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¡Que pasen los tracaleros!
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¡Que pasen los tracaleros!

Por:
Rafael Redondo
@redondo_rafa

La televisión convencional, ha sabido jugar, con el auditorio, utilizando un formato denominado, reality show que, de realidad, tiene muy poco. Desde los espectáculos de Cristina Saralegui, Laura Bozzo, Rocío Sánchez Azuara o la Doctora Polo, todas compartiendo panelistas y personajes. Mientras en un programa, un panelista aparece como gay, en el otro aparece como macho alfa. Pese a todo, las conductoras presumen de intervenir en casos reales. Una farsa.

Una situación similar, ocurre con concursos de canto, cocina o de buenos para nada, metidos en una casa. No señores, el éxito de La Casa de los Famosos, no fue el formato, sino poner entre sus integrantes, a una persona que, a muchos (a mí no), les pareció brillar por su autenticidad. Se trata de una industria de la farsa.

Eso sí, cómo olvidar el slogan, ¡que pase el desgraciado!

El frente por México, amplio o whatever, replicó a la perfección el formato del reality show, durante su proceso de selección de candidato a la presidencia.

Mientras Morena, inicia el proceso de selección de coordinador el 11 de junio con 6 candidatos, anuncia que, del 28 de agosto al 3 de septiembre, se levantarán encuestas para definir al ganador, y el 6 de septiembre, será dado a conocer el nombre de quien triunfe, Xóchitl Gálvez, el 12 de junio, fue escenificar el show de, ¡ábreme la puerta de Palacio Nacional! Es decir, el Frente, para el 12 de junio pasado, no tenía ni idea a quién poner como candidato y menos, tenía trazado un plan para su selección.

Dice el Frente que, su candidato, sería un personaje electo por los ciudadanos. En la realidad, de los 10 perritos que tenían, misteriosamente, el Frente, se fue deshaciendo de los candidatos, uno a uno hasta que, por fin, solo quedó Xóchitl Gálvez. Sin votaciones, ni participación ciudadana. Suponemos que, los ciudadanos votarán por una sola candidata, en alguna planilla.

¡Que pase la tracalera!

El problema con la derecha es que, detesta la horizontalidad. Ese mismo problema se agudiza, con la derecha mexicana, si a la verticalidad clásica de la derecha, le agregamos, el clasismo, el racismo y el analfabetismo de los falsos oligarcas de México, los del sector clasemediero “aspiracionista”, que son quienes apoyan a Xóchitl.

Y aquí me voy a detener un momento.

¿A qué o quiénes, llamo iletrados?

1) A aquellos que, nos piden no romantizar a las civilizaciones prehispánicas, pero ellos, siguen romantizando a Europa, la cultura occidental y al capitalismo.

2) A aquellos que, nos piden no romantizar las posturas comunitarias, pero, siguen romantizando al capitalismo.

3) A aquellos que, siguen occidentalizando los conceptos prehispánicos como, imperio, muerte, sacrificios o divinidad.

4) A aquellos que, pasan por alto el que Europa, necesite de equilibrios para mantener la paz. Un continente que creó dos guerras mundiales, un holocausto, la barbarie de la guerra de los Balcanes y la forma más primitiva del fanatismo religioso y los movimientos neonazis que, siguen vivos en el viejo continente, sin hablar de la repartición que, en su momento, Europa hizo del mundo entero y de la esclavitud, una industria.

5) A aquellos que, creen que Comunismo, es el del discurso de McCarthy.

6) A aquellos que, no han escuchado que la cultura occidental y el capitalismo rampante, nos están orillando a un cambio de era geológica: Eugene F Stoermer, Paul Crutzen, premio Nobel de Química, Johan Rockström, Will Stephen y el Centro de Resiliencia de Estocolmo, historiadores y antropólogos que, al cambio de era, proponen llamarlo Occidentaloceno o Capitaloceno, por el deterioro medioambiental excesivo provocado por la industrialización y la avaricia (“Antropoceno: la problemática vital de un debate científico” Liz-Rejane Issberner y Philippe Léna. Correo de la Unesco 2018 – 2).

7) A aquellos que, siguen repitiendo el patrón colonial de, el rubio es superior a cualquier otro tipo de etnia. Y a aquellos que, acusan a AMLO de dictador, pero, defienden el dedazo para elegir y defender la vulgaridad de Xóchitl. Su concepción sobre imposiciones y dictaduras, lo compraron en abonos chiquitos, en Elektra.

Durante el proceso para la selección de candidato de la derecha, los debates, en realidad eran monólogos y hasta sus festejos en la Cámara de Diputados o en el Ángel de la Independencia, sucedieron en una cúpula. Jamás, se abrieron a la ciudadanía.

