Xóchitl Gálvez, sino AMLO.
En ningún momento, la candidata intenta llegar a quienes sí votan, a los migrantes. Porque, se le olvida que, ni The Wall Street Journal, ni Univision, ni Telemundo, ni The New York Times, ni los demócratas estadounidenses, van a votar en las elecciones de México. Quienes votarán, son los mexicanos, que viven en Estados Unidos, y ellos, le manifestaron su antipatía. A ellos, les huyó. Recomendación literaria para Gálvez: Fuenteovejuna.
El error, le está costando muy caro. De inmediato aparecieron los migrantes, haciendo manifestaciones de repudio en Nueva York. Dirán algunos, ¡eran poquitos! El problema, no es el número de participantes en estas manifestaciones de desprecio e insultos hacia ella, hacia su candidatura, y hacia los partidos que lanzan su candidatura; sino, la manera como resolvió esta situación: dándose a la fuga.
El jefe de campaña de Xóchitl Gálvez, ¿trabaja así el manejo de crisis y el control de daños?, ¿sacándola disfrazada y por la puerta trasera?
La coyuntura de la política interna de Estados Unidos, y la situación en que López Obrador colocó a las autoridades estadounidenses, reclamando asuman el origen real de la publicación de Tim Golden, colocó la visita de Gálvez a Estados Unidos, dentro del contexto menos oportuno para su imagen como candidata. Los resultados, se los manifestaron plenamente los mexicanos migrantes que, están asistiendo a todas sus citas, para expresar su rechazo a la candidata “C@brona y media”. Una vez más, Gálvez y/ o su equipo de campaña, “la pendejió”. Hoy, no nos cuestionamos, ¿dónde quedó la bolita?, sino, ¿dónde quedó la “Xingona”?