Y es que, el proyecto real de la derecha no es democrático. Tiende o trabaja, para formar una oligarquía. Su concepto retorcido de democracia bien podría llamarse Fachocracia.

Hagamos un comparativo:

¿Qué es democracia?

El vocablo, viene de las voces griegas “dêmos” pueblo y “krateîn”, poder.

¿Cuáles son sus características?

A) Soberanía popular: el poder, emana del pueblo y se logra, a través de votaciones libres.

B) Estado de derecho: sometimiento a las leyes, tanto a ciudadanos, como al poder político.

C) Igualdad: todos los individuos (morenos, rubios, ricos, pobres, feos, guapos, listos o tontos), son iguales ante la ley.

D) Respeto por las libertades individuales y los derechos humanos.

E) Limitación del poder: transparencia de quienes ostentan el poder, frente a las autoridades.

¿Qué es una oligarquía?

La oligarquía, es un sistema de gobierno, en el que el poder, está en manos de una clase privilegiada.

¿Qué es la oligarquía, a la mexicana?

Tiene un ingrediente racial (como el fascismo), un nacionalismo (como el fascismo), muy retorcido en el que el blanco, es necesariamente el dueño del país. Una dosis de clasicismo con toques de religiosidad, a veces, violento como el calderonismo (similar al fascismo). Así que, bien podríamos llamar a este movimiento de derecha, como Fachocracia.

Cuando Xóchitl, declara que su único pecado fue, convertirse en una mejor persona y mejor persona, para ella, es hacer dinero y vivir en las Lomas de Chapultepec, entendemos que, para ella, una mejor persona necesariamente tiene dinero y convive con los grupos privilegiados. Nos quedó muy clara su ideología: el buen gobierno, es para los buenos que son los que, tienen dinero.

Xóchitl frente a personajes como, Beatriz Paredes o De la Madrid, sobresale por su carencia de habilidades; pero, sus debilidades resultan ser su mejor fortaleza: es el mejor títere, para los oligarcas de verdad.

La debilidad real de Xóchitl está frente al electorado: la militancia priísta por primera vez, no tendrá un candidato salido de sus filas. Dudo que Xóchitl, sea su preferida.

Xóchitl, no fue una candidata electa, fue una candidata impuesta.

Xóchitl, tiene, además, una investigación en curso por delitos de enriquecimiento al amparo del poder público.

Xóchitl, nunca fue a las zonas populares a recibir, tanto elogios como mentadas de madre. Aquellos que, se consideran erróneamente a sí mismos como, los mejores, repudian los insultos. Jamás se van a acercar para recibir los jitomatazos, y tampoco, tendrán contacto con el pueblo de verdad.

Mientras la derecha vitoreaba a Xóchitl en la Cámara de Diputados, el pueblo de verdad esperaba horas bajo el rayo del sol y un calor intenso, propio del sureste mexicano, para ver por unos segundos, el paso del Tren Maya y del presidente López Obrador. ¿Entendimos el significado de contacto horizontal con la ciudadanía?

Xóchitl, cree que, su contrincante, es AMLO. No se da cuenta que, su contrincante, es el pueblo de México y ellos, en votos, son mucho más que unos 500 oligarcas. Te sigue fallando la aritmética, Xóchitl.

Xóchitl, expuso su languidez en el Ángel de la Independencia y recordemos que, AMLO, muchas veces ha retocado el Zócalo.

Mientras las refinerías comienzan a dar resultados, la economía tiene una recuperación muy importante o muchas familias, reciben apoyos sociales, lo de Xóchitl, es una retórica hueca y muy mal narrada.

Los reality shows, han ido en picada debido a que, las audiencias detestan las mentiras; así que, dudo que la ciudadanía se incline por una candidata montada sobre un cúmulo de mentiras.

Esta experiencia con la Fachocracia, le debe servir como ejemplo a la izquierda, a Morena, para no cometer los mismos errores. Durante el proceso de selección de Morena, vimos en varios de los postulantes, muchísimos intentos por terminar seducidos por las inclinaciones de la derecha, cuando, debemos ser muy claros, el objetivo de su elección es defender el proyecto obradorista. Es decir, antes de la persona, está el proyecto. Eso lo deben tener muy claro, si realmente están convencidos de que, el proyecto obradorista, ha sido benéfico para el país.

Xóchitl, no tiene la estatura de estadista, su lenguaje vulgar resulta repulsivo. Esta mujer solo es un instrumento de la Fachocracia y su elección, resultó una farsa como un reality show.

¡Que se vayan los tracaleros!

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